Alabado sea Dios.
Le preguntaron al shéij al-Islam Ibn Taimíyah lo siguiente:
“Le pregunto al shéij, quien siguió los pasos de las primeras generaciones y fue el ejemplo para las posteriores, el hombre más sabio que he conocido y en Este o el Oeste, Taqí ad-Dín Abu al-‘Abbás Áhmad Ibn Taimíyah, que me señale cuáles son las mejores obras rectas luego de los deberes obligatorios”. Él (que Allah tenga misericordia de él), respondió lo siguiente:
“Lo que has preguntado acerca de las mejores obras rectas luego de los deberes obligatorios, varía de una persona a otra, dependiendo de lo que sea capaz de hacer y lo que sea mejor para un momento dado. Por lo tanto, no es posible dar una respuesta concreta y detallada a esa pregunta que sea apropiada para todo el mundo. Pero en lo que aquellos que tienen conocimiento de Dios y Sus órdenes están de acuerdo es en que recordar constantemente a Dios (dhíkr) es la mejor de las cosas en que una persona se puede ocupar en general. Por lo tanto el reporte de Abu Hurairah narrado por Muslim dice: “Los “singulares” se han adelantado”. Ellos le preguntaron: “¿Quiénes son “los singulares”, Oh, Mensajero de Dios?”, y él dijo: “Los que recuerdan mucho a Dios”.
Y Abu Dawod narró de Abu al-Dardá' (que Allah esté complacido con él) que el Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “¿Quieren que les informa de las mejores de vuestras obras y de lo que es lo más puro a la vista de Dios, lo que más los eleva en estatus y es mejor para ustedes que dar oro y plata en caridad, y mejor que enfrentar a vuestros enemigos y golpear sus cuellos y que ellos golpeen los vuestros?”. Y ellos dijeron “Sí, Mensajero de Dios”. Él respondió: “recuerden mucho a Dios”.
Hay abundante evidencia coránica que apoya esto. Lo menos que una persona debe hacer es insistir en recitar las plegarias (adkár) que han sido narradas del gran maestro del bien y del líder de los piadosos (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él), tal como las oraciones para recitar en ciertos momentos, al comienzo y al final del día, cuando vamos a dormir y cuando nos levantamos por la mañana, después de las oraciones prescriptas; y las oraciones para recitar en ciertos momentos, tales como cuando bendecimos la comida y la bebida, cuando nos vestimos, cuando se mantienen relaciones maritales, cuando entramos o salimos de nuestra casa, de la mezquita o del baño, cuando llueve, cuando se oye un trueno, etc. Se han compilado libros sobre este tópico llamados Actos para el Día y para la Noche (‘Aml al-Iaum wa al-Láil). Uno de los mejores libros escritos sobre este tópico es el pequeño libro titulado Sahih al-Kalim at-Táiyeb, que está basado en el libro del shéij al-Islam Ibn Taimíyah llamado al-Kalim at-Táiyeb; ha sido editado por al-‘Allamah al-Albani.
Entonces, uno debe insistir en recordar a Dios en general, y la mejor de las oraciones en La iláha ílla Allah (no hay más divinidad que Dios).
Puede haber algunas situaciones en que ciertas oraciones son preferibles a otras, tales como decir Subhana Allah wa al-hámdu lilláh wa Allahu ákbar wa la hawlah wa la qúwata ílla billáh.
Más aún, uno debe darse cuenta que todo lo que la lengua pronuncia o que la mente imagina nos puede acercar a Dios, tal como buscar el conocimiento o enseñarlo, encomendar lo que es bueno y prohibir lo que es malo, y esto es una forma de recordar a Dios. Por eso quien se mantiene ocupado con la búsqueda del conocimiento beneficioso luego de realizar sus deberes obligatorios, o quien se une a una reunión para aprender o enseñar, lo cual Dios y Su Mensajero han llamado fiqh o entendimiento, es también hacer algo que es una de las mejores formas de rememorar a Dios (dhíkr).
Si piensas acerca de ello, no encontrarás mucha diferencia de opinión entre las primeras generaciones acerca de cuáles son las mejores obras. Cuando sea que una persona esté confundida, debe rezar la oración para pedir guía, salat al-istijárah, tal como está prescripto en la ley islámica, porque quien reza a Dios pidiéndole por lo que es mejor (istijárah), no tendrá nada que lamentar. Debe hacerlo abundantemente, y haces abundantes súplicas, porque esta es la llave de toda bondad. No debe apresurarse y decir: “He rezado, pero no obtuve ninguna respuesta”. Debe buscar los momentos que contengan alguna virtud especial, tal como el final de la noche, el momento inmediatamente posterior a las oraciones prescriptas, durante el llamado a la oración, cuando está lloviendo, etc.
Citado del ensayo al-Wasíyah al-Yami’ah li Jáir ad-Dunia wa al-Áajirah.