Alabado sea Dios.
Se narró que el Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo que las mujeres serían las habitantes más numerosas del Infierno. Esto fue narrado de ‘Imrán Ibn Husain, que el Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Miré en el Paraíso y vi que la mayoría de sus habitantes eran gente pobre. Y miré en el Infierno, y vi que la mayoría de sus habitantes eran mujeres”.
(Narrado por al-Bujari, 3241; Muslim, 2737).
Con respecto a la razón para esto, el Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) fue interrogado sobre esto y él explicó la razón.
Se narró que ‘Abd Allah ibn ‘Abbás dijo: “El Mensajero de Allah (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Se me mostró el Infierno, y nunca había visto nada más espantoso que eso. Y vi que la mayoría de sus habitantes eran mujeres”. Sus compañeros le preguntaron, “¿Por qué, Mensajero de Allah?”. Y él respondió: “Por su ingratitud”. Le preguntaron, “¿Fueron ellas ingratas con Dios?”, y le respondió, “Ellas fueron ingratas con sus compañeros (esposos), y no recompensaron el buen trato que se les dio. Si tú eras amable con ellas a lo largo de toda tu vida y ellas ven algo indeseable en ti, decían “Siempre lo mismo, nunca hiciste nada bueno por mí”. (Narrado por al-Bujari, 1052).
Se narró que Abu Sa’id al-Judri dijo:
“El Mensajero de Allah (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) salió del oratorio el día de la festividad del ‘Id al-Ad há o del ‘Id al-Fítr. Pasó cerca de las mujeres y les dijo: “¡Oh, mujeres! Den en caridad, porque yo he visto que ustedes serán las habitantes más numerosas del Infierno”. Ellas preguntaron: “¿Por qué, Mensajero de Allah?”, y él respondió “Porque maldicen a menudo y son ingratas con sus esposos. No he visto a nadie más débil en criterio y compromiso religioso que ustedes. Un hombre cauto y sensible podría caer en la perdición por cualquiera de ustedes”. Las mujeres preguntaron, “Oh, Mensajero de Allah, ¿qué está mal con nuestro criterio y nuestro compromiso religioso?”. Respondió: “¿Acaso el testimonio de dos mujeres no es igual al de un hombre?”, y ellas respondieron “Sí”. Entonces él dijo: “Esto implica una debilidad en su criterio. ¿No es verdad acaso que las mujeres no pueden ni rezar ni ayunar durante sus períodos?”. Las mujeres respondieron “Sí”. Él respondió: “Esto implica una debilidad en su compromiso religioso”.
(Narrado por al-Bujari, 304).
Se narró que Yábir ibn ‘Abd Allah dijo: “Yo asistí a las oraciones del ‘Id con el Mensajero de Allah (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él). Él comenzó con la oración antes del sermón, sin adhán ni iqámah. Entonces se paró, se inclinó sobre Bilal, hablándole del temor a Dios y urgiéndole a obedecerle. Le predicó a la gente y les recordó sus deberes. Entonces fue a las mujeres y les predicó a ellas, les recordó sus deberes. Entonces dijo: “Den en caridad, porque ustedes son las habitantes más abundantes del Infierno. Una mujer con las mejillas oscuras se paró en medio de las mujeres y dijo, “¿Por qué es eso, Mensajero de Allah?”, y él dijo: “Porque se quejan demasiado y son ingratas con sus esposos”. Entonces ellas comenzaron a dar sus joyas en caridad, arrojando sus aretes y anillos en la capa de Bilal”.
(Narrado por Muslim, 885).
Nuestras hermanas creyentes que aprendan este hadiz deben comportarse como las compañeras del Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él), cuando aprendan esto, hacer buenas obras que, por la gracia de Dios, las mantendrán apartadas de esa mayoría de mujeres que habitarán el Infierno.
Por lo tanto, nuestro consejo a nuestras hermanas es esforzarse en su apego a los rituales y obligaciones del Islam, especialmente la oración y mantenerse alejadas de lo prohibido, especialmente el politeísmo en sus muchas formas, que está tan difundido entre ellas, tal como rezarle a otras entidades en vez de Dios, consultar astrólogos y adivinos de la suerte, etc.
Le pedimos a Allah que nos mantenga a todos los hermanos y hermanas lejos del Fuego, y de las palabras y actos que nos acerquen a él.