Alabado sea Dios.
El veredicto del Islam sobre las demás religiones es que son inventadas y falsas, o han sido abrogadas. Entre las religiones inventadas y falsas están las prácticas antiguas de los árabes de adorar ídolos o piedras.
Las religiones abrogadas son las que enseñaron los profetas que vinieron antes de nuestro Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él). Son válidas en el hecho de que se originaron en Al-lah, pero el Islam vino a reemplazarlas, no en las creencias básicas como la existencia de Dios, los ángeles, el Paraíso y el Infierno, que son creencias comunes a todos los enviados de Al-lah. Las únicas diferencias entre los profetas están en las formas de adorar y acercarse a Al-lah por medio de rezos, ayunos, peregrinajes, caridades, etc. Los seguidores posteriores de los profetas han incurrido en serias desviaciones de creencia y politeísmo. El Islam vino a exponer ese problema y corregir las creencias originadas en los profetas anteriores.
Se relata que Abu Ad-Dardá (que Al-lah esté complacido con él) dijo que Omar trajo algunas páginas de la Torá al Mensajero de Al-lah (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) y le dijo: “Mensajero de Al-lah, estas son unas páginas de la Torá que tomé de un hermano mío de Banu Zuraiq”. La expresión del rostro del Mensajero de Al-lah (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) cambió y Abdul-lah Bin Zaid –al que se le mostró el Adhán en un sueño– dijo: “¿Al-lah se ha llevado tu cordura? ¿Qué no ves la expresión en el rostro del Mensajero de Al-lah?”. Omar dijo: “Estamos complacidos con Al-lah como Señor, con el Islam como religión, con Muhammad como nuestro Profeta y con el Corán como nuestra guía”. Entonces, el Mensajero de Al-lah (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) se relajó un poco y dijo: “¡Por el que tiene mi alma en Su mano! Si Moisés estuviese entre ustedes y ustedes fuesen a seguirlo y abandonarme, realmente que se habrían desviado. Ustedes son mi parte de entre las naciones y yo soy su parte de los profetas” (lo citó Ahmad, 15437).
Ibn Hayar dijo: “Todos los isnad (cadenas de narración oral) de este hadiz están en un estado que no nos permite aprobarlos individualmente, pero todos juntos prueban que este es un hadiz auténtico” (Fath Al Bari, 13/525).
La prueba de ello es la aleya en la que Al-lah dice: {Quien profese una religión diferente al Islam no le será aceptada, y en la otra vida se contará entre los perdedores{ [Corán 3:85].
El Imam At-Tabari dijo comentando esta aleya: “Al-lah nos quiere decir que a quien busca seguir una religión fuera del Islam, Al-lah no le aceptará eso “y en la otra vida se contará entre los perdedores”, significa que será uno de los que se han privado a sí mismos de su parte de la misericordia de Al-lah” (Tafsir At-Tabari, 3/339).
El Islam no considera a los seguidores de otras religiones solo como pecadores, sino como incrédulos (kafirún) que sufrirán eternamente el castigo del fuego del Infierno como lo establece la aleya anterior.
El káfir será un perdedor en el Infierno y no podrá evitarlo. No es posible que un káfir entre al Paraíso sin que se someta a Al-lah haciéndose musulmán. Al-lah dice: {A quienes hayan desmentido Mis signos con soberbia, no se les abrirán las puertas del cielo ni entrarán al Paraíso hasta que un camello pase por el ojo de una aguja. Así castigo a los pecadores} [Corán 7:40].
Se ha confirmado que el Profeta (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) dijo: “¡Por Aquel que tiene mi alma en Su mano! Todo judío o cristiano que sepa de mí y no crea en el mensaje que se me reveló, será de los habitantes del Infierno” (citado por Muslim).
Le pedimos a Al-lah que guíe a los buscadores de la verdad de otras religiones que estudien detenidamente la religión del Islam y su libro, el Corán. Que Al-lah los guíe y abra sus corazones al Islam.
Y Al-lah sabe más.