Alabado sea Dios.
Se trata de susurros de Satán (waswaas), por medio de las cuales él quiere arruinar los actos de adoraciَn del musulmán. Estos susurros deben ser ignorados. El musulmán no debe detener su oraciَn ni repetir su abluciَn a menos que oiga algْn sonido o perciba algْn olor, porque así lo dice el hadiz narrado por Muslim de Abu Hurayrah (que Allah esté complacido con él) en el cual el Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah desciendan sobre él) dijo: “Si alguno de ustedes siente algo en el estَmago y no está seguro de si saliَ algo o no, no debe abandonar la mezquita hasta tanto oiga un sonido o detecte algْn olor”. Lo que quiere decir es que uno debe tener la certeza de que se ha anulado la abluciَn (udu’); si existe la más mínima duda, la persona sigue en su estado original de purificaciَn (taahir).