Alabado sea Dios.
Las mujeres, como los hombres, están obligadas a llamar a las personas hacia Allah y encomendar lo que es bueno y prohibir lo malo, porque los textos del Corán y la Sunnah así lo indican, y las palabras de los eruditos claramente lo afirman. Las mujeres deben llamar a las personas hacia Allah y encomendar lo que es bueno y prohibir lo que es malo, siguiendo las pautas de la legislaciَn islámica (shari’ah), tal como se requiere de los hombres. No se debe evitar que una mujer llame a las personas hacia Allah a través de sentimientos de ansiedad o falta de paciencia porque algunas personas la desprecien, insulten o se burlen de ella. En su lugar, ella debe tolerarlo y ser paciente. Si piensa que las personas se están burlando de ella de alguna manera, entonces debe prestarle atenciَn a algo más, que es que debe ser el mejor ejemplo al vestir el hiyaab frente a hombres no- mahram y evitar mezclarse con desconocidos. Debe ser cuidadosa al asegurarse de que su da’wah está libre de todo aquello que sea reprensible. Si les hace da’wah a los hombres, debe vestir el hiyaab y no debe permanecer a solas con un hombre no-mahram. Si les hace da’wah a las mujeres, debe llamarlas sabiamente y asegurarse de que su actitud y comportamiento esté mas allá de toda sospecha para que nadie la critique o le pregunte: “؟Por qué no empieza por ella misma?”. Tiene que mantenerse alejada de la ropa que distrae a las personas, y evitar toda clase de fitnah (tentaciَn) tal como mostrar su belleza o hablar suavemente, por lo que puede ser criticada. Debe tener cuidado de llamar a las personas hacia Allah de manera que no daٌe su compromiso religioso o su reputaciَn.