Alabado sea Dios.
Elevar las manos no es algo prescripto durante el sermón del viernes, ni durante el sermón de las festividades, ni para el imam, ni para los miembros de la congregación. Más bien, lo que está prescripto es escuchar atentamente al imam y decir “amín” a sus súplicas, sin levantar la voz.
El Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) no elevaba sus manos durante el sermón de los viernes ni durante el sermón de las festividades. Cuando uno de los compañeros vio a un gobernante levantando sus manos durante el sermón del viernes, se lo reprochó y le recordó que el Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) no enseñó esto.
Si el imam reza pidiendo lluvia en el sermón del viernes, entonces puede elevar sus manos, siguiendo el ejemplo del Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él), porque él solía hacerlo en este caso”.