Alabado sea Dios.
El shéij Ash-Shanqíti dijo en su comentario sobre el perro perteneciente a la gente de la Caverna:
“Con respecto a lo que los comentaristas han dicho sobre el nombre del perro (algunos han dicho que se llamaba Qitmir, otros dijeron que se llamaba Hamrán), nosotros nos abstenemos de discutir este tipo de asuntos, porque no tienen ningún beneficio.
En el Sagrado Corán hay muchos detalles que no fueron explicados ni por Dios ni por Su mensajero, porque no hay ninguna lección útil para el creyente que se pueda extraer de estos detalles.
Hubo algunos comentaristas que discutieron en detalle las distintas opiniones sobre estos asuntos, sin ningún conocimiento probatorio, sin evidencias definitivas, y sin ningún propósito beneficioso. Nosotros siempre nos apartamos de tales discusiones, como cuál era el color o el nombre del perro que acompañó a los habitantes de la Caverna, o qué parte del cuerpo del hombre asesinado entre los Hijos de Israel fue tocada con la lengua de la vaca, el nombre del muchacho que fue asesinado por Al-Jídr y cuyo asesinato Moisés objetó, de qué madera estaba hecha el Arca de Noé o cuán larga era, y otros asuntos sobre los cuales ni hay evidencia específica para estudiar, ni hay ninguna lección o implicación que los musulmanes puedan obtener para su beneficio”.