Alabado sea Dios.
El Islam es una religión sencilla que facilita las cosas. El Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Esta religión es simple, y quien se sobrecarga a sí mismo dificultándose las cosas, no será capaz de continuar así. Por lo tanto no se vayan a los extremos, hagan lo mejor que esté dentro de vuestras posibilidades y sepan que serán recompensados por ello. Lo que les ayudará a persistir en el culto es hacer las cosas a tiempo cuando tienen más energía, como el comienzo del día, luego de que el sol ha pasado su cénit, y al final de la noche”. Narrado por al-Bujari, No. 39.
Si un musulmán no sabe leer ni escribir, todavía puede aprender a recitar lo que debe decir en la oración, y aprender cómo se reza. El hecho de que no sepa leer ni escribir no significa que sea incapaz de rezar, porque rezar es fácil, alabado sea Dios. La mayoría de los compañeros del Profeta Muhámmad no sabían leer ni escribir, pero fueron capaces de rezar correctamente.
Alguien podría argumentar que si una persona es nueva en el Islam y quiere aprender a recitar lo que debe decir en la oración, necesita tiempo; lo mismo se aplica si es incapaz de memorizar. ¿Cómo debería rezar? La respuesta es que debe rezar y cuando llegue a la mezquita donde se recita el Corán, debe glorificar a Dios, alabarlo, engrandecerlo, y proclamar Su unidad; es decir, debe decir “Subhana Allah, wa al-hámdu lilláh, wa Alláhu Ákbar, wa la iláha ílla Allah” (Glorificado sea Dios, alabado sea Dios, Dios es el más grande, no hay más divinidad que Dios).
La evidencia para esto es el reporte auténtico en el cual se trata el tema de quien no rezó correctamente, narrado por Rafa’ah Ibn Rafi’, según el cual el Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) le dijo a él: “Si has memorizado algo del Corán, entonces recítalo; o de lo contrario, alaba a Dios, glorifícalo y proclama Su unidad”. Narrado por at-Tirmidi y clasificado como bueno en Al-Yámi’, No. 302. También fue narrado por Abu Dawud en su Sunan, No. 858, y clasificado como auténtico por al-Albani en Sahih Abi Dawud, No. 767.