Alabado sea Dios.
Los corazones de las personas son vasos, y los mejores de ellos son los que están llenos de bondad y orientación, mientras que los peores son los que están llenos de perversidad y malicia.
Una persona de las primeras generaciones dijo: Los corazones de los justos rebosan de bondad, mientras que los corazones de los malvados rebosan de maldad.
Fin de la cita de Miftaah Daar as-Sa'aadah (1/124).
Entre estos dos tipos de corazones está el corazón que tiene una mezcla de bien y mal, y está vacilante; a veces se vuelve a su Señor, y a veces se vuelve a sus caprichos y deseos.
Por lo tanto, puede sentirse abrumado por el amor a la obediencia y seguir los mandatos de Allah y Su Mensajero, por lo que permanece firme por un tiempo, luego se ve abrumado por sus caprichos y deseos, por lo que rompe el pacto, desobedece a su Señor, obedece a su enemigo y sigue un camino diferente al camino de la guía.
Sin duda, es más apropiado que el musulmán haga lo correcto en cualquier situación. Por lo tanto, si se adhiere a la justicia, la recompensa y las bendiciones son más apropiadas para él, pero si se extravía, entonces es más apropiado que se arrepienta y se vuelva a Allah.
Cuando se vuelve negligente, el musulmán necesita recordatorios, exhortaciones, apoyo y advertencias, porque su corazón todavía late con vida, incluso si se aleja de la compañía de los justos e incluso si se mantiene alejado de las reuniones de exhortación y recordatorios.
A continuación se presentan algunos consejos beneficiosos para hablar con los musulmanes negligentes:
• Tener buena actitud y buenos modales al llamarlos; ser paciente con cualquier respuesta ofensiva o reacción negativa; respondiendo con sonrisas y jovialidad, estrechando la mano de las personas y expresando alegría por conocerlas.
• Abrir la puerta de la esperanza y recordarles las recompensas de Allah; diciéndoles de Su inmensa misericordia y que Él ama que Sus siervos justos le obedezcan constantemente, así como Él ama que Sus siervos alejados regresen a Él, se arrepientan y se vuelvan a Él, porque Él se regocija por eso.
• Tratar de ablandar los corazones duros y hacer que recuerden su amor hacia Allah diciéndoles - en primer lugar – cosas acerca de Allah, que sea exaltado, Sus hermosos nombres y atributos sublimes, porque nadie aprende acerca de Su Señor y Sus nombres y atributos, sin amarlo, y amar obedecerlo, detestar estar lejos de Él, y odiar todo lo que lo aleje de Él.
En segundo lugar, debería hablarles acerca de lo que Allah otorga a aquellos que lo recuerdan tales como protección, recompensa y bendiciones, en este mundo y en el Más Allá.
• Animarlos a leer y memorizar el Corán, a reflexionar sobre él y contemplarlo, porque ese es el comienzo de la guía para el camino recto de Allah, y por medio de él, El Señor protegerá a Su siervos de los trucos de los demonios.
• Llamarlos a reflexionar sobre las señales de Allah en el universo, en ellos mismos, y las bendiciones que, si Allah así lo desea, podría quitarles.
• Explicar que lo que se requiere en respuesta a las bendiciones que Allah les ha otorgado es dar gracias por ellas. En caso de ser ingratos con ellas, no darle las gracias y usarlas para desobedecer a Allah, eso conducirá a la pérdida de esas bendiciones.
• invitarlos a proteger sus mentes contra deseos y pensamientos bajos y susurros del Shaytaan.
Ibn al-Qayyim (que Allah tenga misericordia de él) dijo:
Se debe tener cuidado con los pensamientos pasajeros, porque si no lo hace, ese pensamiento se convertirá en una idea. Evita la idea, porque si no lo haces, se convertirá en un deseo. Lucha contra él, porque si no lo haces, se convertirá en resolución y determinación, y si no lo rechazas se convertirá en un hecho, y si no lo contrarrestas con su opuesto, se convertirá en un hábito, con lo cual te resultará muy difícil deshacerte de él.
Fin de la cita de al-Fawaa'id (pág. 31).
• Enseñarles a amar la obediencia y detestar la desobediencia, porque la obediencia es un acto de adoración al Más Misericordioso, y el pecado es un acto de obediencia al Shaytaan. Quien toma a su enemigo como amigo y toma a su amigo como enemigo, ha cometido el error más grave.
• Enseñarles sobre asuntos de religión, como los modales y actitudes que el Islam fomenta y que tienen que ver con desarrollar buenas actitudes, ser un buen vecino, estar agradecido por las bendiciones y ayudar a los demás. Animándolos a conocer el Islam enseñándoles estas actitudes y modales, y enseñándoles cómo el carácter y la actitud del Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) era el Corán, y que Allah lo envió para perfeccionar los buenos modales y buenas actitudes.
• Señalarles lo malo que es mantenerse alejado del Conocedor de lo Oculto, y que mantenerse alejado de Él los expone a la alienación y la condenación, mientras que estar cerca de Él conduce a una sensación de seguridad y fortaleza.
• Animarlos citando textos que hablan de recompensa, y alarmarlos citando textos que hablan de castigo, ya que cada persona está entre la recompensa y el castigo: si obedece a Allah, será recompensado, y si lo desobedece, será castigado a menos que Allah lo perdone.
• Animándolos a estar en compañía de personas buenas y justas, advirtiéndoles que no deben hacer compañía a personas malas y desobedientes, porque un hombre seguirá la religión de sus amigos cercanos.
• Tranquilizar sus corazones adoptando un enfoque suave y fácil al exhortarlos, luego concientizarlos con severas advertencias, porque cada persona está entre el temor y la esperanza.
• Siempre elevando sus esperanzas de ser perdonados y evitando cualquier discurso de desesperación y rendición; explicándoles que no hay lugar para la desesperación en nuestra religión, porque el Señor extiende Su mano de noche para aceptar el arrepentimiento de los que pecaron de día, y extiende Su mano de día para aceptar el arrepentimiento de los que pecaron por la noche.
Todo eso se reduce a lo siguiente:
Esforzarse en hacer que las personas se sientan a gusto con la palabra del Señor de los mundos y encontrar alegría al obedecerle, y hacer que se sientan a gusto con las palabras del Mensajero de Allah (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) y su Sunnah. El daa'iyah (divulgador) debe esforzarse por enseñarles el Libro del Señor de los Mundos y ayudarlos a estudiarlo, recitarlo, reflexionar sobre él y aprender sus enseñanzas tanto como sea posible, mediante el uso de comentarios simples y confiables como : Aysar at-Tafaasir por el Sheij Abu Bakr al-Jazaa'iri, at-Tafsir al-Muyassar, o Tafsir as-Sa'di.
También debe prestar atención a la enseñanza de la Sunnah del Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él), especialmente en su aspecto práctico. Puede tomar como base para tal estudio a Riyaadh as-Saalihin por Imam an-Nawawi (que Allah tenga misericordia de él).
Y Allah sabe más.