Normas sobre depilar el vello facial

Alabado sea Dios.

 La depilación facial es una forma de cirugía cosmética practicada por alguna gente, con el objetivo de verse más joven y remover los signos de la edad.

 Esta forma de cirugía no es esencial, y la persona no sufrirá ninguna dificultad si no la practica. Más bien, el objetivo es desfigurar la apariencia que Dios le dio, jugar con ella de acuerdo a los caprichos y las vanidades más vulgares de la gente. Por lo tanto, es haram (prohibida), y no es permisible realizarla, por las siguientes razones:

 1 – Dios nos relató que Satanás (que Dios lo maldiga) dijo:

 “…y que alteren la creación de Allah” (an-Nisá' 4:119).

 Este verso indica que cambiar o desfigurar la creación de Dios es una de las cosas prohibidas con que Satanás tentó a los pecadores entre los hijos de Adán.

 2 – Al-Bujari (5931) y Muslim (2125) narraron que ‘Abd Allah ibn Mas’ud (que Allah tenga misericordia de él) dijo: “Que Dios maldiga a la mujer que hace tatuajes y a aquellos que se los hacen, aquellos que tienen sus cejas depiladas, y aquellos que afinan sus dientes para verse más bellos o desfiguran la creación de Dios”. Luego ‘Abd Allah dijo: “¿Por qué yo no debería maldecir a aquellos que el Mensajero de Allah (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) maldijo?”. Ver la pregunta No. 21119.

 El Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) maldijo a aquellos que hacen estas cosas y dijo que la razón para esto es que desfiguran aquello que Dios creó. Él atribuyó esta desfiguración del cuerpo a la vanidad. Estos dos factores están ambos presentes en la depilación facial, porque implica cambiar algo que Dios creó con la intención de “embellecerse” de un modo extravagante, por lo tanto se considera que está incluido en esta severa advertencia (la maldición de Dios), y no es permisible realizarla.

 Algunas personas ponen excusas e intentan interponer razones para hacerlo permisible: que la persona sufre psicológicamente y no puede lograr sus metas en este mundo porque su belleza es imperfecta, etc. La forma de tratar con tales frivolidades es reanimar la fe en los corazones de la gente y enseñarles a aceptarse como son, con cualquier forma de belleza física que Dios les haya conferido. La apariencia externa no es un medio para alcanzar nobles metas e ideales. Más bien estos pueden ser alcanzados con la ayuda de Dios, respetando Sus leyes y teniendo una actitud y maneras decentes.

 Ver Ahkám al-Yaráhah at-Tibbíyah, por shéij Dr. Muhámmad al-Mujtar ash-Sahqíti, p. 191-198.