Alabado sea Dios.
Si la descarga amarronada que la mujer ver aparece antes de corroborar que está pura (es decir, al ver el flujo blanco que le indica que terminَ el período), entonces se considera parte del período. Si aparece después de corroborar la pureza, entonces no es parte del período y no afecta el ayuno ni la oraciَn.
El Sheij Ibn ‘Uthaymin (que Allah tenga piedad de él) dice lo siguiente en su ensayo: Menstruaciَn, metrorragia y hemorragia posparto (p. 19) con respecto a las emisiones que pueden interrumpir el período:
El tercer tipo es la descarga amarillenta o de color marrَn en la que la mujer ve una sangre ocre como la sangre de una herida, o amarronada, entre amarilla y negra. Si esto sucede durante el período o inmediatamente después de él, antes de que la mujer recupere su pureza, entonces se considera parte del período y entra bajo las mismas reglas de la menstruaciَn. Si viene después de que la mujer ha recuperado su pureza, entonces no es menstruaciَn, porque Umm ‘Atiyyah (que Allah esté complacido con ella) dijo: “Solíamos restarle importancia a cualquier descarga amarillenta o amarronada que viniera después de que la mujer recuperara su pureza”. (Narrado por Abu Dawud con un isnaad sahih.
Se menciona lo siguiente en Fatawa Arkaan al-Islam (p. 258):
El principio básico es que si una mujer recupera su pureza y tiene la certeza de que ha terminado el período – lo que significa que ve la descarga blanca – entonces toda descarga amarilla o marrَn, flujo, o manchas que puedan aparecer después no se consideran parte de la menstruaciَn, por lo que no le impedirán orar ni ayunar, ni tampoco le impiden a un hombre tener relaciones sexuales con su esposa, porque no es menstruaciَn.
Pero no debe apresurarse hasta no ver que esté pura, porque muchas mujeres, al ver que el sangrado disminuye, corren a realizar el ghusl al ver que el período ha terminado. De ahí que las mujeres de los Sahaabah solían enviar el algodَn con la descarga amarilla a la madre de los Creyentes ‘Aa’ishah (que Allah esté complacido con ella), y ella les decía: “No se apresuren hasta no ver la descarga blanca”.