Alabado sea Dios.
Esta ummah es la naciَn de la moderaciَn y el balance, entonces quien pertenezca a esta ummah debe ser así en todas las áreas de su vida.
Al mismo tiempo que escuchamos de algunos musulmanes que pasan la mayoría de su tiempo lejos de sus familias- sea por da’wah o por viajar o por otro propَsito permisible- también escuchamos lo opuesto, donde algunas personas permanecen con sus familias todo el tiempo y no dedican nada de su tiempo a llamar a las personas hacia Allah.
Tal como la familia de un hombre tiene derechos sobre él que no debe descuidar, otras personas, musulmanes y no- musulmanes -, también tienen derechos sobre él que no debe ignorar.
Fue reportado de al-Hasan que ‘Ubayd-Allaah ibn Ziyaad visitَ a Ma’qil ibn Yassaar durante su enfermedad terminal. Ma’qil le dijo: “Te narraré un hadiz que escuché del Mensajero de Allah (paz y bendiciones de Allah estén con él). Escuché al Profeta (paz y bendiciones de Allah estén con él) decir:
“Aquella persona a quien Allah le haya encomendado el cuidado de personas y haya fracasado en hacerlo correctamente, no olerá la fragancia del Paraíso”. (Narrado por al-Bujari, 6731; Muslim, 142).
‘Abd-Allaah ibn ‘Umar dijo: “El Profeta (Que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Cada uno de vosotros es un pastor y será cuestionado (sobre aquellos que están bajo su cuidado). El gobernante es un pastor y será cuestionado. El hombre es pastor de su familia y será cuestionado. La mujer es pastora de la casa de su esposo y será cuestionada. El esclavo es el pastor de la fortuna de su amo y será cuestionado. Cada uno de vosotros es un pastor y será cuestionado (sobre aquellos que están bajo su cuidado)”. (Narrado por al- Bujari, 4892; Muslim, 1829)
Muchas mujeres desean que sus esposos no salgan y no las abandonen, ni siquiera para rezar (en la mezquita). ؟Entonces qué ocurre cuando se llama a la gente hacia Allah? Una mujer dijo en el pasado: “،Tres co- esposas serían más fáciles para mí que la biblioteca de mi marido!”. Porque a su esposo le gustaba mucho leer y aprender.
A las personas no se les puede dar todo lo que anhelan; el asunto debe ser referido a lo que Allah ama y quiere.
En el caso de algunos actos de adoraciَn, el Profeta (Que la paz y las bendiciones de Allah estén con él) nos dijo que no fuéramos más allá de lo que estaba prescrito en la Shari’ah, por temor a que los derechos de otros –en especial la familia- pudieran ser menoscabados. Numerosos hadices fueron narrados concernientes a este asunto, tales como:
Abu Yuhaifa, que Allah esté complacido con él, dijo: El Profeta,
‘Abd-Allaah ibn ‘Amr ibn al-‘Aas (que Allah esté satisfecho con ambos) me dijo: “Oh ‘Abd-Allaah, ؟he escuchado que tu ayunas y rezas toda la noche?”. Yo dije: “sí, Oh Mensajero de Allah”. él dijo: “No hagas eso. Ayuna y rompe tu ayuno, reza y duerme, pues tu cuerpo tiene derecho sobre ti. Tus ojos tienen derecho sobre ti, tu esposa tiene derecho sobre ti y tus visitas tienen derecho sobre ti. Es suficiente para ti con ayunar tres días de cada mes. Por cada buena obra (hasanah) serás recompensado diez veces, como si ayunaras toda tu vida”. Pero fui a los extremos e hice las cosas más difíciles para mí. Dije: “Oh Mensajero de Allah, puedo hacer más que eso”. él respondiَ: “Entonces observa el ayuno del Profeta de Allah, Dawud (la paz sea con él), y nada más”. Yo insistí: “؟Qué es el ayuno del Profeta de Allah (Que la paz y las bendiciones de Allah sean con él)? él replicَ: “La mitad de la vida”. Después de que envejeciَ, ‘Abd-Allaah solía decir “Ojalá hubiese tomado la opciَn más fácil que el Profeta (Que la paz y las bendiciones de Allah estén con él) me ofreciَ”. (Narrado por al-Bujari, 1874; Muslim, 1159)
En estos hadices se puede ver como el Profeta (paz y bendiciones de Allah sean con él) aconsejَ moderaciَn al ayunar, rezar y leer el Corán- para aquellos que se iban a los extremos y abandonaban los derechos de su familia.
Quien organice su tiempo y le preste atenciَn a todo aquel que tenga derecho sobre él, no debe preocuparse sobre quien está feliz y quien no. No permita que las actividades de la da’wah tomen posesiَn de su vida y ocupen su tiempo pero tampoco abandone todas estas actividades.
Una de las cosas que puede ayudar es involucrar a su esposa en las actividades de la da’wah. Pídale que escuche una cinta y la resuma, o que lea un libro y tome nota de lo que ha aprendido, o pídale que asista a un círculo de estudio o forme parte de las actividades de la da’wah para mujeres en el centro Islámico o que asista a seminarios para mujeres que se dan paralelamente con los seminarios para hombres, etc. para que sienta que está compartiendo estas actividades con usted, y no se sienta aburrida en casa por la ausencia su esposo.
Otro asunto para tener en cuenta es que tiene que ayudarla a entender que obtendrá su parte de la recompensa si es paciente con usted y si crea la atmَsfera correcta para que así usted aprenda y se dedique a la da’wah. Las Sahaabiyyaat (esposas de los Sahaba) solían cuidar las casas y los hijos cuando los hombres salían para el Yihad; servían a los invitados cuando éstos los visitaban. Si una mujer cuida de la casa cuando su esposo sale a buscar conocimiento o cuando se dedica a la da’wah al yihaad, recibirá una gran recompensa. Allah admite a tres personas en el Paraíso por una sola flecha: aquel que la hace con buena intenciَn y aquel que la entrega- no sَlo aquel que la arroja. Si una esposa entiende y recuerda las obligaciones de su marido, será mucho más fácil para ella tolerar que su esposo esté ausente u ocupado.
Terminaremos mencionando la historia de una gran mujer. Asmaa’ la hija de Abu Bakr As-Siddiq, y veremos qué solía hacer cuando su esposo estaba ocupado en el yihaad y la da’wah y se ocupaba de los asuntos del estado Islámico con el Profeta (Que la paz y las bendiciones de Allah estén con él); Asmaa’ (que Allah esté satisfecho con ella) dijo: “Me casé con al- Zubayr y él no poseía nada más en este mundo que un camello para transportar agua y un caballo. Yo solía alimentar ese caballo, llevarle agua, preparar su montura, y hacer masa, pero no era buena con el horneado; algunas mujeres de los Ansaar que eran mis vecinas solían hornear pan para mí, y eran buenas mujeres. Yo solía traer los dátiles de algْn lugar que el Mensajero de Allah (Que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) le había dado a al- Zubayr, llevándolos en mi cabeza. (El lugar) Estaba a dos tercios de farsaj [aprox. 3 millas]. Un día yo venía con los dátiles en mi cabeza, y encontré al Mensajero de Allah (Que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) con un grupo de los Ansaar. Me llamَ e hizo que el camello se arrodillara para que yo pudiera cabalgar en él. Pero me sentí demasiado tímida de ir con los hombres, y recordé a al- Zubayr y cuan celoso era, porque era el más celoso de los hombres. El Mensajero de Allah (Que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) se dio cuenta de que yo me sentía tímida, entonces continuَ su camino. Fui a al- Zubayr y le conté que había encontrado al mensajero de Allah (Que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) mientras llevaba los dátiles en mi cabeza, y que había un grupo de compaٌeros con él. Que hizo que su camello se arrodillara para que yo pudiera cabalgarlo, pero que me sentí tímida, porque recordé sus celos. él dijo: “Por Allah, es más duro para mí que tengas que llevar los dátiles a que cabalgues con él”. Luego, Abu bakr enviَ un sirviente para que cuidara del caballo, y fue como si me hubiesen liberado de la esclavitud”. (Narrado por al- Bujari, 4823)
Le pedimos a Allah que reforme a los asuntos de los Musulmanes y que resuelva las problemáticas entre los esposos y las esposas. Que Allah bendiga a nuestro Profeta Muhmammad.
Y Allah más sabe.