Alabado sea Dios.
El Islam tiene un gran respeto hacia las mujeres. Respeta a las mujeres como madres, las cuales deben ser respetadas, obedecidas y tratadas con amabilidad. Complacer a la madre es parte de lo que se considera complacer a Allah. El Islam nos dice que el Paraíso yace a los pies de la madre; es decir, que la mejor manera de alcanzar el Paraíso es a través de nuestra madre. El Islam nos prohíbe desobedecer a nuestra madre o hacerla enojar, aunque sea diciendo una ligera palabra irrespetuosa. Los derechos de la madre son más que los derechos del padre, así como la obligación de cuidarla se acrecienta a medida que envejece y se debilita. Todo lo mencionado está mencionado en varios textos del Corán y la Sunnah.
Por ejemplo, Allah dice (interpretación del significado):
“Y por cierto que ordenamos al hombre ser benevolente con sus padres.”
[al-Ahqaaf 46:15]
“Tu Señor ha ordenado que no adoréis sino a Él y que seáis benévolos con vuestros padres. Si uno de ellos o ambos llegan a la vejez, no seáis insolentes con ellos y ni siquiera les digáis: ¡Uf! Y háblales con dulzura y respeto. Trátales con humildad y clemencia, y ruega: ¡Oh, Señor mío! Ten misericordia de ellos como ellos la tuvieron conmigo cuando me educaron siendo pequeño.”
[al-Isra’ 17:23, 24]
Ibn Maayah (2781) narró que Mu’aawiyah ibn Yaahimiah al-Sulami (que Allah esté complacido con él) dijo: Me encontré con el Mensajero de Allah (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) y dije: Mensajero de Allah, quiero ir al jihad contigo, buscando el Rostro de Allah y el Más Allá. Él dijo: “¡Ay de ti! ¿Tú madre aún vive? Sí, contesté. Él dijo: “Regresa y cuida de ella”. Luego me acerqué a él por el otro lado y le dije: ¡Mensajero de Allah! Quiero ir al jihad contigo, buscando así el Rostro de Allah y el Más Allá. Él dijo: “¡Ay de ti! ¿Tú madre aún vive? Sí, contesté. Me dijo: “Regresa y hónrala”. Lugo me acerqué por adelante y le dije: ¡Mensajero de Allah, Quiero ir al jihad contigo, buscando así el Rostro de Allah y el Más Allá. Él dijo: “¡Ay de ti! ¿Tú madre aún vive? Sí, contesté. Él dijo: “Regresa y quédate a sus pies, porque en ese lugar encontrarás el Paraíso.”
Clasificado como sahih por al-Albaani en Sahih Sunan Ibn Maayah. También fue narrado como por al-Nasaa’i con las siguientes palabras: “Permanece con ella porque el Paraíso se encuentra bajo sus pies.”
Al-Bujari (5971) y Muslim (2548) narran que Abu Hurayrah (que Allah esté complacido con él) dijo: Un hombre se encontró con el Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) y le dijo: "¡Mensajero de Allah!, ¿quién es la persona que más merece mi buena compañía?” Él dijo: “Tu madre”. Él dijo: “¿Luego quién? Él dijo: “Tu madre”. Él dijo: “¿luego quién? Él dijo: “Tu madre”. Él dijo: “¿Quién? Él dijo: entonces tu padre.”
Existen otros textos que no podemos mencionar aquí por cuestiones de espacio.
Uno de los derechos que el Islam le reconoce a la madre es el de ser sustentada por su hijo si lo necesita, siempre y cuando él pueda costearlo. Es por esto que durante muchos siglos fue inusual entre las personas del Islam que una madre vaya a vivir a un asilo de ancianos o que un hijo la eche de la casa, o que los hijos se nieguen a gastar dinero en ella, o que ella tenga que trabajar para comer y beber si sus hijos están presentes.
El Islam respeta a las mujeres como esposas. El Islam exhorta al esposo a tratar a su esposa amablemente, y dice que la esposa posee derechos sobre su esposo, así como él sobre ella, por su responsabilidad sobre los gastos y cuidados de los asuntos de familia. El Islam expresa que el mejor de los hombres musulmanes es aquel que trata a su esposa de la mejor manera, y el hombre tiene prohibido tomar el dinero de su esposa sin su consentimiento. Allah dice en el Corán (interpretación del significado):
“Tratad bien a vuestras mujeres en la convivencia.”
[al-Nisa’ 4:19]
“Ellas tienen tanto el derecho al buen trato como la obligación de tratar bien a sus maridos. Y los hombres tienen un grado superior al de ellas; y Allah es Poderoso, Sabio.”
[al-Baqarah 2:228]
El Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Les ordeno que traten bien a las mujeres”.Narrado por al-Bujari, 331; Muslim, 1468.
Y el Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “El mejor de ustedes es aquel que es el mejor con su esposa, y yo soy el mejor de ustedes con mis esposas”. Narrado por al-Tirmidhi, 3895; Ibn Maayah, 1977; clasificado como sahih por al-Albaani in Sahih al-Tirmidhi.
Y el Islam honra a las mujeres como hijas, y fomenta que sean bien criadas y educadas. El Islam dice que criar hijas traerá grandes recompensas. Por ejemplo, el Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Quien cuide a una hija hasta que alcance la madurez, él y yo estaremos así el Día de la Resurrección,” Y mantuvo sus dedos unidos. Narrado por Muslim, 2631.
Ibn Maayah (3669) narró que ‘Uqbah ibn ‘Aamir (que Allah esté complacido con él) dijo: Oí al Mensajero de Allah (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) decir: “Quien tenga tres hijas y sea paciente con ellas, las alimente, les brinde bebida y vestimenta con sus riquezas, las tendrá a ellas como protección contra el Infierno en el Día de Resurrección”. Clasificado como sahih por al-Albaani in Sahih Ibn Maayah.
El Islam honra a las mujeres como hermanas y tías. El Islam invita a mantener y fortalecer los lazos de parentesco y prohíbe en varios textos la ruptura de éstos lazos. El Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “¡Oh pueblo! Esparce (el saludo de) salaam, ofrece alimentos (al necesitado), mantén los lazos de familia y ora por la noche cuando las gente se encuentra durmiendo; y entrarás al Paraíso en paz". Narrado por Ibn Maayah, 3251; clasificado como sahih por al-Albaani en Sahih Ibn Maayah.
Al-Bujari (5988) narró que el Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Allah, alabado sea, dijo sobre los lazos de familia: “A aquel que te mantenga, yo lo apoyaré, y a aquel que te aparte, Yo lo apartaré de mí”.
Todas estas cualidades pueden co-existir en una mujer: ella puede ser esposa, hija, madre, hermana, tía, por lo tanto puede ser honrada de todas estas maneras.
En conclusión: El Islam eleva el nivel de las mujeres, y las hace iguales a los hombres en la mayoría de las reglas. Por eso, las mujeres, así como los hombres deben cumplir el mandamiento de creer en Allah y de alabarlo. Y las mujeres fueron hechas iguales a los hombres con respecto a la recompensa en el Más Allá. Las mujeres tienen el derecho a expresarse, a brindar consejo sincero, ordenar lo que está bien y prohibir lo que es pecado, y a llamar a las personas hacia Allah. Las mujeres tienen derecho a poseer propiedades, a comprar y vender, a heredar, a hacer caridad y dar obsequios. No está permitido que alguien tome las riquezas de una mujer sin su consentimiento. Las mujeres tienen derecho a una vida decente, sin padecer agresiones o maltratos. Las mujeres tienen derecho a ser educadas; de hecho es obligatorio que se les enseñe lo que tienen que saber acerca de su religión.
Todos los que comparen los derechos de las mujeres en el Islam con su situación durante el periodo pagano pre-islámico o en otras civilizaciones entenderá que lo que decimos es verdad. De hecho, estamos seguros de que las mujeres son honradas de la mejor manera en el Islam.
No hay necesidad de nombrar la situación de las mujeres en Grecia, Persia o la sociedad Judía, pero aún las sociedades Cristianas han tenido un mala actitud hacia las mujeres. Los teólogos hasta se han reunido en el Consejo de Macon para discutir si las mujeres tienen solamente un cuerpo o un cuerpo con alma. Ellos pensaban que lo mas probable era que las mujeres no tuvieran un alma que pudiera ser salvada, e hicieron una excepción sólo en el caso de María (la paz sea con ella).
Los franceses mantuvieron una conferencia en el 586 CE para discutir si las mujeres tenían alma o no, y si la tenían, ¿era animal o humana? Al final, ¡decidieron que era humana! Pero que fueron creadas sólo para servir a los hombres.
Durante los tiempos de Enrique VIII, el Parlamento Inglés promulgó un decreto que prohibía a las mujeres leer el Nuevo Testamento porque eran consideradas impuras.
Hasta 1805, la Ley inglesa permitía a un hombre vender a su esposa, y establecía el precio de la esposa en 6 peniques.
En la era moderna, las mujeres eran echadas de sus casas a los dieciocho años, para que pudieran comenzar a trabajar para ganarse la vida. Si una mujer quería quedarse en su casa, tenía que pagarles a sus padres la renta de su habitación, los alimentos y el lavado de su ropa.
Ver ‘Awdat al-Hijaab, 2/47-56.
¿Cómo puede compararse esto con el Islam, que ordena que se honre y trate amablemente a las mujeres, y que se sufrague todos sus gastos?
En segundo lugar:
Con respecto a los cambios de esos derechos a través de los tiempos, los principios básicos no han cambiado, pero con respecto a la aplicación de esos principios, no hay dudas de que durante la era de oro del Islam, los musulmanes aplicaban más la shari'ah de su Señor, y las reglas de la shari’ah incluyen honrar a nuestra madre, y tratar a nuestra esposa, hija, hermana y mujeres en general amablemente. Más débil se hizo el cumplimiento religioso, más fueron negados estos derechos, pero hasta el Día de Resurrección, seguirá existiendo un grupo que se adhiere a su religión y aplica la shari’ah de su Señor. Esta es la gente que más honra a las mujeres y le otorga sus derechos.
A pesar de la debilidad de los mandamientos religiosos entre muchos musulmanes en estos tiempos, las mujeres todavía disfrutan de un nivel elevado, ya sea como hijas, esposas, hermanas, aunque reconocemos que existen imperfecciones, maldad y olvido de los derechos de las mujeres entre algunas personas, pero cada uno responderá por sus actos.