Alabado sea Dios.
Alabado sea Allah.Para proteger nuestra casa contra bichos es necesario en primer lugar tomar las medidas apropiadas, tales como usar venenos en polvo o repelentes, cerrar bien algunas ventanas, y mantenerla limpia de todo aquello que pueda atraerlos a la casa, y otras cosas que la gente hace para proteger sus hogares.
El Islam no está basado en milagros y sucesos extraordinarios, sino que nos encomienda tomar las medidas apropiadas y trabajar duro en eso, mientras también ponemos nuestra confianza en Allah. El musulmán no debe ser fatalista ni fallar en tomar las medidas que Dios ha prescripto para este mundo, y cada vez que uno enfrenta una situación o preocupación acerca de algo, ni buscar súplicas u oraciones que uno piensa podrían satisfacer estas necesidades sin haber tomado las medidas mundanas que puedan servir para lograr esa meta.
Con respecto a proteger nuestra casa contra los bichos, hay algunas súplicas que el Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) nos enseñó, tales como las siguientes:
1 – Se narró que Jawlah bint Hákim as-Sulamíyha dijo: “Oí al Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) decir: “Quien se detenga en un lugar y diga: “A’udu bi kalimat Allah at-támmah min shárri jalaq (me refugio en las palabras perfectas de Dios del mal de lo que Él ha creado)”, nada lo lastimará hasta que se mueva de ese lugar”.
Narrado por Muslim, 2708.
An-Nawawi dijo en Shárh Muslim (17/31):
“Se dijo: “Lo que esto significa es palabras en las cuales no hay insuficiencias ni faltas”, o se dijo también: “Palabras beneficiosas y curativas”, y se dijo que lo que aquí significa “palabras” es el Corán”. Fin de la cita.
Se narró de Abu Hurairah que él dijo: “Un hombre vino al Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) y dijo: “Oh, Mensajero de Dios, fui picado por un escorpión la última noche”. Él le dijo: “Si hubieras dicho cuando la noche venía “a’udu bi kálimat Allah at-támmah min shárri ma jálaq (me refugio en las palabras perfectas de Dios del mal de lo que Él ha creado), no te habría lastimado”.
Narrado por Muslim, 2709.
Al-Manáwi dijo en Fáyd al-Qadír, 1/446:
“Si uno dice con verdadera fuerza y sumisión lo que el Legislador dijo, “nada lo lastimará”, de entre las alimañas y criaturas, “hasta que se mueva de ese lugar”.
Al-Qurtubí dijo: “Un reporte auténtico, y verdaderas palabras. Desde que lo he oído he actuado en base a él, y nada malo me ha sucedido. Olvidé decirlo una noche, y me picó un escorpión”. Fin de la cita.
2 – Se narró que Ibn ‘Abbás (que Allah esté complacido con él) dijo:
“El Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) solía buscar protección para al-Hásan y al-Husain (sus nietos), y decir: “Su padre (Ibrahím) solía buscar protección por medio de ellas (de estas palabras) para Isma’il e Isháq: “a’udu bi kálimat Allah it-támmah min kúlli shaiatín wa hámmah wa min kúlli ‘ainin lámmah (Me refugio en las palabras perfectas de Dios de cada demonio y reptil venenoso, y de cada ojo malicioso”.
Narrado por al-Bujari, 3371.
Ibn Háyar dijo en al-Fáth al-Bári, 6/410:
“Hammah (plural de hawám) quiere decir animales venenosos”. Fin de la cita.
An-Nawawi dijo en Shárh Muslim, 14/170:
“Muchos o la mayoría dijeron que es permisible recitar ruqiah auténticas cuando uno teme el ataque de animales molestos o venenosos. La evidencia para esto aparece en varios reportes, incluyendo el reporte de ‘Aa'ishah en la obra Sahih al-Bujari: “Cuando el Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) se iba a dormir, soplaba en sus manos y recitaba Qul húa Allahu áhad y al-Mi’wadhatáin, luego se las frotaba por su rostro y todo el cuerpo”. Y Allah sabe más”. Fin de la cita.
3 – Se narró que ‘Abd Allah ibn ‘Umar (que Allah esté complacido con él) dijo: “Cuando el Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) estaba viajando y llegaba la noche, decía: “Oh, Tierra, mi Señor y tu Señor es Dios. Busco refugio en Dios del mal que haya en ti. Busco refugio en Dios de los leones y seres los oscuros, de las serpientes y los escorpiones, de los habitantes de la tierra, y de los padres e hijos”.
Narrado por Abu Dawud (2306), pero no comentó su autenticidad. También narrado por an-Nasá’i en as-Sunan al-Kubra, 6/144, con dos cadenas de transmisión, de Safwán ibn ‘Amr y de Shuraih ibn ‘Ubaid, de az-Zubair ibn al-Walíd, de Ibn ‘Umar.
Yo digo: esta cadena de transmisión puede considerarse buena, porque sus transmisores son confiables (ziqat) aparte de az-Zubair ibn al-Walid, que es uno de los sucesores rectos (tabi’ín). Aunque no se ha narrado que él fuera confiable, Ibn Hibbán lo mencionó en az-Ziqát 4/261. Al-Bujari no dijo nada acerca de él en at-Tarij al-Kabír (3/410), pero ad-Dahabi dijo en al-Káshif 1/402: “Es confiable”.
Fue clasificado como auténtico por al-Hákim en al-Mustádrak 1/615 y por Ibn Juzaimah (4/152). Y como bueno por al-Háfiz Ibn Háyar, como dice en al-Futuhát ar-Rabaaníyah, 5/164. Pero al-Albani lo clasificó como débil en as-Sílsilah ad-Da’ifah, 4847.
Dice en ‘Awn al-Ma’bub 7/189: “al-áswad (traducido como “los seres oscuros”), significa grandes serpientes. “…de los habitantes de la tierra”, se ha dicho que se refiere a los humanos, porque usualmente vivimos en ella, o también se ha dicho que se refiere a los yins (genios). “De los padres y los hijos”, al-Jattábi dijo: “Puede ser que lo que quiso decir por “padre” es Iblis (Satanás), y por “hijos”, los demonios”. Fin de la cita.
Pero debemos señalar que las súplicas que hemos citado aquí son para protección contra el mal de estas alimañas y animales; pero no necesariamente los mantienen alejados. Pueden estar presentes alrededor de una persona y en su casa, pero no lo lastimarán.
Le pedimos a Dios el Todo Poderoso, que nos proteja a nosotros y a ti de todos los males.
Y Allah sabe más.