Alabado sea Dios.
Alabado sea AllahEn primer lugar, verdaderamente, a Dios pertenecemos y hacia Él retornaremos. Este es el resultado de permitir que se mezclen libremente hombre y mujeres en una sociedad; que se formen relaciones prohibidas entre ellos. ¿Cuán a menudo ha conducido esta negligencia a las calamidades, lamentaciones y la pena que afligen a quien ha perdido su honor? Luego estos lobos abandonan a estas mujeres al costado del camino, cuando ya no les sirven, luego de haberlas usado. No hay forma de que una mujer pueda confiar en un hombre así cuando estuvo de acuerdo en esa relación inmoral con él y cuando todavía no está preparado para casarse con ella. Más bien el objetivo es el placer barato y fácil.
La familia de ella se verá afectada por la pérdida de su honor si esa relación se descubre, y cada creyente en cuyo corazón haya algo de modestia se sentirá triste cuando oye tales historias. La sociedad entera en la cual la inmoralidad y el mal están ampliamente difundidos, se verá también afectada.
En segundo lugar, alabamos a Dios, le damos gracias porque te has arrepentido de tales acciones malvadas, y le pedimos que acepte tu arrepentimiento, te perdone, y que aleje el mal y la inmoralidad de tu vida. Pero lo que te ha sucedido a ti es una lección para los demás. Cuán a menudo los eruditos y da’íyahs han advertido de la tentación y la discordia que enfrentan el hombre y la mujer, han hablado acerca de la importancia de aferrarse a los sagrados límites que Dios ha dispuesto al hablar, mirar, y tocar a otras personas, o quedarse a solas con alguien del sexo opuesto, para preservar el honor y la castidad, en un tiempo en que hay gente abogando por la inmoralidad o se toman estos asuntos a la ligera, llamando a esto ‘liberación’, ‘civilidad’ o ‘progreso’. Esto es como Allah dijo (traducción del significado):
“Allah quiere absolveros, mientras que quienes siguen sus pasiones quieren que os extraviéis completamente” (an-Nisá’ 4:27).
Es importante que continúes arrepintiéndote y lamentando lo que has hecho, ruegues mucho a Dios y te vuelvas hacia Él, para que Dios pueda perdonarte y cubrir tus faltas en este mundo y en el siguiente.
No hay nada de malo en que aceptes el matrimonio con este hombre piadoso que te ha propuesto matrimonio, en tanto te hayas arrepentido ante Dios por lo que has hecho en el pasado. No debes decirle nada acerca de tu pasado, por el contrario, no es permisible que se lo digas. Oculta tus faltas y resérvalas al conocimiento de Dios, como el Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Eviten las cosas inmundas que Dios a prohibido, y quien las cometa, que las oculte y las reserve para sí mismo y para el conocimiento exclusivo de Dios, glorificado y exaltado sea”. Narrado por al-Baihaqi y clasificado como auténtico por al-Albani en as-Sílsilah as-Sahihah, No. 663.
Muslim (2590) narró de Abu Huraira (que Allah tenga misericordia de él) que el Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Dios no cubre las faltas de una persona en este mundo sin que también las oculte en el Día de la Resurrección”.
Estas son buenas noticias para quien se arrepiente y para aquél a quien Dios le ha cubierto sus faltas en este mundo: que Dios también se las oculte en el Más Allá. Lo que importa es que no persistas en el pecado, que no abuses de la paciencia y el perdón de Dios, porque si Allah quiere, Él puede sacar a la luz tus pecados, porque Dios perdona pero no olvida nuestras faltas.
Y Allah sabe más.