Alabado sea Dios.
En primer lugar, los juristas difieren sobre si la piel de cerdo puede ser purificada por medio del curtido. Los sháfi’is sostienen el punto de vista de que el curtido purifica todas las pieles, ya sea que pertenezcan a un animal que es permisible comer o no, excepto las pieles de perro y cerdo. Abu Hanifah sostuvo el punto de vista de que la excepción es la piel de cerdo solamente. Los imames Áhmad y Málik consideraron que la piel de los animales hallados muertos no puede ser purificada por medio del curtido, incluyendo la piel de cerdo. Hay un reporte del Imam Áhmad que dice que la piel del animal que fue puro en vida puede ser purificada por medio del curtido, aún si la carne no es permisible comerla, y hay otro reporte que dice que nada puede ser purificado por medio del curtido excepto la piel de los animales cuya carne es permisible comer.
Dawud az-Záhiri e Ibn Házm sostuvieron el punto de vista de que todas las clases de pieles pueden ser purificadas por medio del curtido, incluyendo las pieles de perro y de cerdo, y este punto de vista también fue narrado de Abu Yusuf, el compañero de Abu Hanifah, y algunos de los málikis tal como Sahnún, Ibn ‘Abd el-Hakam, ‘Abd el-Mun’am ibn al-Faras, y ash-Shawkani entre los eruditos posteriores.
En segundo lugar, los eruditos difieren acerca de las normas sobre usar la piel de cerdo luego de ser curtida. Quienes sostuvieron que es pura luego de curtirla, no tienen dudas de que es permisible usarla para toda clase de propósitos. Algunos de los que dijeron que el curtido no purifica la piel han dicho que es permisible usarla seca, pero no húmeda. Esto fue narrado de los hánbalis. Lo que significa es que puede ser usada para contener granos, por ejemplo, y que puede ser usada en la confección de vestimentas como los zapatos.
Dice en al-Mawsu’ah al-Fiqhíyah, 20/34:
“Los juristas están unánimemente de acuerdo en que la piel de cerdo no puede ser purificada por medio del curtido, y que no es permisible usarla porque es impura en sí misma, y curtida es similar a cuando el animal estaba vivo, y si cuando el animal estaba vivo no era permisible, curtirla no la purifica.
Se narró de Abu Yusuf que la piel de cerdo se purifica mediante el curtido. Hay otro reporte que difiere con el punto de vista bien conocido de los málikis; fue narrado de ‘Abd el-Mun’am ibn al-Faras, que la piel de cerdo es como cualquier otra clase de piel, y que es permisible usarla seca y húmeda una vez que ha sido curtida, ya sea que el animal haya sido sacrificado de la forma apropiada o no”. Fin de la cita.
En la respuesta a la pregunta No. 1695 hemos afirmado que la piel de cerdo es impura y no se vuelve pura por medio del curtido. En la respuesta a la pregunta No. 13213 citamos al Shéij ‘Abd el-‘Azíz ibn Baaz (que Allah tenga misericordia de él) diciendo que para estar seguros es mejor no usarla aún si ha sido curtida, a causa de la diferencia de opinión sobre el asunto.
Tercero, por lo arriba mencionado queda claro que el asunto de si la piel de cerdo es purificada por medio del curtido está sometido a juicio, pero no así la carne de cerdo. La prohibición sobre la carne de cerdo es un asunto en el cual los sabios están unánimemente de acuerdo, y no es permisible disputar sobre ello, a causa de la contundente evidencia.
Si nos basamos en el punto de vista de que la piel de cerdo se vuelve pura por medio del curtido, no hay duda de que es permisible usarla.
Y si nos basamos en el punto de vista de que no se purifica por medio del curtido, no hay duda de que se vuelve permisible usarla en caso de necesidad mayor. Si hay consenso que es permisible comer carne de cerdo en caso de necesidad, aún cuando los sabios están unánimemente de acuerdo en que regularmente está prohibida, entonces es más probable que sea permisible usar la piel después de curtirla, acerca de lo cual hay diferencia de opinión, si es un caso de necesidad.
Cuarto, con respecto al punto específico de usar la piel de cerdo para hacer válvulas para el corazón, si no es posible hacer estas válvulas de una piel originalmente pura, entonces es permisible hacerlas con piel de cerdo en caso de necesidad, y debería dársele preferencia antes que al metal, el cual requeriría tomar medicinas permanentemente, lo que podría conducir a muchos efectos secundarios.
El Imam an-Nawawi (que Allah tenga misericordia de él) dijo:
“Si una persona se quiebra un hueso, debe entablillarse usando un hueso puro. Nuestros compañeros (es decir, los sháfi’is) han dicho: “No es permisible entablillarlo usando algo impuro, cuando uno es capaz de usar algo puro en su lugar. Si lo entablilla usando algo impuro, el asunto está sujeto a una discusión posterior. Si necesita ser entablillado y no puede encontrar algo puro en su lugar, entonces está excusado. Pero si no era necesario y había algo puro que se podía usar en su lugar, entonces ha pecado y la tablilla debe ser removida, si no hay temor de que pueda morir o de que el miembro resulte dañado como resultado”. Fin de la cita de al-Maymu’, 3/145.
El shéij Muhámmad al-Mujtar ash-Shanqiti (que Allah tenga misericordia de él) dijo, comentando las palabras del imam an-Nawawi:
“Él (que Allah tenga misericordia de él) explicó que el principio básico es que está prohibido usar huesos impuros para tratamiento médico, y se deben usar huesos puros en su lugar. Si no hay ninguno disponible, entonces puede entablillarse usando un hueso impuro, pero en ese caso se deben reunir dos condiciones:
1 – Debe existir la necesidad de entablillar el hueso
2 – No debe haber ningún objeto puro disponible que pueda ser usado en su lugar
Si una de estas dos condiciones no se cumple, entonces no es permisible entablillar un miembro usando algo impuro, y se considera que quien lo haya hecho ha cometido un pecado y la tablilla debe ser removida, en tanto no exista el temor de que pueda fallecer o que su miembro resulte dañado por ello.
Basándonos en esta discusión, el tratamiento médico por medio de transplantes de órgano de un animal de este tipo (es decir, un animal impuro), debe reunir dos condiciones:
1 – La persona afectada debe estar claramente necesitada del transplante de un animal impuro. Esta condición sólo se cumple cuando los doctores especialistas determinan que existe tal necesidad.
2 – Que no haya ningún órgano puro disponible que pueda ser usado en su lugar.
Si se reúnen estas dos condiciones, no hay nada de malo en que se transplante este órgano impuro o parte de él, y la presencia de este órgano impuro no se considera que tenga algún efecto sobre su oración o actos de culto para los que se requiere la purificación ritual, desde que existe una razón para la cual se le concede a la persona una licencia que se lo permite”. Fin de la cita de Ahkám al-Yaráhah at-Tibbíyah, p. 268.
Por eso el Concilio Islámico de Jurisprudencia afirmó que es permisible, sin reservas, tomar el órgano de un animal cuya carne es permisible comer y que ha sido sacrificado adecuadamente, o de algún otro animal en caso de necesidad, y transplantarlo a la persona que lo necesita.
Le preguntaron al Shéij Muhámmed ibn al-‘Uzaimín (que Allah tenga misericordia de él):
“Los cardiólogos pueden poner una vena hecha de metal o pueden colocar una vena que ha sido tomada de un cerdo. Pero el metal puede deteriorarse, y la vena del cerdo sería mejor, pues pueden ser aceptadas por el organismo como parte del cuerpo de la persona. ¿Cuáles son las normas sobre esto?”
Él respondió:
“No hay nada de malo con ello, es decir, no hay nada de malo con poner venas de otro animal en el corazón de otra persona durante un transplante, y esto debe estar basado en lo que es más conveniente para el funcionamiento del corazón, porque esto no es igual que comer, y Dios sólo nos ha prohibido comer el cerdo. Una vez que sabemos que nada más puede ayudar a la persona excepto esto, entonces se convierte en un asunto de necesidad, y Dios dijo con respecto a comer cerdo, es decir, a ponérselo directamente en la boca (traducción del significado):
“…se ha mencionado el nombre de Allah, cuando Él ya os ha detallado lo que os está prohibido [comer], salvo en caso de extrema necesidad…” (al-An’ám 6:119).
Fin de la cita de Liqaa’át al-Bab il-Maftuh, 106, pregunta No. 2.
Y Allah sabe más.