Alabado sea Dios.
La lectura de historias eróticas, aún cuando se haga con la propia esposa, incluye muchos males como los siguientes:
1-Estas historias se adquieren ya sea comprándolas o tomándolas prestadas. Esto no está permitido, porque estimula a quienes las imprimen, publican y distribuyen. Allah dice en el Corán (interpretación del significado): “no cooperéis en el pecado y la trasgresión” [al-Maa'idah 5:2].
2-Estas historias solo son escritas por gente promiscua e inmoral. La mayoría de los que las escriben son kuffaares que no cumplen con la religión, ética o estilo de lo que escriben. Leerlas constituye una forma de propagar sus formas distorsionadas y malas costumbres entre la gente, ya sea que se den cuenta de ello o no. El Profeta (la paz y las bendiciones sean con él) dijo: “La semejanza entre un buen compañero y otro malo es como la que existe entre el vendedor de almizcle y el herrero que mueve el fuelle. En cuanto al que vende almizcle, te dará un poco o tú se lo comprarás, o notarás que posee un rico aroma. Pero en cuanto al que hace andar el fuelle, o quema tus ropas o notarás que posee un olor desagradable”. Narrado por al-Bujari, 5534; Muslim, 2628.
Al-Haafiz dijo: “Este hadiz indica que está prohibido sentarse con aquellos cuyos intereses dañaran nuestros intereses religiosos o mundanos”. Fath al-Baari, 4/410.
3-Estas historias contienen mentiras y exageraciones, y describen situaciones imaginarias, que afectan al lector de manera negativa, y harán que los cónyuges estén menos satisfechos entre sí.
4-No hay garantías de que estas historias no caerán en manos de niños, cuya ética puede verse corrompida y pueden descarriarse o pensar mal de sus padres. Puede ser que los padres no lo sepan, pero ellos cargarán el peso del pecado de sus hijos cuando el arrepentimiento sea en vano.
Por estas y otras razones, no veo que sea permitido que se lean este tipo de historias. Hay suficiente dentro de lo que está permitido, por eso no tenemos necesidad de lo que es haraam; lo que Allah ha permitido proporciona suficiente placer, con el cual Allah está satisfecho y por medio del cual el individuo y la sociedad se encuentran protegidos del esparcimiento del mal y la inmoralidad.
Y Allah sabe mejor.