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Alabado sea Dios.
Alabado sea Allah.El contador de historias (Qassás) es aquel que dirige a la gente común y los exhorta partiendo de las historias que narra.
Ibn al-Yawzi (que Allah tenga piedad de él) dijo:
El contador de historias es aquel que prueba un punto de vista contando historias del pasado y explicándolas.
Recordar (tadhkir) significa contarle a las personas sobre las bendiciones de Allah y alentarlas a agradecerle y advertirlas sobre qué sucede al desobedecerlo.
Predicar o exhortar significa recordarles a las personas acerca del castigo de Allah y ablandar sus corazones.
La palabra qass (pl. qassasun) “contador de historias” se aplica a los tres.
Al-Qussas wa Mudhakkirin (157-159).
La narración y la exhortación son elogiables en principio, porque Allah dice (interpretación del significado):
“Éste es el ejemplo de quienes desmienten Nuestros signos; nárrales pues, estas historias para que reflexionen”.
[al-A’raaf 7:176]
“Alá conoce bien lo que encierran sus corazones. Apártate de ellos, amonéstales y exhórtalos con palabras que los conmuevan”
[al-Nisa’ 4:63]
“Y exhorta que quienes crean reflexionarán y se beneficiarán”
[al-Dhaariyaat 51:55]
El Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah estén con él) también solía recordarles y exhortar a las personas y contarles historias sobre los pueblos pasados en las cuales había lecciones que debían ser aprendidas.
Fue narrado que al-‘Irbad ibn Sariyah (que Allah esté complacido con él) dijo:
El Mensajero de Allah (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) nos exhortaba de una manera tan elocuente que nos conmovía hasta las lágrimas y ablandaba nuestros corazones. Narrado por al-Tirmidhi (2676), quien dijo: hasan sahih. También fue clasificado como sahih por al-Albani en Sahih al-Tirmidhi.
Fue narrado de Ibn ‘Umar (que Allah esté complacido con él) que el Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah estén con él) contó al pueblo la historia de tres hombres que habían quedado atrapados en una cueva por una roca que les impedía salir. Le pidieron ayuda a Allah en virtud de sus buenas acciones para mover la roca, hasta que finalmente la roca cedió. Narrado por al-Bujari (2215) y Muslim (2743).
De igual manera, los Sahabah (que Allah esté complacido con ellos) solían recordarle al pueblo sobre Allah y recitarles el Qur’an y el hadiz, y llamarlos a que aprendieran lecciones de las historias de los pueblos del pasado.
Fue narrado que Abu Wa’il dijo: ‘Abd-Allah ibn Mas’ud solía recordarle al pueblo todos los jueves. Un hombre le dijo: Oh, Abu ‘Abd al-Rahman, ojalá nos lo recordaras todos los días. Él respondió: Si no lo hago es porque no quiero aburrirlos. Intento elegir el mejor momento para hacerlo, tal como el Profeta (que la paz y las bendiciones del Profeta estén con él) solía hacerlo con nosotros, por temor a aburrirnos.
Narrado por al-Bujari (70) y Muslim (2821).
Aquel que siga la guía del Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah estén con él) y sus compañeros, y predique para el pueblo y los exhorte con el conocimiento y el entendimiento, y no se deje tentar por la mentira, la arrogancia, la exageración o la demostración de ignorancia, no podrá ser criticado; por el contrario, será recompensado y deberá apreciárselo.
El Imam Ahmad dijo: Creo que, si el contador de historias es sincero, no hay nada malo en sentarse junto a él.
Se le preguntó a Al-Awza’i acerca de las personas que se reúnen y le piden a un hombre que les cuente historias. Él respondió: Si eso sucede un solo día, no hay nada malo al respecto.
Al-Jallal narró que Abu Bakr al-Marwadhi dijo: Escuché a Ahmad ibn Hanbal decir: Me agradan los contadores de historias porque mencionan la justicia y el tormento de la tumba. Le dije: ¿Crees que debemos acercarnos a ellos? Él respondió: Sí, por Allah, si son sinceros.
Él dijo: Un hombre acudió al Imam Ahmad y ante él se lamentó de que sufría de waswasah (susurros de Shaytan). Él dijo: Debes ir donde el contador de historias y verás lo beneficioso que es sentarse junto a él.
Sin embargo, como ciertas personas sin conocimientos comenzaron a predicar y a narrar historias, y mentían y agregaban o quitaban detalles y se centraban en exhibirse y en adquirir fama, o su conducta y sus acciones eran malas, los imames y los sabios alertaron al pueblo contra estas personas.
Fue narrado de Ibn ‘Umar que al abandonar la mezquita, solía decir: Lo único que me obligó a abandonar la mezquita fueron estos contadores de historias; si no hubiera sido por ellos, no habría partido.
Fue narrado de Umm al-Darda’ que ella les envió un mensaje a dos hombres diciendo: Díganles que deben temer de Allah y que deberían exhortarse a ellos mismos antes de exhortar a otros.
Fue narrado de Shu’bah ibn Hayyay que un joven se le acercó y le consultó acerca de un hadiz. Le preguntó: ¿Eres un contador de historias? Él respondió: Sí. Él dijo: Entonces vete, pues no narramos ningún hadiz a los contadores de historias. Entonces le preguntó: ¿Por qué no? Él dijo: Nos piden un hadiz de un palmo de extensión y una vez que lo toman ¡pasa a tener un codo de extensión!, es decir, le agregan detalles al hadiz.
Se le preguntó a Sufyan al-Zawri: ¿Podemos escuchar las historias de los contadores de historias? Él respondió: Deben darle la espalda a la innovación.
Los reportes citados anteriormente pueden encontrarse en al-Adab al-Shar’iyyah (2/82-89).
Ibn al-Yawzi dijo: La peor de las fabricaciones de hadiz es la que realizan los contadores de historias. Fin de la cita.
Al-Qussas (308).
Conclusión: El contador de historias no es condenable por el hecho de ser un contador de historias. Sí lo es cuando mezcla mentiras, exageraciones e invenciones con la religión.
Ibn al-Yawzi dijo: A los contadores de historias no se los critica por ser contadores de historias; a los contadores de historias se los critica porque la mayoría cuenta historias sin hacer mención a conocimientos útiles, y la mayoría de ellos mezclan lo que narran o se confían. Fin de la cita.
Talbis Iblis (134).
El Imán Ahmad dijo: El contador de historias que mencione el Paraíso y el Infierno y les advierta a las personas, y sea sincero y hable con la verdad (no hay nada malo con él); con respecto a aquellos contadores de historias que inventan historias y hadices, deben ser ignorados. Fin de la cita.
Al-Adab al-Shar’iyyah (2/85).
Por lo tanto, se dará cuenta de que si un contador de historias es descrito como uno de los contadores de historias (qussas), no necesariamente implica que sea perdonado o condenado. Algunos de los contadores de historias eran contadores de historias dignos de confianza y otros eran da’if (débiles). A continuación se incluyen algunos ejemplos:
Sa’id ibn Hassan al-Majzumi, el contador de historias del pueblo de la Meca. Ibn Ma’in, Abu Dawud y al-Nasa’i dijeron: él es ziqah (confiable). Tahdhib al-Tahdhib (4/15).
‘A’idh-Allah ibn ‘Abd-Allah ibn ‘Amr. Mak-hul dijo: No he visto a nadie más sabio que él. Al-Zuhri dijo: Fue el contador de historias y juez del pueblo de Siria. Tahdhib al-Tahdhib (5/74).
Zabit ibn Aslam al-Banani. Ahmad dijo: Zabit es bueno en el hadiz. Él solía contar historias, y Qatadah solía contar historias.
Tahdhib al-Tahdhib (2/3).
Ibn al-Jawzi dijo: Escuchamos a Hammad ibn Salamah decir: Yo tenía entendido que los contadores de historias no memorizaban los hadices. Yo solía narrarle hadices a Zabit, y cuando lo hacía decía Anas en lugar de Ibn Abi Layla y Ibn Abi Layla en lugar de Anas para confundirlo pero él siempre me corregía. Fin de la cita. Es decir, lo puso a prueba y se dio cuenta de que había memorizado el hadiz correctamente.
Al-Qussas (260)
Entre los que eran da’if (débiles), se encontraban los siguientes:
Ahmad ibn ‘Abd-Allah ibn ‘Iyad al-Makki, quien narraba reportes munkar. Abu Hatim dijo: él solía contar historias. Mizan al-I’tidal (1/248)
Darraj Abu’l-Samh. Ahmad dijo: Sus hadices son munkar y lo consideraba débil. Ibn Yunus dijo: él solía contar historias en Egipto. Mizan al-I’tidal (3/40).
Y Allah sabe mejor.