Alabado sea Dios.
Si suponemos que la persona no puede realizar la abluciَn mayor (ghusl) en el aviَn, entonces éste sería el caso conocido por los expertos de jurisprudencia (fiqh) como el caso de “Quien no puede realizar la abluciَn con ninguno de los dos purificantes (faqid al-tahurain)” (es decir, agua para el udu’ y tierra para el tayammum), y las opiniones difieren en este aspecto. El Imám Ahmad y la mayoría de los narradores dicen que la persona debe orar aْn estando impuro, ya que es lo que está a su alcance, y que Allah no impone sobre nadie una carga mayor de la que puede llevar. La evidencia de esta situaciَn es que Muslim narrَ en su colecciَn genuina de hadices que el Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah desciendan sobre él) enviَ a unas personas a buscar un collar que A’isha había perdido, durante cuyo lapso llegَ el momento de realizar la oraciَn, por lo que esas personas oraron sin la abluciَn (debido a la ausencia de agua). Luego fueron donde el Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah desciendan sobre él) y le mencionaron esta situaciَn. Fue entonces revelado el versículo que permite realizar el tayammum (Sahih Muslim 367). El Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah desciendan sobre él) no les recriminَ lo que habían hecho ni tampoco les ordenَ repetir la oraciَn. Una situaciَn similar puede darse en aquellos pacientes que no pueden mover sus extremidades (una persona con parálisis total sin nadie que la ayude) o los prisioneros que se encuentran maniatados o colgados. La intenciَn de realizar la oraciَn no debe ser pospuesta del momento indicado y, segْn la situaciَn, no será necesario que la persona la repita. Es lo más apropiado, ya que Allah no desea que la religiَn sea una carga para nosotros.