Alabado sea Dios.
El Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) prohibió enterrar gente en la mezquita y construir mezquitas sobre las tumbas; también maldijo a quien hace eso. Esto sucedió cuando estaba en su lecho de muerte, y advirtió a su comunidad. Él (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) afirmó que esta era una costumbre de muchos judíos y cristianos, y que esto conducía a asociar a otros con Dios, porque construir mezquitas sobre las tumbas y enterrar a los muertos dentro de las mezquitas conduce a asociar a los ocupantes de estas tumbas en el culto a Dios, glorificado y exaltado sea, porque la gente puede creer que los ocupantes de esas tumbas pueden beneficiarlos o perjudicarlos por estar enterrados en una mezquita, o que tienen algún estatus especial que significa que la gente debe buscar acercarse a ellos realizando actos de culto y obediencia hacia ellos, en lugar de a Dios, glorificado y exaltado sea.
Los musulmanes debemos tener cuidado de esta práctica peligrosa y asegurarnos que las mezquitas están libres de tumbas y que han sido establecidas en base al concepto de unidad absoluta de Dios (tawhid) y de una fe pura. Allah dijo (traducción del significado):
“Por cierto que en las mezquitas sólo se adora a Allah, así pues no invoquéis a nada ni a nadie junto con Allah” (al-Yínn, 72:18).
Las mezquitas deben ser para Dios solamente, glorificado y exaltado sea y libres de cualquier intento de asociarle con algo de Su creación, porque son lugares donde Dios solamente es adorado, sin compañero ni asociados. Esto es lo que Dios ha ordenado a los musulmanes. Y Allah sabe más”. Fin de la cita.
Shéij Muhámmad ibn Sálih al-‘Uzaimín (que Allah tenga misericordia de él).
Fatáwa al-‘Aquidah, p. 26.
Y Allah sabe más.