Domingo 21 Yumada az Zaniah 1446 - 22 Diciembre 2024
Español

¿Qué dice el Islam sobre los puestos de trabajo de importancia?

Pregunta

¿Hay trabajos o profesiones que sean considerados de alto o bajo estatus en el Islam? ¿El deseo de una persona de obtener una alta posición en su empleo, iría en contra de la idea de la satisfacción [con el decreto divino]? ¿Cuándo contradice la ambición a la satisfacción? ¿Acaso el interés de una persona de lograr un trabajo de alta estima en la sociedad contradice el zuhd [falta de interés en asuntos mundanales] o a no hacer de este mundo su prioridad, o es algo normal que no está prohibido por la enseñanza islámica?

Resumen de la respuesta

1) El Islam no impide buscar una buena ocupación o trabajo de alto estatus. Por el contrario, el Islam alienta y urge a los musulmanes a buscar un mejor nivel y una mejor situación; de hecho, deben buscar lo mejor y luchar por conseguirlo, con la condición de no darle prioridad ante la fe y la búsqueda del bien. 2) Lo que muchos piensan de algunas profesiones —como la carpintería, la herrería, o cuidar de rebaños—, al considerarlas menores, no es correcto, y para refutar eso basta con notar que esas fueron las ocupaciones y trabajos de los mejores de la creación de Al-lah, es decir, de los profetas y mensajeros (la paz sea con ellos). 3) Buscar posiciones o empleos de alto estatus no es permisible excepto para aquel que lo logra de forma lícita y los utiliza para el bien. 4) El hecho de que el Islam aliente al musulmán a buscar el mayor nivel en términos tanto religiosos como mundanales no es contrario a la satisfacción con el decreto divino y con lo que Al-lah nos ha dado, porque una de las formas de conseguir tales logros es tomar las medidas apropiadas.

Alabado sea Dios.

La vida mundanal es un medio para llegar al Más Allá

Al-lah ha hecho este mundo un medio para alcanzar el Más Allá, y un camino para que la persona se prepare para la próxima vida. Por lo tanto, Al-lah declara en Su Libro que ha subyugado para el ser humano a la tierra y todo lo que ella contiene. Al-lah, Exaltado sea dice (lo que en español se interpreta así): {Él es Quien creó para ustedes todo cuanto hay en la Tierra} [Corán 2:29].

{Él es Quien les ha facilitado la vida sobre la Tierra. Recorran sus caminos y coman del sustento de Al-lah, que ante Él comparecerán} [Corán 67:15].

Ibn Kazir (que Al-lah lo tenga en Su misericordia) dijo: “Esto es: viajen a donde quieran, de un país a otro, con el propósito de buscar diferentes tipos de ganancias o comercio” (Tafsir Ibn Kazir, 8/179).

La importancia de la riqueza en el Islam

Muchos versículos y hadices alientan al musulmán a buscar el sustento y viajar por la tierra, todo con el propósito de adquirir riqueza, no solo con el objetivo de acumularla, sino para no depender de los demás, mantener los lazos de parentesco con ella, usarla para realizar buenas acciones, y obedecer a su Señor.

Ibn Al Qaiem (que Al-lah lo tenga en Su misericordia) dijo, al explicar la virtud y la importancia de la riqueza: “Al-lah (Glorificado sea) ha llamado a la riqueza Jair (“bien”) en más de una ocasión en Su Libro, como en los versículos en los que dice (lo que en español se interpreta así):

{Se ha establecido que cuando sientan la muerte acercarse y dejen bienes materiales, hagan un testamento a favor de sus padres y parientes en forma justa} [Corán 2:180].

{… porque tiene una codicia apasionada por los bienes materiales} [Corán 100:8].

Al-lah, Glorificado sea, nos ha dicho que ha hecho a la riqueza un medio para sostener la vida, y nos ha ordenado cuidarla. Nos ha prohibido darla a aquellos que no sean legalmente competentes entre las mujeres, los niños y otros. El Profeta (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) elogió la riqueza cuando dijo: “Qué buena que es la riqueza lícita para el hombre virtuoso” (narrado por Ahmad con una cadena de transmisión correcto). Sa’id Ibn Al Musaiab (que Al-lah lo tenga en Su misericordia) dijo: “No hay nada bueno en aquel que no quiera obtener riqueza por medios lícitos, para no tener que pedirle a la gente, y para poder mantener los lazos de parentesco con ella, y dar lo que corresponde de ella”.

Abu Is-haq As-Subai’i (que Al-lah lo tenga en Su misericordia) dijo: “Solían considerar a la riqueza como una ayuda para cumplir con las obligaciones religiosas”. Muhammad Ibn Al Munkadir (que Al-lah lo tenga en Su misericordia) dijo: “¡Qué buena ayuda es la riqueza para mantener la piedad!”. Sufian Az-Zauri (que Al-lah lo tenga en Su misericordia) dijo: “La riqueza en nuestro tiempo es el arma del creyente”. Yusuf Ibn Subat (que Al-lah lo tenga en Su misericordia) dijo: “La riqueza nunca ha sido, desde que fue creado el mundo, más beneficiosa que en este momento”.

Al-lah, Glorificado sea, ha hecho de la riqueza un medio para mantener el bienestar físico, y cuidar de ella es una forma de mantener el bienestar espiritual, para que uno pueda aprender sobre Al-lah, creer en Él, en Sus mensajeros, amarlo y volverse a Él. Así, la riqueza es un medio para la prosperidad en este mundo y en el Más Allá.

Beneficios de la riqueza en el Islam

Uno de los beneficios de la riqueza es que es la base de actos de adoración y obediencia. Por medio de ella se vuelven posibles el Hayy o la Yihad, a través de ella uno puede gastar en lo obligatorio y recomendable, y con ella uno puede hacer buenas acciones como liberar esclavos, establecer Waqfs (legado financiero), construir mezquitas y puentes, y otras buenas obras. Con la riqueza uno puede contraer matrimonio, lo cual es mejor que enfocarse únicamente en actos de adoración supererogatorios. Con la riqueza la gente alcanza la dignidad, y ella se puede entregar generosamente; por medio de ella se protege el honor de la gente, y uno puede conectarse con hermanos y amigos, y a través de ella los bienhechores alcanzan los más altos niveles y estarán en compañía de aquellos que Al-lah ha favorecido. Es algo con lo cual uno puede ascender a los más elevados grados del Paraíso o caer desde ellos a los más bajo. Por medio de la riqueza uno puede llegar a la gloria. Entre las primeras generaciones solían decir: “No hay gloria sino a través de la acción, y no hay acción si no a través de los bienes”; “Oh, Al-lah, soy uno de Tus siervos para los cuales nada es bueno excepto la riqueza”. Es una de las formas de lograr la buena complacencia de Al-lah, de la misma forma que uno puede incurrir en Su ira (‘Iddat As-Sabirin, pp. 221-223).

Cómo obtener dinero lícito

Para poder lograr estos nobles objetivos a través de la riqueza, los Profetas se esforzaban desempeñando diferentes ocupaciones y tareas, y realizaron distintos tipos de trabajos. De acuerdo a un hadiz narrado por Abu Hurairah (que Al-lah esté complacido con él), el Profeta (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) dijo: “Al-lah nunca envió a un Profeta que no haya cuidado ovejas”. Sus Compañeros dijeron: “¿Incluso tú?”. Él (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) respondió: “Sí. Yo solía cuidarlas para la gente de La Meca a cambio de unas pocas monedas” (narrado por Al Bujari, 2134).

Similarmente, nuestro Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) trabajó en el comercio junto a su tío, Abu Talib, y luego comerció con los bienes de su esposa Jadiyah (que Al-lah esté complacido con ella), tal como se conoce bien de su biografía.

De acuerdo al hadiz narrado por Abu Hurairah (que Al-lah esté complacido con él), el Mensajero de Al-lah (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) dijo: “Zacarías fue carpintero” (narrado por Muslim, 2379).

Al-lah, Exaltado sea, nos cuenta sobre el trabajo de Dawud (la paz sea con él), cuando dice (lo que en español se interpreta así): {Le enseñé cómo fabricar cotas de malla, para que se protegieran en la batalla. ¿Acaso son agradecidos?} [Corán 21:80].

Fue narrado de parte de Jalid Ibn Ma’dan de Al Miqdam (que Al-lah esté complacido con él) que el Mensajero de Al-lah (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) dijo: “Nadie come mejor comida que aquella que adquirió con lo que ganó con sus propias manos. El Profeta de Al-lah, Dawud (la paz sea con él) solía comer de lo que adquiría con sus manos” (narrado por Al Bujari, 1966).

Dawud (la paz sea con él) fue un Profeta y rey, a quien Al-lah dio gran dominio y, a pesar de ello, él (la paz sea con él) solía comer de lo que se ganaba trabajando; realizaba cotas de malla con hierro y las vendía.

El Islam afirma el principio de viajar por la tierra buscando provisión. Ibn ‘Abbas (que Al-lah esté complacido con él) dijo: “Dhu Mayaz y ‘Ukaz eran mercados para la gente de la Yahilía [era pre islámica]. Cuando llegó el Islam, los sahabas empezaron a no gustar de estos mercados, hasta que fue revelado el versículo {No cometen ninguna falta si buscan el sustento de su Señor [comerciando]} [Corán 2:198]” (narrado por Al Bujari, 1681).

Los juristas y eruditos de hadiz han declarado esto. Al Bujari le dio el nombre a un capítulo de su Libro sobre Ventas: Salir a vender y el versículo en el que Al-lah, Exaltado sea, dice (lo que en español se interpreta así): {… recorran la tierra, procuren el sustento…} [Corán 62:10]. Luego citó el hadiz de Abu Musa Al ‘Ashari con ‘Umar (que Al-lah esté complacido con ellos), y las palabras de ‘Umar: “Me distraje [de aprender sobre eso] al estar haciendo negocios en los mercados” (narrado por Al Bujari, 1956; y Muslim, 2153).

Ibn Hayar (que Al-lah lo tenga en Su misericordia) dijo: “Ibn Al Munair dijo en Al Hashiah: ‘Lo que Al Bujari quiso decir es que es permisible moverse con el propósito de comerciar, incluso si la distancia es grande, es diferente de lo que pensaban aquellos con posturas extremas, quienes ni siquiera iban al mercado” (Fath Al Bari, 4/349).

A Bujari (que Al-lah lo tenga en Su misericordia) también incluyó capítulos con títulos como: “Capítulo sobre navegar para comerciar”, “Capítulo sobre lo que se dice del orfebre”, “Capítulo sobre herreros”, “Capítulo sobre sastres”, “Capítulo sobre tejedores”, “Capítulo sobre carpinteros”, etc.

Al incluir estos capítulos y los hadices en ellos, Al Bujari (que Al-lah lo tenga en Su misericordia) quería mostrar que es obligatorio trabajar y tener una profesión u ocupación. Lo que algunos piensan, de que el Islam no urge a la gente a trabajar y ganarse el sustento, es incorrecto.

Algunas personas opinan que ocupaciones como la carpintería, la herrería, o cuidar rebaños, son de menor importancia, pero eso no es correcto, y para refutar tal postura es suficiente notar que esas fueron las ocupaciones y trabajos de los mejores de la creación de Al-lah: los profetas y mensajeros (la paz sea con ellos).

¿Qué dice el Islam sobre los trabajos?

El Islam no impide a la gente buscar una ocupación de alto nivel o un buen empleo. Por el contrario, el Islam alienta al individuo a procurar un mejor nivel y mejorar su situación; de hecho, debe buscar lo mejor para sí y luchar por conseguirlo, con la condición de que no le dé precedencia ante su fe y la búsqueda del bien.

Es por eso que el Profeta (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) dijo: “El creyente fuerte es mejor y más amado para Al-lah que el débil, aunque hay bien en ambos” (narrado por Muslim, 2664). La palabra “bien” (Jair) es indefinida e incluye lo bueno en esta vida y en el Más Allá.

El Islam desalienta que la gente se ocupe en empleos básicos y de bajo nivel, e instruye al musulmán a elevarse por sobre eso, tal como dice el hadiz que fue narrado de Ibn Muhaisah de parte de su padre, en el que le pidió al Profeta (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) permiso para cobrar una comisión por realizar terapia con ventosas y él le dijo que no lo hiciera. Le siguió preguntando y pidiendo permiso hasta que le dijo que alimentara a su camello y a su esclavo con ello [las ganancias] (narrado por Muslim, 2664, y por At-Tirmidhi, 1277, quien lo clasificó como correcto).

Ibn Hayar (que Al-lah lo tenga en Su misericordia) dijo: “Los eruditos han diferido sobre este asunto —la ganancia de aquel que trabaja con ventosas—. La mayoría cree que es permisible… y dijeron: ‘Son ganancias poco modestas y dignas, pero no están prohibidas’. Interpretaron el regaño del Profeta como que fuera algo makruh (desaconsejable), no prohibido” (Fath Al Bari, 4/459).

Y él (que Al-lah lo tenga en Su misericordia) dijo: “El hecho de que sea modesto no significa que no esté prescrito o no sea permisible. El barrendero de la calle tiene un estatus menor que quien trabaja con ventosas, pero si todos se rehusaran a realizar ese trabajo, eso sería un daño para todos” (Fath Al Bari, 4/324).

Ibn Qudamah (que Al-lah lo tenga en Su misericordia) dijo: “El Profeta (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) no deseaba eso [trabajar con ventosas] para un hombre libre, por pensar que era algo más bajo que él, y porque es una ocupación que se considera básica y modesta. El hecho de que le haya instruido alimentar a su esclavo con las ganancias indica que es permisible. Entonces, que le prohibiera comer él mismo de esas ganancias se debe entender como algo que es desaconsejable, pero no prohibido” (Al Mugni, 6/133).

Así, debemos concluir que hay algunas ocupaciones y trabajos que la gente generalmente considera de bajo estatus, como curar con ventosas, recolectar la basura, trabajar en alcantarillas y otros.

Pero podemos señalar lo siguiente:

  • El hecho de que sean trabajos modestos no significa que está prohibido realizarlos, como hemos explicado arriba.
  • Estas ocupaciones pueden ser apropiadas para algunos, por ejemplo, si es que no son buenos para otra actividad. Entonces, realizarlas es mejor que estar desempleado, sin hacer nada y recibiendo caridad de los demás.
  • Sin duda, la sociedad islámica necesita de esas ocupaciones, y son esenciales. Si nadie recoge la basura por varios días, la vida se volverá difícil en esa comunidad y eso traerá enfermedades y epidemias. Por lo tanto, es obligatorio para el Estado islámico remunerar bien esos trabajos, para alentarlos, y para que no haya un momento en el que nadie quiera hacerlos.
  • No se debe menospreciar o burlarse de aquellos que realizan tales trabajos, como quienes no tuvieron oportunidad de tener una educación o tienen una mentalidad más débil, o pasaron por circunstancias que los llevaron a esas tareas. Aquel que trabaja en tales puestos es, sin duda, mejor que el que pide a los demás y se expone a ser humillado.

¿Buscar el nivel más alto en términos religiosos y mundanales contradice la satisfacción con el decreto divino?

El hecho de que el Islam aliente al musulmán a buscar el nivel más elevado en términos religiosos o mundanales no es contrario a la satisfacción con el decreto divino y con lo que Al-lah nos ha dado, porque una de las formas de lograr eso es tomar las medidas apropiadas, lo cual llevará, en la mayoría de los casos, a lograr nuestros objetivos.

Pero si una persona busca su sustento por medios que Al-lah no ha permitido, como a través de acciones ilícitas, el engaño, la estafa, la mentira o el soborno, y su principal preocupación es lograr ganancias mundanales sin la intención de usarlas para obedecer a Al-lah, entonces eso es una señal de descontento con lo que Al-lah le ha brindado, y ha caído en el pecado.

El Profeta (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) dio una descripción vívida del deseo de un hombre por riqueza y estatus. En el hadiz, se narró que Ka’b Ibn Malik Al Ansari (que Al-lah esté complacido con él) dijo: “El Mensajero de Al-lah (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) dijo: ‘Dos lobos hambrientos enviados contra un rebaño de ovejas no causan más daño del que un hombre causa a su fe debido a su ambición por riqueza y estatus” (narrado por At-Tirmidhi, 2376; clasificado como auténtico por Al Albani en Sunan At-Tirmidhi).

El Sheij Al Islam Ibn Taimiah (que Al-lah lo tenga en Su misericordia) dijo: “Definitivamente, el deseo por riqueza y estatus en este mundo es dañino, tal como relató At-Tirmidhi de parte de Ka’b Ibn Malik Al Ansari (que Al-lah esté complacido con él), quien dijo: ‘El Mensajero de Al-lah (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) dijo: ‘Dos lobos hambrientos enviados contra un rebaño de ovejas no causan más daño del que un hombre causa a su fe debido a su ambición por riqueza y estatus’”. Y él [At-Tirmidhi] dijo: “Es un hadiz auténtico”.

El Profeta (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) condenó la ambición por riqueza y estatus —lo cual significa liderazgo y prominencia— y declaró que eso daña la fe como, o más que, el daño que dos lobos hambrientos causan a un rebaño de ovejas” (Maymu’ Al Fatawa, 20/142).

Ibn Al Qaiem (que Al-lah lo tenga en Su misericordia) dijo: “La riqueza que se condena es aquella que se obtiene de forma inapropiada y gastada en algo que no corresponde, y aquel que la tiene se vuelve un esclavo de ella, tanto que controla sus pensamientos y lo distrae de Al-lah y del Más Allá. Entonces, lo que se condena es aquello que lleva al que lo adquiere a lograr metas y objetivos corruptos, o lo que lo distrae de lo encomiable. Lo que se condena es a aquel que abusa de ello, no a la riqueza en sí misma. El Profeta (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) dijo: ‘Desdichado es el esclavo del dinar, el dirham y de las prendas finas’ (narrado por Al Bujari, 2730). Él condenó al que es esclavo de tales cosas, no a las cosas mismas…” (‘Uddat As-Sabirin, pp. 221, 222).

En cuanto a tener interés por este mundo (zuhd), eso no va en contra de buscar riqueza y trabajar en puestos de alto nivel.

Finalmente, se debe notar que buscar tales trabajos de alto estatus no es permisible excepto para aquel que logra llegar a ellos de forma lícita y los usa para el bien.

En relación al que los obtiene de forma incorrecta, o no teme a Al-lah al respecto, ni los usa para el bien —sino que los utiliza para oprimir a la gente, o para desdeñarla, o para acumular riqueza incluso si viniera de fuentes ilegales—, tales posiciones de liderazgo serán causa de perdición en el Día de la Resurrección para aquel que los tuvo.

En referencia a lo que dijo el Profeta (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él): “Ustedes tendrán interés en obtener posiciones de autoridad, pero serán una causa de lamento en el Día de la Resurrección” (narrado por Al Bujari, 7148). Muslim (1825) narró de Abu Dharr (que Al-lah esté complacido con él) que le dijo al Profeta (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él): “’Oh, Mensajero de Al-lah, ¿no me elevarás (a una posición de autoridad)?’; me golpeó en el hombro con su mano y dijo: ‘Oh, Abu Dharr, eres débil y eso es un depósito en confianza, y en el Día de la Resurrección será una causa de humillación y arrepentimiento, excepto para aquel que lo toma y cumple todas las obligaciones y hace todo lo que se le exige’”.

An-Nawawi (que Al-lah lo tenga en Su misericordia) dijo en Sharh Sahih Muslim: “Este hadiz ofrece una evidencia clara de que uno debe evitar las posiciones de autoridad, especialmente en el caso del que es débil y no tiene capacidad para cumplir con el deber requerido en tal puesto. En cuanto a la humillación y el lamento, son inevitables para el que no está calificado, o para quien lo estaba, pero no fue justo al cumplir con sus tareas. Al-lah, Exaltado sea, lo humillará y avergonzará en el Día de la Resurrección, y lamentará su negligencia. En relación a quien estaba calificado para la posición de autoridad y fue justo en su desempeño, tendrá una inmensa recompensa, tal como indican muchos hadices correctos, como el que menciona a los siete que Al-lah les dará sombra [en el Día de la Resurrección], y otros más, y los musulmanes están de acuerdo con esto de forma unánime. Sin embargo, ya que hay mucho peligro en ello, el Profeta (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) nos advirtió al respecto, y también lo hicieron los eruditos, y muchos de las primeras generaciones rechazaron tales responsabilidades y enfrentaron con paciencia la persecución que sufrieron por hacerlo”.

Y Al-lah sabe más.

Origen: Islam Q&A

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