Alabado sea Dios.
El ‘Espíritu Santo’ (Ar-Ruh al-Qudus) es el arcángel Gabriel (la paz sea con él). El shéij Ash-Shanqiti dijo:
“Las palabras de Dios (traducción del significado):
“…y le fortalecimos con el Espíritu Santo” (Al-Báqarah, 2:87) se refieren al arcángel Gabriel, de acuerdo al punto de vista correcto entre los eruditos. Esto está indicado por las palabras (traducción del significado):
“El Espíritu Leal descendió con él” (Ash-Shu’ará', 26:193) y “Entonces le enviamos Nuestro espíritu [el Ángel Gabriel], quien se le presentó con forma humana” (Mariam, 19:17).
Ibn Abi Hatim narró de Áhmad Ibn Sinán, que Abu Az-Za’rá’ le dijo: ‘Abd Allah nos dijo: “El Espíritu Santo (Ruh al-Qudus) es Gabriel”. Algo similar se narró de Muhámmad Ibn Ka’b Al-Qurazi, de Qutádah, de ‘Atíyah al-‘Aufi, de As-Saddi, y de Rabí’ Ibn Anas.
Este punto de vista está apoyado por los reportes narrados por los dos shéijs (Al-Bujari y Muslim) cuya cadena de transmisión se remonta a Abu Salama Ibn ‘Abd er-Rahmán Ibn ‘Awf, que él oyó a Hassán Ibn Zábit al-Ansari pidiéndole a Abu Hurairah que preste testimonio: “Te pido por Dios, ¿oíste al Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) decir “Oh, Hassán, responde en nombre del Mensajero de Dios. Oh Dios, ayúdalo con el Espíritu Santo”?”. Abu Hurairah respondió: “Sí”.
Ver también At-Tafsir al-Masbur por el Dr. Hikmat Bashir, 1/192-193.
El shéij Ibn Taimíyah dijo:
“La mayoría de los eruditos han afirmado que se refiere al arcángel Gabriel, y que Dios lo llamó ‘Espíritu Confiable’, ‘Espíritu Santo’ y ‘Gabriel’”. Fin de la cita de Daqá'iq at-Tafsir, parte 1, pág. 310.
Él escribió un capítulo entero sobre esto, y dijo:
“El capítulo sobre el significado del Espíritu Santo. Dios dijo (traducción del significado):
“¡Oh, Jesús hijo de María! Recuerda la gracia que os concedí a ti y a tu madre, cuando te di fuerzas mediante el Espíritu Santo [el Ángel Gabriel] y hablaste a la gente estando en la cuna y de adulto, y te enseñé la escritura, la sabiduría, la Torá y el Evangelio” (Al-Má'idah, 5:110).
Dios apoyó al Mesías (la paz sea con él) con el Espíritu Santo como Él afirmó en este verso.
En el capítulo Al-Báqarah, Dios dijo (traducción del significado):
“…y concedimos a Jesús, el hijo de María, pruebas evidentes y le fortalecimos con el Espíritu Santo [el Ángel Gabriel]” (Al-Báqarah, 2:87).
“Y de los Mensajeros, preferimos a unos sobre otros. Entre ellos hay a quien Allah habló directamente, y otros a quienes elevó en grados. Y concedimos a Jesús, hijo de María, las pruebas evidentes y lo fortalecimos con el Espíritu Santo [el Ángel Gabriel]” (Al-Báqarah, 2:253).
Esto no se limita sólo al Mesías, otros también fueron apoyados o asistidos por Dios de la misma forma. Los eruditos mencionaron que Dawud rezó a Dios diciendo “No ceses de apoyarme con el Espíritu de Santidad”. Y nuestro Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo de Hassán Ibn Zabit: “Dios nuestro, apóyalo con el Espíritu Santo”. De acuerdo a otro reporte: “El Espíritu Santo estará contigo en tanto estés defendiendo al Profeta de Dios”. Ambas versiones están narradas en las colecciones Sahih.
De acuerdo a los cristianos, el Espíritu Santo moró en los discípulos de Jesús, y también de acuerdo a ellos el Espíritu Santo es algo que experimentaron todos los profetas. Pero en el capítulo An-Náhl Dios dijo (traducción del significado):
“Diles: El Espíritu Santo [el Ángel Gabriel] lo ha revelado de tu Señor con la Verdad, para afirmar a los creyentes y como guía y albricias para quienes se someten a Allah” (An-Nahl, 16:102).
“El Espíritu Leal [el Ángel Gabriel] descendió con él” (Ash-Shu’ará', 26:193).
“Dile [¡Oh, Muhammad!] a quien sea enemigo del Ángel Gabriel que él es quien trajo la revelación a tu corazón con la anuencia de Allah, confirmando los Mensajes anteriores, como guía y albricia para los creyentes” (Al-Báqarah, 2:97).
Por lo tanto queda claro que el Espíritu Santo es el Arcángel Gabriel. Ningún erudito musulmán sugirió nunca que la expresión ‘Ruh al-Qudus’ usada en el Corán significara la vida de Dios, ni tampoco la redacción de la frase indica eso, ni fue usada en ese sentido.
Ver: Daqá'iq at-Tafsir, parte 2, página 92.