Alabado sea Dios.
El shéij Ibn ‘Uzaimín fue interrogado acerca de esto y dijo:
“Cuando una persona está en el baño, debe decir el nombre de Dios mentalmente y no pronunciarlo verbalmente. Entonces, si estás en esa situación, haz eso. La opinión más correcta es que decir el nombre de Dios no es obligatorio (al realizar la ablución), sino algo recomendable, pero no debes poner atención a los susurros de Satanás ni ser negligente”.