Alabado sea Dios.
Ver a Dios durante la vigilia en este mundo no es posible, aunque no hay duda de que esto sucede después de la muerte. Esto no es porque para Dios sea en sí mismo imposible mostrarse ante nosotros, sino porque Dios ha querido que así sean las características de la vida en este mundo. Mucho se puede decir sobre las razones, algunas de estas razones han sido comprendidas y explicadas por los eruditos, y otras seguramente permanecen ocultas en el conocimiento de Dios. Entre las razones que los eruditos han explicado está la debilidad humana, que es evidente por ejemplo en la historia de Moisés (la paz sea con él) la cual citaremos brevemente.
Ver a Dios es una gran alegría y felicidad, de hecho es la esencia misma de la felicidad humana, y Dios ha querido reservar esa felicidad para el otro mundo, a salvo de las vicisitudes de este, para el momento del Paraíso. Otra razón es que en este mundo convergen y se mezclan el bien y el mal, al punto en que puede ser difícil distinguirlos, y por lo tanto los santos y los criminales, los creyentes y los incrédulos, están juntos en este mundo, y por eso la bendición de ver a Dios se difiere hasta que sean separados. Diferir este sublime momento para el Más Allá es también un fuerte aliciente para el ser humano para esforzarse en hacer buenas obras en este mundo y respetar los mandamientos de Dios.
Evidencias de que no es posible ver a Dios en este mundo:
En la historia de Moisés (la paz sea con él) Dios dijo (traducción del significado):
“Y cuando Moisés acudió al encuentro y su Señor le habló, [Moisés] le pidió: Muéstrate para que pueda verte. Dijo [Allah]: No lo resistirías. Observa la montaña, si permanece firme en su lugar [después de mostrarme a ella], pues entonces tú también podrás verme. Pero cuando su Señor se mostró a la montaña, ésta se convirtió en polvo, y Moisés cayó inconsciente. Cuando volvió en sí exclamó: ¡Glorificado seas! Me arrepiento y soy el primero en creer en Ti” (al-A’ráf, 7:143).
Las palabras árabes traducidas aquí como ‘Tú no puedes verme’, implican negación y prohibición: “No puedes verme en esta vida”. Porque también hay evidencia de que el ser humano verá a Dios en el Más Allá, por lo que estas palabras se refieren básicamente a esta vida y a este mundo. La partícula negativa en árabe ‘lan’, en un contexto religioso, puede significar incluso una negación de carácter eterno, pero a causa de la evidencia de que todo ser humano conocerá a Dios en el otro mundo, debe restringirse su significado a esta vida, pero se entiende que el significado de ‘Tú no puedes verme’ es enfático y determinante.
Dios dijo (traducción del significado):
“No puede ser visto [en esta vida], pero Él sí puede ver [a Sus siervos]; y Él es Sutil y está informado de cuánto hacéis” (al-An’ám, 6:103).
El erudito Al-Háfiz Ibn Kazir (que Allah tenga misericordia de él) dijo en su exégesis sobre este verso:
“La frase ‘ninguna mirada puede captarme’, varios eruditos consideraron que se había narrado lo mismo de los imames y de los rectos sucesores. Una de las opiniones es que esto significa que el ser humano no puede ver a Dios en este mundo, aun cuando lo verá en el Más Allá. Los reportes que afirman esto, narrados del Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) alcanzan el nivel de ubicuos, y han sido transmitidos mediante varias cadenas de transmisión auténticas en las colecciones de Sahih, Musnad y Sunan.
Dios dijo (traducción del significado):
“Allah no habla con los Mensajeros directamente, sino que lo hace detrás de un velo [como lo hizo con Moisés], o enviando un mensajero [el Ángel Gabriel] para transmitirle por Su voluntad lo que Él quiera de la revelación, o mediante inspiraciones divinas; porque es Sublime, Sabio” (ash-Shura, 42:51).
Abu Hurairah dijo:
“Alguna gente le dijo: “Oh, Mensajero de Dios, ¿veremos a nuestro Señor en el Día de la Resurrección?”, a lo que él respondió: “Cuando el día está despejado, ¿tienen alguna duda de que verán el sol?”. Le respondieron: “No”. Dijo: “Cuando la noche está despejada, ¿tienen alguna duda de que verán la luna llena?”. Le respondieron: “No, Mensajero de Dios”. Les dijo: “Verán a Dios con esa claridad en el Día de la Resurrección”. Reportado por Al-Bujari, 6088.
Queda claro que la idea de que Dios no será visto en esta vida estaba bien asentada en la mente de los compañeros del Profeta. Ellos preguntaron acerca del Más Allá, y esto es lo que el Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) les respondió.
Abu Darr (que Dios esté complacido con él) dijo: “Le pregunté al Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él): “¿Has visto a nuestro Señor?”. Él respondió: “Él es luz, ¿cómo podría yo verlo?”. Esta luz, que impide que uno pueda ver a Dios, es en realidad un velo de luz, algo que más adelante fue explicado en el reporte de Abu Musa, quien dijo: “El Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) se puso de pie y nos dijo 5 cosas: Dios no duerme, no es propio de la divinidad algo como dormir. Él baja y levanta la balanza. Los actos de la noche son enviados ante Él antes que los del día, y los del día antes que los de la noche siguiente. Su velo es la luz. Si Él fuera a retirar ese velo que lo separa de Su creación, el fulgor de Su rostro consumiría Su creación hasta donde Su vista alcanza, y por cierto que no hay dónde Su vista no alcance”. Reportado por Muslim, 263 y por el imam Áhmad.
Más aclaraciones pueden encontrarse en el reporte que nos advierte contra el Impostor (Dayyál): “Escrito entre sus ojos está la incredulidad, lo que podrá ser leído por todo aquel que odia su trabajo. Ninguno de ustedes verá a Dios (en el Día de la Resurrección) hasta que él muera”. Narrado por Muslim, 5215.
Por lo tanto, el consenso de los eruditos musulmanes es que no es posible ver a Dios directamente en esta vida, porque es algo que ni el Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) pudo hacer, y quien diga que puede hacerlo, no está diciendo la verdad.
Sin embargo, hay alguna diferencia de opinión entre los eruditos sobre si el Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) vio a Dios durante su Viaje Nocturno. El punto de vista más correcto es que él no vio a Dios físicamente, con sus propios ojos, porque cuando se le preguntó sobre esto respondió: “Él es luz, ¿cómo podría yo haberlo visto?”. De acuerdo a otro reporte él dijo: “Vi una luz”. Es decir, el Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) no vio a Dios directamente, sino que vio Su velo de luz.
Naturalmente, el tópico de si Dios puede ser visto en un sueño no entra en contradicción con el hecho de que Dios no puede ser visto en esta vida durante la vigilia. Como explicamos, todos los textos citados acerca de la imposibilidad de ver a Dios hablan de la vigilia, no del sueño. Las evidencias de que es posible ver a Dios en un sueño pueden encontrarse en el reporte sobre la “disputa de los ángeles”.
Ibn ‘Abbás (que Dios esté complacido con él) dijo: “El Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Nuestro Señor vino a mí esta noche en la forma más bella”. Creo que mencionó “en un sueño”. Y dijo: “Dios me dijo: “Oh, Muhámmad, ¿sabes lo que disputaron los ángeles en lo alto?”. Respondí: “No”. Me tocó con Su mano entre los omóplatos, y pude sentir el frío en mi pecho, bajo mi garganta. Y luego supe todo lo que estaba sucediendo entre el cielo y la Tierra. Me volvió a decir: “Oh, Muhámmad, ¿sabes lo que disputaron los ángeles en lo alto?”. Le respondí: “Sí”. Me dijo: “Disputaron acerca de la expiación, y la expiación es quedarse en la mezquita después de las oraciones, caminar para unirse a las oraciones comunitarias, y hacer la ablución apropiadamente en condiciones adversas. Quien haga eso vivirá una buena vida y tendrá una buena muerte, y estará sin pecados como el día que su madre lo trajo al mundo. Oh Muhámmad, cuando reces di: “Allahúmma ínni as’áluka fa’l al-jairat wa tark al-munkarat wa húbb al-masaakín, wa idha aradta bi ‘ibádika fitnatan fa’qbudni ilaika ghaira maftun” (Dios nuestro, te pido que me hagas realizar el bien y evitar el mal, y que me hagas amar al pobre y al desdichado. Si quieres probar a Tu servidor, entonces llévame ante Ti sin someterme a las pruebas)”. El estatus en el Paraíso puede elevarse difundiendo el saludo de paz, alimentando a los demás, y rezando por la noche cuando la gente duerme”. Narrado por Áhmad, 16026; At-Tirmidi, 3159, quien dijo que su cadena de transmisión es buena y auténtica.
Algunos de los eruditos han afirmado que es posible ver a Dios en un sueño. El imam Ad-Dárimi dijo en su refutación de Bishr Ibn Ghiyáz: “Esta visión tuvo lugar durante un sueño, en un sueño es posible ver a Dios en varias formas”. (Pág. 166).
El shéij Ibn Taimíyah dijo:
“Un creyente puede ver a Dios en un sueño, en varias formas, de acuerdo a su fe y conocimiento. Si su fe es correcta, él simplemente puede verlo como una forma bella, y si su fe tiene alguna falta, es posible que esta falta afecte la forma en que lo ve. Ver a Dios en un sueño no es como verlo en la realidad. Puede tener una interpretación diferente y significados que hagan referencia a algún fenómeno de la realidad”. Al-Fatáwa, 3/390.
Él también dijo:
“Todo aquel que vea a Dios en un sueño lo ve en una forma acorde a su nivel de fe. Si se trata de una persona honrada, lo verá en una forma bella, y esta es la razón por la cual el Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) vio a Dios en forma de una hermosa luz”. Al-Fatáwa, 5/251.
El Shéij ‘Abd el-‘Azíz ibn Baaz fue consultado sobre las normas sobre quien dice haber visto a Dios en un sueño. Y si eso es cierto, como algunos dicen que el imam Áhmad Ibn Hanbal había visto a Dios en sus sueños más de 100 veces.
Él respondió:
“El shéij Ibn Taimíyah (que Allah tenga misericordia de él) y otros eruditos han afirmado que es posible que el musulmán vea a Dios en un sueño, pero que lo que vea no es una percepción directa de Su realidad, sino que está condicionado por su mentalidad y su nivel de fe y conocimiento, porque no hay nada ni remotamente semejante a Dios, glorificado y exaltado sea.
Dios dijo (traducción del significado):
“No hay nada ni nadie semejante a Allah, y Él es Omnioyente, Omnividente” (Ash-Shura, 42:11).
Nada ni nadie en Su creación tiene siquiera un remoto parecido con Él, glorificado y exaltado sea. El musulmán puede soñar que Dios le habla, pero sin importar el tipo de imagen que vea, esa imagen no es Dios, porque no hay nada que se asemeje a Dios en forma alguna.
El shéij Taqí ad-Din (que Allah tenga misericordia de él) mencionó que los sueños difieren de acuerdo al estado de la persona que los sueña. Cuanto más honrada y cercana al bien es una persona, más claro y preciso es el sueño, pero eso no significa que lo que sueña sea una visión definitiva de la realidad. Puede que oiga una voz y que se le haya dicho algo, sin que haya visto una imagen clara que se asemeje a alguna cosa creada. Sin embargo, algunas personas creen que han visto a Dios cuando en realidad no es así. Satanás puede engañar a una persona y hacerle creer que está viendo a Dios, como se reportó que le sucedió al shéij ‘Abd el-Qádir al-Yiláni, quien vio a Satanás en un trono sobre el agua, diciéndole: “Yo soy tu señor, y te libero de todo deber y compromiso”. ‘Abd el-Qádir le respondió: “Piérdete, enemigo de Dios. Tú no eres mi Señor, porque las órdenes de mi Señor no pueden ser canceladas por nadie”.
Sobre si el imam Áhmed vio en sueños a Dios, yo no sé si esto es verdad o no. Se ha afirmado que él vio a Dios, pero yo no sé si es cierto.
Y Allah sabe más.