Alabado sea Dios.
Le hicieron al Shéij Muhámmed ibn al-‘Uzaimín (que Allah tenga misericordia de él) la siguiente pregunta: “¿Cuáles son las normas sobre conservar la placenta para tratar el cáncer y para remover arrugas faciales?”.
Él respondió:
“Al parecer no hay nada de malo con esto, en tanto y en cuanto haya evidencias científicas de que pueda utilizarse para un tratamiento efectivo”.
Pregunta: “El principio islámico de que toda parte del cuerpo que se extrae se considera algo sin vida, ¿se aplica en este caso?”.
Él respondió:
“Cualquier tejido proveniente del cuerpo humano es puro”.
Pregunta: “Y en caso de que no se necesite, ¿debe ser enterrado, o debe ser desechado como un residuo?”.
Él respondió:
“Al parecer deben recibir un trato similar al de las uñas y al cabello”.
Y Allah sabe más.