Alabado sea Dios.
Alabado sea Allah.El principio básico dice que está permitido que un musulmán compre lo que necesita de aquello que Allah le permite comprar, tanto de los musulmanes como de los kaafir.
El Profeta (la paz y las bendiciones de Allah desciendan sobre él) compró de los judíos. Sin embargo, cuando un musulmán escoge no comprar algo de un hermano musulmán sin un motivo, es decir, no ha sido ni engañado ni defraudado, y las mercaderías no son de mala calidad, y él prefiere comprarle a un kaafir sin justificativo, esto es haraam, porque debilita el comercio de los musulmanes y hace que pierdan ventas si esto se convierte en un hábito entre los musulmanes (consumidores). Pero, si no le compra por una razón como las mencionadas anteriormente, debe aconsejarle al hermano musulmán que debe dejar de hacer lo que esté haciendo mal. Si éste acepta el consejo, alabado sea Allah, si no, se lo debe dejar solo y se debe continuar comprando en otro lado, aún si es de un kaafir, si es honesto y las transacciones benefician a ambas partes.