Alabado sea Dios.
El creyente no debe permitir que su lengua se acostumbre a maldecir y jurar. El Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “El creyente no calumnia, no maldice ni utiliza un discurso bajo ni obsceno”. Narrado por at-Tirmidi y clasificado como auténtico por al-Albani en Sahih at-Tirmidi.
El ayunante debe tener una buena actitud, más que ninguna otra persona. Por eso debe abandonar la costumbre de maldecir, aun si está justificado. El Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) encomendó a los ayunantes a no responder a ninguna clase de provocación, y si alguien nos insulta o intenta provocarnos a pelear, responderle: “Estoy ayunando, estoy ayunando”. Consensuado.
Esto es así aun cuando en términos generales, está permitido responder a una agresión, porque Dios dijo (traducción del significado):
“Si os combaten en un mes sagrado combatidles y aplicad la ley del talión, así pues, si os agreden agredidles en igual medida” (Al-Báqarah, 2:194).
Pero el ayunante debe mantener una conducta excelente y abstenerse de las malas conductas más que ningún otro.
Si el creyente se siente perturbado por algún mal pensamiento proveniente de Satanás, no se beneficiará de maldecirlo más de la cuenta. Lo que está prescripto en la ley islámica es buscar refugio en Dios. Dios dijo (traducción del significado):
“Si Satanás te susurra [y pretende tentarte a] obrar el mal, refúgiate en Allah, porque Él es Omnioyente, Omnisciente” (Fússilat, 41:36).
Se narró de Abu al-Malih que un hombre dijo: “Estaba cabalgando detrás del Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) cuando un animal tropezó. Yo dije: “Pobre de Satanás”. El Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “No digas “Pobre de Satanás”, porque si dices eso él se engrandece hasta tener el tamaño de una casa y dice: “Esto sucedió por mi poder”. Más bien di: “Por el nombre de Dios” (Bismilláh), porque si dices eso Satán se empequeñece, hasta que es como una mosca”. Narrado por Áhmad, 20068; Abu Dawud, 4982; clasificado como auténtico por al-Albani en Sahih Abu Dawud.
Y Allah sabe más.