Alabado sea Dios.
En primer lugar, los especialistas e investigadores en el estudio de las religiones y de historia antigua difieren acerca del idioma hablado por el Mesías Jesús (la paz sea con él).
Ellos están unánimemente de acuerdo en que Palestina durante el tiempo de Jesús era una mezcla de distintas naciones e idiomas, donde se hablaban en diversos grados y dialectos el hebreo y el arameo, como también el griego y el latín.
Sin embargo, las diferencias entre los eruditos surgen cuando se intentan definir las fronteras geográficas que alcanzaba cada idioma, y distinguir algunas características de estos idiomas y hasta qué punto se influenciaban el uno al otro.
Cuando leemos sobre la vida de Jesús (la paz sea con él) en los cuatro Evangelios, encontramos que él se dirigió a diversos grupos de personas. Él predicó a las masas en varias ciudades y áreas semidesérticas, como también se dirigió a los miembros del Concilio Supremo o Sanedrín, y a los maestros de la ley, como también a quienes estaban a cargo del Templo y de diversos asuntos de la religión judía. Él también se dirigió al gobernador romano de Palestina, cuya lengua era el latín.
Entre las palabras en arameo que se le atribuyen al Mesías (la paz sea con él) están las que figuran en el Evangelio:
“Elí, Elí, ¿lamá sabáctani?”, que significa “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?” (Mateo, 27:46).
“La tomó por la mano y le dijo: “¡Talita qum!” (que significa “Muchacha, párate”) (Marcos, 5:41).
“Jesús le dijo: “María…”. Ella se dio vuelta hacia él y exclamó en arameo “¡Rabboni!” (que significa “¡Maestro mío!”) (Juan, 20:16).
Al parecer, estos diálogos se produjeron en arameo, que habría sido el idioma hablado por estas personas, pero a causa de estos diferentes reportes históricos hubo una gran diferencia de opinión entre los investigadores sobre cuál era el idioma hablado por el Mesías.
Ibn Taimíyah e Ibn Al-Qayím sostuvieron el punto de vista de que Jesús hablaba hebreo. Ibn Taimíyah escribió en Al-Yawab as-Sahih:
“El Mesías era hebreo, y por lo tanto hablaba hebreo. Quienes dicen que su idioma era el arameo o el griego están equivocados”. Fin de la cita.
Algunos eruditos sostienen el punto de vista de que el grueso de la evidencia muestra que la mayoría de los discursos del Mesías (la paz sea con él) fueron en arameo, que era ampliamente hablado entre la gente de Palestina. Él también hablaba hebreo, el idioma del Antiguo Testamento, en un grado menor, y al parecer tenía la educación suficiente para hablar en latín y griego. Ver: Lughat al-Masih ‘Isa Ibn Mariam, por el Dr. ‘Abd el-‘Aziz Shahbar, publicado en el libro Lugat ar-Rusul.
En segundo lugar, los musulmanes creemos que los Evangelios fueron originalmente revelados por Dios a Su mensajero Jesús (la paz sea con él). Este es uno de los principios fundamentales de la fe islámica, sin el cual la fe ortodoxa no está completa.
Dios dijo (traducción del significado):
“E hicimos que les sucediera [a los Profetas de los Hijos de Israel] Jesús hijo de María, para que confirmase lo que ya había en la Torá. Le revelamos el Evangelio en el que hay guía y luz, como corroboración de lo que ya había en la Torá. Así también, como guía y exhortación para los piadosos” (Corán, 5:46).
La fe islámica en el origen divino de los Evangelios implica creer que fueron revelados en su totalidad, que todo lo que fue revelado en ellos proviene de Dios; que todo lo afirmado allí es verdadero, y que en algún momento estuvieron registrados, ya fuera por escrito o de memoria.
Sin embargo, los musulmanes no tenemos ninguna fuente textual que indique que los Evangelios hayan sido registrados por escrito y compilados en el tiempo de Jesús (la paz sea con él) o poco después, ni que hayan sido preservados y difundidos, o si el Mesías los enseñó oralmente a la gente en general o a sus discípulos para que lo transmitieran, o si una parte fue escrita y la otra no. Todas estas preguntas no pueden ser respondidas con precisión hoy en día. Incluso algunos investigadores sugieren que el Evangelio nunca fue consignado por escrito en realidad, en la forma de un libro, como lo es el Sagrado Corán o la Torá, sino que fue transmitido oralmente.
El gran erudito At-Tahir Ibn ‘Ashur escribió en At-Tahrir wa at-Tanwir, comentando la exégesis del capítulo coránico Ali ‘Imrán:
“Los Evangelios revelados a Jesús (la paz sea con él) fueron compilados por sus compañeros y discípulos”. Fin de la cita.
El shéij Áhmad Didat dijo:
“Los musulmanes creemos que todo lo que Jesús dijo (la paz sea con él) fue revelación de Dios, y que estos Evangelios contenían buenas nuevas para los Hijos de Israel. Pero a lo largo de su vida, Jesús no los consignó por escrito, ni se sabe que le haya ordenado a nadie escribirlos”. Fin de la cita de Hal al-Kitab al-Muqaddas Kálimat Allah (¿Es la Biblia la palabra de Dios?).
Pero al parecer, el Mesías (la paz sea con él) sabía leer y escribir. Esto puede entenderse de las palabras de Dios (traducción del significado):
“Él le enseñará la escritura, le concederá la sabiduría, le enseñará la Torá y el Evangelio” (Ali ‘Imrán, 3:48).
Ibn Kazir (la paz sea con él) dijo:
“Al parecer, lo que significa en este verso la palabra ‘Libro’, significa escritura”. Fin de la cita de Tafsir al-Qur’an al-‘Adhím.
Pero lo cierto es que no tenemos ninguna evidencia que indique que esta revelación haya sido consignada por escrito en el tiempo de Jesús (la paz sea con él). El hecho de que el Corán aluda a los Evangelios como ‘un Libro’ no significa realmente que haya sido registrado por escrito en el momento en que fue revelado. Más bien, a lo que refiere esta expresión coránica es al hecho de que Dios tiene registrada esa revelación en una Tabla Protegida (Al-Lawh al-Mahfuz). Naturalmente, esto también se aplica al Corán y a la Torá, que son denominados en la misma forma en el texto coránico.
El Sagrado Corán, revelado casi 600 años después, fue memorizado y transmitido verbalmente y también escrito de forma desorganizada y ocasional, sobre pieles de animales, hojas de palmera u omóplatos de camello. De hecho, el Libro no fue compilado en su totalidad hasta el tiempo de Abu Bákr As-Saddiq (que Dios esté complacido con él). Dios dijo (traducción del significado):
“Y aunque te hubiéramos enviado un libro escrito en un pergamino y hubieran podido palparlo con sus manos, los incrédulos habrían dicho: Esto no es más que una magia evidente” (Corán, 6:7).
At-Táhir Ibn ‘Ashur dijo en su comentario sobre el capítulo María:
“La escritura se refiere a la ley, que es usualmente escrita para que no esté sujeta a cambios. La palabra ‘escritura’ fue usada para describir la ley entregada a Jesús (la paz sea con él), como también es usada para designar al Corán”. Fin de la cita.
De la misma forma, los cristianos tampoco creen que haya un libro que fuera escrito por el Mesías o por sus discípulos durante su vida, y que luego se haya perdido.
El shéij Ibn Taimíyah (que Allah tenga misericordia de él) dijo:
“Los cristianos reconocen que los Evangelios que tienen en sus manos no fueron escritos por el Mesías (la paz sea con él), y que él no se los dictó a nadie para que lo registre por escrito. Más bien, ellos mismos lo escribieron después de que el Mesías dejó este mundo”. Al-Yawáb as-Sahih.
Hay una clara diferencia entre la revelación que le fue dada a Moisés (la paz sea con él) y la que le fue dada al Mesías (la paz sea con él). En el Sagrado Corán se indica que la Torá sí fue registrada por escrito, como Dios dijo (traducción del significado):
“Y escribimos en las tablas preceptos y los aclaramos detalladamente para que reflexionen. Aférrate a ellos y ordena a tu pueblo que siga todo lo bueno que hay en ellas [las tablas]; ciertamente os mostraré cómo quedaron las moradas de los desviados [para que reflexionéis]” (Corán, 7:145).
Sin embargo, algunos eruditos musulmanes opinaron que el verdadero Evangelio sí fue compilado y registrado por escrito en los tiempos del Mesías (la paz sea con él). Por ejemplo, este punto de vista puede encontrarse en las palabras de Ibn Hazm en su obra Al-Fisal, o sostenido por Ibn Taimíyah en Al-Yawáb as-Sahih.
De la misma manera, se afirma que la palabra ‘Evangelio’ se aplica a lo que Dios le reveló originalmente al Mesías, como se dice en el Evangelio de Marcos, 8:35: “… quien pierda su vida por mí y por el Evangelio, la salvará”.
Pero los Evangelios que están ampliamente extendidos hoy en día no son el verdadero Evangelio revelado por Dios, aunque nadie puede negar que contienen muchas de las palabras reveladas por Dios al Mesías Jesús (la paz sea con él).
El shéij Ibn Taimíyah (que Allah tenga misericordia de él) dijo:
“Estos cuatro libros que ellos llaman Evangelios fueron escritos por ellos después de que el Mesías dejara este mundo, pero ellos no afirman que fueran la palabra literal de Dios, ni que el Mesías la haya entregado directamente de Dios. Más bien, ellos transmiten en estos Evangelios algunas de sus palabras, mezcladas con relatos de algunas de sus acciones y milagros realizados. Ni siquiera afirman que hayan narrado todo lo que oyeron o vieron de él. Por lo tanto, salvando las distancias y aun con sus errores e interrupciones, los Evangelios se asemejan más a los Reportes Proféticos que al Sagrado Corán en realidad, o a las biografías del Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él).
Entonces los Evangelios que ellos tienen en sus manos y que llaman ‘la palabra de Dios’, son en realidad algo así como biografías o distintas versiones de reportes, aun si asumiéramos que la mayoría de lo que allí se afirma es cierto. Fin de la cita de Al-Yawab as-Sahih.
Consulta también la respuesta a la pregunta No. 47516.
Y Allah sabe más.