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Alabado sea Dios.
Sí, se ha probado en la obra Sahih al-Bujari y en otras obras que había un muchacho judío que solía servir al Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él). En una ocasión el muchacho se enfermó y el Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) fue a visitarlo a su casa y lo invitó al Islam. Esta es la historia tal como fue narrada por Anas Ibn Málik (que Dios esté complacido con él): “Había un muchacho judío que solía hacer tareas para el Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) y cayó enfermo. El Profeta Muhámmad fue a visitarlo, se sentó a la cabecera de su cama y le dijo: “Hazte musulmán”. El muchacho miró entonces a su padre que también estaba allí, y su padre le dijo: “Obedece a Abu al-Qasim (refiriéndose al Profeta Muhámmad)”. Entonces el muchacho se hizo musulmán, y el Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) al salir dijo: “Alabado sea Dios que lo ha salvado del Fuego”. Narrado por al-Bujari, 1356.
Pero las fuentes no nos informan el nombre de este muchacho, ni tampoco qué tareas solía hacer para el Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él), ni tampoco mencionan otros detalles de la relación entre el Profeta Muhámmad y el muchacho.
Al-Hafiz Ibn Hayar dijo en Fáth al-Bari, 3/221:
“Sobre este reporte, yo no me he encontrado con nada que se haya narrado a través de una cadena de transmisión completa acerca de su nombre, excepto lo que Ibn Bashkuwal afirmó que narró el autor de Al-‘Atabíyah, transmitido de Ziad Sheitún, quien afirmó que el nombre de este muchacho era ‘Abd Quddús. Sin embargo él dijo: “Es un reporte extraño, no lo encontré con nadie más”. Fin de la cita.
Algunos comentaristas han llegado a sugerir que este muchacho habría formado parte del intento de aplicarle al Profeta Muhámmad un conjuro o brujería, y que habría sido quien recogió parte del cabello del Profeta Muhámmad y se lo dio al hechicero Labid Ibn al-A’sam. Sin embargo, estos reportes no se ha probado que fueran auténticos en absoluto.
Al-Qurtubí dijo en Al-Yami’ li Ahkam al-Qur'an, 20/232:
“Al-Qushairi afirmó en su Exégesis que se narró en las dos obras de reportes más auténticos que había un muchacho judío que solía hacer algunas tareas de servicio para el Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él). No faltó quien especulara que los judíos lo habrían contactado para pedirle que tome algunos cabellos del Profeta Muhámmad, que los habría sacado de su peine y se los habría dado a ellos, para entregárselos a Labid Ibn al-A’sam”. Fin de la cita.
Hay un reporte similar en Zaad al-Masir, por Ibn al-Yawzí, 9/270.
De esta historia, lo que podemos ver es un ejemplo de convivencia pacífica entre comunidades religiosas por parte del Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él), porque el Profeta Muhámmad era compasivo y de naturaleza gentil, y él era misericordioso con la gente, deseaba el bien para ellos y les prevenía del mal. Por eso puede verse que él no dudó en visitar a este muchacho cuando cayó enfermo, y no perdió la oportunidad de invitarlo al Islam.
Para más información sobre la forma en que el Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) interactuó con las distintas comunidades judías de su tiempo, por favor consulta la respuesta a la pregunta No 84308.
Y Allah sabe más.