Alabado sea Dios.
No es permisible para la mujer musulmana mostrar sus adornos y encantos excepto a aquéllos a quien Dios mencionó en el verso (traducción del significado):
“Y diles a las creyentes que recaten sus miradas, se abstengan de cometer obscenidades, no muestren de sus arreglos y adornos más de lo que está a simple vista [como lo que usan sobre el rostro, las manos y las vestimentas], cubran sus pechos con sus velos, sólo muestren sus encantos [más allá del rostro y las manos] a sus maridos, sus padres, los padres de sus maridos, sus hijos, los hijos de sus maridos, sus hermanos, los hijos de sus hermanos, los hijos de sus hermanas, las mujeres, sus esclavas, sus sirvientes que no tengan deseos sexuales, los niños que todavía no sienten atracción por el sexo femenino, y [diles también] que no golpeen con los pies al caminar para que no se escuche el sonido de sus ajorcas [y llamen la atención de los hombres]. Y pedid perdón a Allah por vuestros pecados ¡Oh, creyentes!, que así tendréis éxito [en esta vida y en la otra]” (An-Nur, 24:30-31).
El pretendiente no es uno de los mencionados, pero a él le está permitido ver a la mujer por el propósito del matrimonio, aunque la mujer no tiene derecho a adornarse para él, porque no es su marido.
El Shéij Muhámmed ibn al-‘Uzaimín (que Allah tenga misericordia de él) dijo: “Es permisible para un pretendiente ver a la mujer a la que le está proponiendo matrimonio, pero esto está sujeto a ciertas condiciones:
1 – Que él realmente necesite verla para estar seguro de su propuesta matrimonial. Si él realmente no necesita esto, entonces el principio básico que prevalece es que la mujer no debe ver a un hombre ajeno a su parentela, porque Dios dijo (traducción del significado):
“Diles a los creyentes [¡Oh, Muhámmad!] que recaten sus miradas” (An-Nur, 24:30).
2 – Su propuesta debe ser seria. Si él no tiene una seria intención o todavía no ha tomado la decisión de casarse, entonces no debe mirarla.
3 – Cuando él vea a la mujer, es fundamental que no sea a solas, y que haya un pariente de ella presente, como su padre, su hermano, su tío paterno, o su tío materno. Esto es porque estar a solas con una mujer ajena a la familia es algo prohibido, porque el Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Ningún hombre debe quedarse a solas con una mujer sin que esté presente un pariente de ella”.
Y él (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) también dijo: “Tengan cuidado de no quedarse a solas con las mujeres”. Ellos le preguntaron: “¿Y qué de los parientes políticos?”. Él respondió: “El pariente político es la muerte”.
4 – El pretendiente debe saber que hay probabilidades de que ella y su familia lo acepten. Si él sabe que su propuesta no será aceptada, entonces no hay razón para que visite a la muchacha, la vea y converse con ella.
Algunos eruditos han afirmado que el pretendiente no debe visitar a la muchacha con el objetivo de provocar deseo, sino con la intención de averiguar si son compatibles. Si él se siente excitado durante la visita, entonces debe dejar de mirarla y darla por concluida, porque esto es indebido y debe abstenerse de ello.
En esta situación, la mujer debe recibir al visitante con una apariencia ordinaria y vestir con modestia; no debe engalanarse ni adornarse para él, porque ella todavía no es su esposa. Más aún, si ella lo recibe engalanada y con sus mejores ropas, es probable que él continúe adelante con la propuesta matrimonial porque se sienta abrumado y no pueda pensar con claridad, y luego con el tiempo descubra que no eran compatibles o que ella no era como él pensaba en un principio”. Fin de la cita de Fatáwa Nur ‘ala ad-Darb.
En otras ocasiones el shéij (que Allah tenga misericordia de él) ha resaltado que adornarse puede tener el efecto opuesto y ser negativo, porque si él la ve cuando ella está usando maquillaje y sus mejores ropas, él puede creer que ella es más bella de lo que en realidad es, y descubrir luego de la boda que en realidad no le gusta.
En resumen, si un pretendiente visita a una mujer con fines matrimoniales, es permisible para ella descubrir su cabeza y sus manos y presentarse a él como usualmente aparece en su casa, de acuerdo al punto de vista correcto, pero sin usar maquillaje y sin engalanarse.
Y Allah sabe más.