Alabado sea Dios.
En primer lugar, “al final de la oración”, puede significar después de ella, a continuación, o en la última parte.
Hay varios reportes que encomiendan la rememoración de Dios y las súplicas al final de las oraciones, como los siguientes:
1 – El reporte narrado por Al-Bujari (6330) y Muslim (594), de Al-Mughirah ibn Shu’bah (que Dios esté complacido con él), de acuerdo al cual el Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) solía decir al final de cada oración, después de decir el salam: “La iláha ílla Alláhu wáhdahu lá sharikah láh, láhu al-mulku wa láhu al-hámd, wa húa ‘ala kúlli shái in qadír. Allahúmma lá máni’ lima a’taita wa lá mu’ti lima mana’ta wa laianfa’ dha al-yádd minka al-yádd (No hay más divinidad que Dios, solamente, sin compañero ni asociado, Suya es la soberaía y Suya es toda alabanza, y Él es capaz de todas las cosas. Dios nuestro, nadie puede retener lo que Tú das, y nadie puede dar lo que Tú retienes, y ninguna riqueza ni majestad puede beneficiar a nadie, pues Tuya es toda riqueza, y Tuya es toda majestad”.
2 – El reporte narrado por Al-Bujari (629) de Abu Hurairah (que Dios esté complacido con él): “Le dijeron: “Oh, Mensajero de Dios, los ricos entre nosotros han alcanzado un exclusivo alto estatus y una eterna bendición (el Paraíso)”. Él les preguntó: “¿A qué se refieren?”. Dijeron: “Ellos rezan como nosotros rezamos, se esfuerzan en la lucha por la causa de Dios como nosotros nos esforzamos, y gastan de sus riquezas, pero nosotros no tenemos riquezas”. Él les dijo: “¿Quieren que les diga algo que si lo hacen, alcanzarán en bendiciones a aquellos que vinieron antes que ustedes y adelantarán a quienes vengan después, y nadie podrá lograrlo excepto quien haga lo mismo que ustedes? Al final de cada oración, glorifiquen a Dios diciendo “Subhana Allah” diez veces, alaben a Dios diciendo “Al hámdu lilláh” diez veces, y magnifíquenlo diciendo “Alláhu Ákbar” diez veces”.
La versión de Al-Bujari (843) dice: “Glorifiquen a Dios diciendo “Subhana Allah”, alaben a Dios diciendo “Al hámdu lilláh”, y magnifíquenlo diciendo “Alláhu Ákbar” treinta y tres veces después de cada oración”.
Muslim (596) narró Ka’b ibn ‘Uyrah (que Dios esté complacido con él) que el Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Las oraciones para rememorar a Dios al final de la oración, quien las dice al final de cada oración obligatoria, no será decepcionado: glorificar a Dios diciendo “Subhana Allah” 33 veces, alabar a Dios diciendo “Al hámdu lilláh” 33 veces, y magnificarlo diciendo “Alláhu Ákbar” 34 veces”.
Lo que significa “al final de la oración” en estos reportes es inmediatamente después de la oración, es decir, después de decir el salam, como se afirmó claramente en algunos reportes. Lo mismo se ha mencionado en los reportes que hablan de recitar el Verso del Trono y los últimos tres capítulos coránicos al final de la oración. Lo que significa es después de decir el salam.
4 – Abu Dawud (1522) narró de Mu’ád ibn Yabal (que Dios esté complacido con él) que el Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) lo tomó de la mano y le dijo: “Oh, Mu’ádh, por Dios que yo te amo, por Dios, que yo te amo. Te urjo a que nunca dejes de decir al final de cada oración: “Allahúmma a’inni ‘ala díkrika wa shúkrika wa husni ‘ibaadátika (Dios nuestro, ayúdame a recordarte, a agradecerte, y a adorarte como te mereces)”. Clasificado como auténtico por al-Albani en Sahih Abu Dawud.
An-Nasá'i 1303) lo narró como sigue: “No descuides decir en cada oración: “Rábbi a’inni ‘ala díkrika wa shúkrika wa husni ‘ibaadátika (Señor mío, ayúdame a recordarte, a agradecerte, y a adorarte como te mereces)”. Clasificado como auténtico por al-Albani en Sahih An-Nasá'i.
Lo que significa “al final de la oración (díbr as-salah)” aquí es en la última parte de la oración, al final del salam, porque ‘dibr ash-shái' (literalmente, “el final de una cosa”), es una parte constitutiva de ella. Esto está confirmado por las palabras del reporte de An-Nasá'i: “en cada oración”.
Ibn al-Qayím (que Allah tenga misericordia de él) dijo en Zaad al-Ma’ád (1/249): “Al final de la oración” puede ser entendido como significando antes de decir el salam, o después de ello. Nuestro shéij (Ibn Taimíyah) consideró más probable que signifique antes del salam. Yo le pregunté acerca de eso y me dijo: “Díbr kúlli shái' (‘el final de cada cosa’)” es parte de ella, como en ‘al final de un animal’”. Fin de la cita.
5 – At-Tirmidi (3499) narró que Abu Umámah (que Dios esté complacido con él) dijo: “Le dijeron: “Oh, Mensajero de Dios, ¿qué súplica es más probable que sea oída y respondida?”. Él dijo: “La que es ofrecida en la última parte de la noche, y al final de las oraciones prescriptas”. Este reporte fue clasificado como bueno por At-Tirmidi y por Al-Albani en Sahih at-Tirmidi.
Lo que parece ser el caso es que lo que significa “al final de cada oración aquí, es antes del salam.
El Shéij Muhámmed ibn al-‘Uzaimín (que Allah tenga misericordia de él) dijo: “Lo que parece es que lo que significa “al final de las oraciones prescriptas” en el reporte de Abu Umámah, si es auténtico, es en la última parte de la oración. Fin de la cita de Maymu' al-Fatáwa, Shéij Muhámmed ibn al-‘Uzaimín, 13/268.
Los eruditos han señalado con respecto a esto que en los textos en que se menciona el final de la oración, si se trata de oraciones para rememorar a Dios, como los ejemplos antes mencionados, entonces lo que significa es después de la oración; pero si se trata de súplicas, entonces lo que significa es en la última parte de la oración, antes de decir el salam.
Pero si hay un reporte que indica que una súplica en particular debe ser dicha después del salam, como cuando el Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Pidan perdón tres veces (diciendo ‘Astagfirulláh’), donde la Tradición Profética indica que debe ser dicha después del salam.
Le preguntaron al Shéij ‘Abd el-‘Azíz ibn Baaz (que Allah tenga misericordia de él):
“¿Qué es lo que significa “al final de la oración” en los reportes que encomiendan recitar súplicas u oraciones para rememorar a Dios al final de cada oración? ¿Es en la última parte de la oración, o después de decir el salam?”
Él respondió:
“La frase “al final de la oración”, puede ser aplicada a la última parte de la oración antes de decir el salam, o puede ser aplicada al momento inmediatamente posterior, después del salam. Hay reportes auténticos que mencionan eso, la mayoría de los cuales indican que lo que significa es la última parte de la oración, antes del salam, si tiene que ver con una súplica, como por ejemplo el reporte de Ibn Mas’ud en el cual el Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) le enseñó el tasháhhud, y luego le dijo: “Luego escoge cualquier súplica que te guste y recítala”. De acuerdo a otra versión, dijo: “Después de eso elige lo que sea que quieras recitar” (Consensuado).
Otro ejemplo es el reporte de Mu’ádh en el cual el Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) le dijo: “No olvides decir al final de cada oración: “Allahúmma a’inni ‘ala díkrika wa shúkrika wa husni ‘ibaadátika (Dios nuestro, ayúdame a recordarte, a agradecerte, y a adorarte como te mereces)”. Narrado por Abu Dawud, At-Tirmidi y An-Nasá'i con una cadena de transmisión auténtica.
Otro ejemplo es el reporte narrado por Al-Bujari (que Allah tenga misericordia de él) de Sá’d ibn Abi Waqqás (que Dios esté complacido con él), quien dijo: “El Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) solía decir al final de cada oración: “Allahúmma ínni a’udu bika min al-bújl, wa a’udu bika min al-yúbn, wa a’udu bika min an urádda ila ardhal il-‘umr, wa a’udu bika min fitnat ad-dunia, wa min adáb al-qábr (Dios nuestro, me refugio en Ti de la miseria, me refugio en Ti de la cobardía, me refugio en Ti de la senilidad, me refugio en ti de las pruebas de este mundo, me refugio en ti del tormento de la tumba)”.
Con respecto a las oraciones para rememorar a Dios que se han narrado en los reportes autenticados, estos indican que deben ser recitados después del salam. Un ejemplo de esto es decir después del salam: “Astagfirulláh, Astagfirulláh, Astagfirulláh. Allahúmma anta salam, wa minka salam, tabaarákta wa ta’aláita, iá dal yaláli wa al-ikrám (Que Dios me perdone, que Dios me perdone, que Dios me perdone. Dios nuestro tú eres la paz, y de Ti emana la paz, bendecido y enaltecido, Poseedor del reino y la gloria)”, ya sea que la persona esté oficiando como imam o rezando detrás de uno, o rezando solo. Entonces luego de eso el imam debe darse vuelta enfrentando a la congregación, y tanto el imam, quien rezó detrás de él como quien rezó solo deben decir: “La iláha ílla Alláhu wáhdahu la sharikah láh, láhu al-mulku wa láhu al-hámd, wa húa ‘ala kúlli shái in qadír. La háwla wa lá qúwata ílla billá, wa la na’budu ílla iyáh. Láhu an-ni’mah wa láhu al-fádl wa láhu az-zaná' al-hásan. Lá iláha ílla Allah mujlisina láhu ad-dína wa law kariha al-kaafirún. Allahúmma lá máni’ lima a’taita wa la mu’ti lima mana’ta wa la ianfa da al-yádd minka al-yádd (No hay más divinidad que Dios solamente, sin compañero ni asociado, Suya es la soberanía y para Él es toda alabanza, y el destino de todas las cosas está en Sus manos. No hay poder ni fuerza excepto en Dios, y lo adoramos sólo a Él. De él provienen todas las bendiciones y favores, y a Él le debemos todo elogio y alabanza. No hay más divinidad que Dios, hacemos nuestro culto exclusivamente para Él, sin importar cuánto desagrade esto a los incrédulos. Dios nuestro, nadie puede retener lo que Tú das, y nadie puede dar lo que Tú retienes, y no hay riqueza ni majestad que pueda mantener a alguien a salvo de Ti, porque Tuya es toda riqueza y majestad)”.
Es recomendable para el musulmán y la musulmana recitar esta oración después de cada una de las cinco oraciones diarias, luego glorificar a Dios diciendo Subhana Allah, alabarlo diciendo Al hámdu lilláh, y magnificarlo diciendo Alláhu Ákbar treinta y tres veces; luego se completan las cien oraciones diciendo: “Lá iláha ílla Alláhu wáhdahu lá sharika láh, láhu al-mulku wa láhu al-hámd, wa húa ‘ala kúlli shái in qadír (No hay más divinidad excepto Dios, solo y sin asociados, Suyo es el reino y la gloria, y el destino de todas las cosas está en Sus manos)”.
Todo esto se ha probado en los reportes autenticados del Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él). Después de eso es recomendable recitar el Verso del Trono, una vez, pausadamente, y recitar los últimos tres capítulos breves del Corán, una vez y en voz baja, excepto en el caso de las oraciones del ocaso y del alba, cuando es recomendable repetir la recitación de los tres capítulos mencionados, tres veces.
Es también recomendable para el musulmán y la musulmana decir después de las oraciones del ocaso y del alba: “Lá iláha ílla Alláhu wáhdahu lá sharika láh, láhu al-mulku wa láhu al-hámd, iuhíy wa iumítu wa húa ‘ala kúlli shái in qadír (No hay más divinidad que Dios, solo y sin asociados, Suyo es el reino y Suya toda alabanza, da la vida y la muerte, y el destino de todas las cosas está en Sus manos), diez veces, además de lo que se ha mencionado arriba, antes de recitar el Verso del Trono, y antes de recitar los últimos tres capítulos breves del Sagrado Corán, de acuerdo con los reportes auténticos que se han narrado sobre esto”. Fin de la cita Maymu' al-Fatáwa Shéij ‘Abd el-‘Azíz ibn Baaz, 11/194.
El Shéij Muhámmed ibn al-‘Uzaimín (que Allah tenga misericordia de él) dijo:
“Si uno medita este asunto se hará claro que lo que está relacionado al final de la oración, si es una oración para rememorar a Dios, viene después de que la oración ha terminado, y si es una súplica, viene en la última parte de la oración, antes de cerrarla.
Con respecto a lo primero, Dios, glorificado y exaltado sea, ha hecho que el tiempo después de la oración sea un tiempo para rememorarle, como Él dijo (traducción del significado):
“Cuando hayáis culminado la oración recordad a Allah de pie, sentados o recostados” (An-Nisá' 4:103).
Y la Tradición Profética explica lo que se ha mencionado en términos generales en este verso sobre rememorar a Dios, como cuando el Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Quien glorifique a Dios (diciendo Subhana Allah) treinta y tres veces al final de cada oración…”. Cada texto que menciona la rememoración de Dios al final de la oración debe ser entendido como refiriéndose al momento posterior en que la oración termina, de acuerdo con este verso.
Con respecto al segundo caso, el Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) consideró el momento después del tasháhhud final como el momento apropiado para las súplicas. Por lo tanto, cada texto que mencione una súplica al final de la oración, debe ser entendido como refiriéndose a la última parte de la oración, antes de cerrarla diciendo el salam, para que la súplica esté en la ubicación que nos enseñó el Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él), a menos que interpretar el texto de esta forma sea imposible o muy improbable, de acuerdo a otro contexto, en cuyo caso debe entenderse como indica el contexto”. Fin de la cita de Maymu' al-Fatáwa Ibn al-‘Uzaimín, 13/268.
En segundo lugar, no está prescripto elevar las manos cuando uno dice una súplica después de la oración, porque esto no fue narrado del Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él). Dice en Fatáwa al-Láynah ad-Dá'imah (7/103):
“Cuando decimos una súplica después de una oración obligatoria, no es parte de la Tradición Profética elevar las manos, ni para el imam, ni para quien reza detrás de él, ni para quien reza solo. Esto es una innovación, porque no fue narrado del Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) ni de sus compañeros (que Dios esté complacido con ellos). Sobre decir una súplica sin levantar las manos, no hay nada de malo en ello, porque hay algunos reportes que mencionan eso”. Fin de la cita.
Consulta también la respuesta a la pregunta No. 21976 .
Y Allah sabe más.