Alabado sea Dios.
En primer lugar, en musulmán está obligado a creer en todos los mensajeros de Al-lah, Glorificado y Exaltado sea, y en todos Sus Libros revelados. Al-lah, Glorificado y Exaltado sea, dice (lo que en español se interpreta así): {El Mensajero y sus seguidores creen en lo que le fue revelado por su Señor [al Mensajero]. Todos creen en Al-lah, en Sus ángeles, en Sus Libros y en Sus Mensajeros [diciendo:] "No hacemos diferencia entre ninguno de Sus Mensajeros"} [Corán 2:285].
Es así como los creyentes creen que Al-lah es Uno y único; no hay divinidad digna de adoración excepto Él, y no hay Señor sino Él. Y creen en todos los Profetas y Mensajeros, y en todos los Libros que fueron enviados desde el cielo a los siervos de Al-lah, los Mensajeros y Profetas" (Tafsir Ibn Kazir 1/736).
Al-lah, Glorificado y Exaltado sea, nos ha dicho que la Gente del Libro distorsionó la Torá y el Evangelio cambiando las palabras de Al-lah. Pero esta distorsión no incluye la totalidad de ambos Libros; Sus libros aún contienen algunos elementos verdaderos. Por lo tanto, no está permitido tirarlos, porque aún contienen algo de las palabras de Al-lah, y porque contienen algunos de los nombres y atributos de Al-lah, Exaltado sea.
Al Haizami dijo en Tuhfat Al Muhtay (1/178): “De hecho, [la Torá y el Evangelio] contienen algunas partes que se cree que no han sido modificadas, porque están en armonía con lo que sabemos según las enseñanzas del Islam”.
Al Jurashi dijo en Al Mujtasar (8/63): “Al igual que el Mus-haf, los nombres de Al-lah y de los Profetas, por su carácter sagrado, deben ser respetados”.
Al Hattab dijo en Mawahib Al Yalil (1/287): “Es obligatorio respetar los nombres de Al-lah, Glorificado y Exaltado sea, y si están escritos en algo que es irrespetuoso, como la Torá y el Evangelio después de haber sido alterados, entonces es permisible quemarlos y destruirlos, y no es permisible tirarlos, debido al alto estatus de esos nombres".
En segundo lugar, el musulmán no debe guardar ninguno de los Libros anteriores a menos que sea un erudito y los lea para descubrir lo que contienen de distorsión y mentiras.
Ahmad (14736) narró de Yabir Ibn 'Abdul-lah (que Al-lah esté complacido con él) que 'Umar Ibn Al Jattab trajo al Profeta (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) un escrito que había obtenido de alguien perteneciente a la gente del Libro. Se lo leyó al Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él), y él se enojó y dijo: "¿Estás confundido [acerca de tu religión], oh, hijo de Al Jattab? Por Aquel en Cuya mano está mi alma, te lo he traído [el mensaje del Islam] claro y puro. No les preguntes nada, porque tal vez te digan algo verdadero y no lo creas, o puede que te digan algo falso y lo creas. Por Aquel en Cuya mano está mi alma, si Musa (Moisés) viviera, no tendría alternativa excepto seguirme" (clasificado como hasan por Al Albani en Irwa' Al Ghalil, 6/34).
Si alguno de los libros de la gente del Libro cae en nuestras manos, no está permitido guardarlo, pero tampoco se permite maltratarlo, por ejemplo arrojándolo a la basura o algo similar. Más bien podemos deshacernos de él quemándolo, porque es probable que mencione los nombres y atributos de Al-lah, Glorificado y Exaltado sea, y porque puede contener algunas de las palabras de Al-lah que no han sido distorsionadas por ellos.
Y Al-lah sabe más.