Alabado sea Dios.
En primer lugar, los versos del Sagrado Corán y los reportes del Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) indican que cumplir las promesas, juramentos, y compromisos, es algo obligatorio para el musulmán, y señalan lo abyecto del pecado de romperlas o no cumplirlas. No cumplir las promesas puede llegar al punto de constituir un acto de incredulidad, como les sucedió a algunos hijos de Israel y a otros cuando rompieron el convenio con Su señor y abandonaron su juramento a Dios de seguir a Sus mensajeros. Dios, glorificado y exaltado sea, dijo (traducción del significado):
“Cumplid con vuestros compromisos, porque se os interrogará por ellos” (al-Isrá', 17:34).
“…y cumpliréis vuestro compromiso con Allah” (al-An’ám, 6:152).
Y Él dijo, elogiando a sus servidores creyentes (traducción del significado):
“Aquellos que cumplen con el compromiso que asumieron y no lo quebrantan” (ar-Rá’d, 13:20).
Muchos textos del Corán y de la Tradición Profética indican claramente la obligatoriedad de cumplir las promesas y convenios, y está prohibido romperlas y actuar de forma traicionera. Todos los versos del Corán que mencionan las promesas y convenios indican eso, tanto explícita como implícitamente.
El ejemplo del Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) y sus compañeros (que Dios esté complacido con todos ellos) es el más claro testimonio de eso y de cómo se lleva a la práctica.
En segundo lugar, Dios ha decretado grandes beneficios para quien cumple sus promesas, tanto en este mundo como en el Más Allá, además de los beneficios obvios de crear lazos sociales estables en la sociedad. Entre estos beneficios están los siguientes:
“Allah concertó el pacto con los Hijos de Israel y designó de entre ellos doce jefes. Y les dijo: Yo estoy con vosotros. Si hacéis la oración, pagáis el Zakât, creéis en Mis mensajeros, les auxiliáis y hacéis caridades generosamente en Mi nombre, os absolveré vuestras faltas y os introduciré en jardines por los que corren los ríos. Y quien de vosotros se niegue a creer después de esto se habrá extraviado del camino recto” (al-Má'idah, 5:12).
Y hay otros reportes que son claros para cualquiera que medite en el Libro de Dios y la Tradición de Su Mensajero (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él), tanto en palabras como en acciones.
Hay muchos versos y reportes acerca de este tópico. Te aconsejamos remitirte a los libros Riyádh as-Saalihín, por el Imam an-Nawawi (que Allah tenga misericordia de él), y At-Targíb wa at-Tarhíb, por el Imam Al-Mundiri (que Allah tenga misericordia de él).
En tercer lugar, la traición es algo opuesto a la confiabilidad y la lealtad. Si la confiabilidad y la lealtad son cualidades de la fe y la piedad, entonces la traición es una cualidad propia de los malvados e hipócritas, Dios no lo permita.
Se narró que ‘Abd Allah ibn Ámr (que Dios esté complacido con él) dijo: “El Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Hay cuatro cualidades que, si alguien las tiene todas, es un perfecto hipócrita: cuando habla, miente; cuando hace una promesa, la rompe; cuando se le confía, traiciona; y cuando discute, recurre a golpes bajos. Y quien tiene alguna de estas cualidades tiene trazos de hipocresía en su personalidad, hasta que la abandone”. Narrado por al-Bujari, 3178; Muslim, 58.
Se narró que ‘Ali ibn Abi Tálib (que Dios esté complacido con él) dijo: “El Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Quien rompe una promesa con un musulmán, sobre él estará la maldición de Dios, de los ángeles y de la gente, y Dios no le aceptará ningún acto de culto obligatorio ni voluntario”. Narrado por al-Bujari, 1870; Muslim, 1370.
Se narró de ‘Abd Allah ibn ‘Umar (que Dios esté complacido con él) que el Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Dios colocará un estandarte al traidor en el Día de la Resurrección, que dirá: “Este es el traidor fulano de tal…”. Narrado por al-Bujari, 6178; Muslim, 1735.
Le pedimos a Dios que nos haga cumplir nuestras promesas y compromisos, nos conceda refugio de la traición y de romper las promesas, y nos ayude a hacer el bien tanto en actos como en palabras. Alabado sea Dios, El Señor del Universo.
Ver: Al-‘Ahd wa al-Mizáq fi al-Qur’án al-Karím, por el profesor Násir Sulaimán al-‘Umar.