Alabado sea Dios.
Si uno es conocedor de lo que se está propagando, no importa si es un gran erudito, un buscador de conocimiento, o un simple musulmán. El Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Reporta de mí aunque sea un versículo coránico”. Así, el que llama a la fe no tiene que tener grandes conocimientos, pero debe ser conocedor de aquello a lo que está invitando, si no es así, uno sería una persona que llama por pura pasiَn, lo que no está permitido. Esas personas están aptas para caer en un abismo peligroso: Prevenir lo que Allah ha permitido e imponer lo que él no ha impuesto. Esto es devastador porque prohibir algo que ha sido legalizado por Allah es similar a legalizar algo que él ha prohibido.