Jueves 27 Yumada al Ula 1446 - 28 Noviembre 2024
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Está muy angustiado porque su padre está comerciando con la usura

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Fecha de publicación : 17-02-2016

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Pregunta

Sé que esta pregunta no está relacionada con el ayuno, pero le ruego una respuesta, porque estoy tan angustiado que hasta he pensado en suicidarme. Mi padre compró una casa hace 7 años, en la cual yo estoy viviendo actualmente. Sacó un préstamo prohibido de un banco para comprarla, y está pagándole al banco desde entonces. Luego sacó tontamente otro préstamo prohibido y compró otra casa hace tres años. Pidió prestado decenas de miles a mi hermana mayor, que lo ayudó muchísimo a devolver el dinero de los préstamos. Y sólo supe esto recientemente, hace seis meses, y he estado rogándole a mi padre que se arrepienta ante Dios y devuelva urgente el dinero de ambos préstamos. Mi hermana y yo estamos hartos de esta situación. Ella prácticamente no tiene vida propia porque ha estado demasiado ocupada ayudando a mi papá con el dinero para que pueda pagar ambos préstamos. Yo no tengo siquiera ahorros, y a él no parece importarle nada.
Demora los pagos, o vende las casas. Cada vez que creo que lo convencí, abusa nuevamente de mí.
Quisiera saber entonces:
- ¿Tengo alguna culpa en lo que él ha hecho? ¡Yo temo a Dios!
- Por favor, dígame, ¿cómo puedo convencerlo de abandonar la usura? Ha sido una tortura para mí vivir aquí desde que he tomado conciencia de este desastre. Ambos están pagando cerca de cinco boletas prohibidas entre los dos.
- Mi padre se ha vuelto a casar. Su esposa sabe acerca de todas sus crisis financieras y no puedo explicar cuán escaso es su interés en la situación. Ella nunca lo ha animado a remediar esta situación. Todo lo que a ella le importa en su egoísmo es tener asegurada su situación financiera personal, a cualquier costo.

Texto de la respuesta

Alabado sea Dios.

La usura es un grave pecado que el musulmán está obligado a evitar. Dios dijo (traducción del significado): 

“Oh, creyentes! Temed a Allah y renunciad a lo que os adeuden a causa de la usura, si es que sois, en verdad, creyentes. 279. Y si no dejáis la usura, sabed que Allah y Su Mensajero os declaran la guerra; pero si os arrepentís tenéis derecho al capital original, de esta forma no oprimiréis ni seréis oprimidos” (Al-Báqarah, 2:278-279). 

Se narró que Yábir dijo: “El Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) maldijo a quien consume la usura, a quien la paga, a quien escribe el contrato, y a los dos testigos, y dijo: “Son todos lo mismo”. Narrado por Muslim, 1598. 

Cuando un musulmán saca un préstamo basado en el cobro de intereses o usura, el único que está pecando con ello es quien lo hace; no hay ningún pecado sobre su familia, a menos que ellos lo aprueben y lo ayuden en ello. Si objetan esta acción y le aconsejan no hacerlo, entonces están libres de su pecado porque no han hecho nada prohibido. Dios dijo (traducción del significado): 

“Cualquier pecado que alguien cometa es en detrimento propio, y nadie cargará con los pecados de otro. Luego, volveréis a vuestro Señor y Él os informará acerca de vuestras discrepancias” (Al-An’ám, 6:164). 

“Nadie cargará con culpas ajenas; y si [un pecador] pide que le ayuden con su carga [de pecados], nadie podrá ayudarle en nada, aunque fuera su pariente. Por cierto [¡Oh, Muhammad!] que sólo se beneficia con tus advertencias quien teme a su Señor en su vida privada y practica la oración [pues es quien escucha tus advertencias]; y quien se purifica, en verdad lo hace en beneficio propio, y ante Allah comparecerán” (Faatir, 35:18). 

El shéij ‘Abd ar-Rahmán as-Sa’di (que Allah tenga misericordia de él) dijo:

“Las palabras “Nadie cargará con culpas ajenas” significan en el Día de la Resurrección, y cada uno será recompensado de acuerdo a sus obras, y nadie cargará con los pecados de otro. Y las palabras “y si [un pecador] pide que le ayuden con su carga [de pecados]” significan que si un alma que está pesadamente cargada con sus pecados y transgresiones busca ayuda de alguien que trate de cargar con sus propias faltas, “nadie podrá ayudarle en nada, aunque fuera su pariente”, porque ninguna carga espiritual puede ser llevada por otra persona, ni aun por algún pariente”. Fin de la cita de Taisir al-Karím ar-Rahmán fi Tafsir Kalám al-Mannán, pág. 687. 

Tu angustia y preocupación por el pecado de tu padre es algo comprensible y elogiable, e indica que tu corazón está espiritualmente vivo y que teme a Dios, glorificado y exaltado sea. Sin embargo, si esta angustia llega al nivel en que piensas en suicidarte, esto se convierte en algo peligroso y censurable, porque el objetivo del temor de Dios es que sea útil para la salud física y espiritual del creyente, no para arrastrarlo a la desesperación. Por eso, debes esforzarte en sobreponerte a esta angustia que te aqueja, y concentrarte en actuar correctamente. 

El shéij Ibn Taimíyah (que Allah tenga misericordia de él) dijo:

“Sobre la angustia y la pena, no han sido encomendadas por Dios ni por su Mensajero. Más bien, están prohibidas en varias ocasiones, aun si tienen que ver con asuntos de la religión, como en los versos en los cuales Dios dijo (traducción del significado): 

“No os desaniméis ni os entristezcáis, porque si sois creyentes seréis vosotros quienes triunfen” (Aal ‘Imrán, 3:139). 

“Se paciente y sabe que la paciencia es una virtud que Allah concede a quien Le place. No te apenes [por la incredulidad de tu pueblo] ni te angusties por lo que traman” (An-Náhl, 16:127). 

“Si no lo socorréis [al Mensajero], sabed que Allah [no necesita de vosotros, pues ya] lo auxilió aquella vez que los incrédulos lo expulsaron [de La Meca], cuando estando en la caverna con su compañero [Abu Bakr] le dijo: No te entristezcas, pues Allah está con nosotros. Entonces, Allah hizo descender Su sosiego sobre él [Abu Bakr], les socorrió con un ejército [de Ángeles] que no veían, y dispuso que el propósito de los incrédulos se desvaneciera y que el Mensaje de Allah sea el que prevalezca. Ciertamente Allah es Poderoso, Sabio” (At-Tawbah, 9:40). 

“No te apenes por las calumnias. El triunfo será de Allah, Él es Omnioyente, Omnisciente” (Iúnus, 10:65). 

“No os desesperéis por lo que no habéis conseguido y no os regocijéis por lo que se os ha concedido. Ciertamente Allah no ama a los arrogantes, jactanciosos” (Al-Hadíd, 57:23). 

Y hay muchos ejemplos similares. 

La razón de esto es que no trae ningún beneficio al creyente ni le evita ningún daño, por lo tanto la pena y la angustia en este nivel no sirven a ningún propósito, y lo que no sirve a ningún propósito no está encomendado por Dios. 

La pena y la angustia pueden ser también indicativas de algo por lo cual una persona será recompensada por Dios, por lo tanto es elogiable en este sentido; no es elogiable en sí misma, como en el caso de una persona angustiada por una calamidad que afecta a su compromiso religioso, o angustiada por calamidades que le suceden a los musulmanes en general. Tal persona será recompensada por lo que está en su corazón, por el amor al bien y por el desprecio al mal que han provocado esa pena. 

Pero si esta pena conduce al desánimo y a que la persona se vuelva inactiva o se distraiga de obrar correctamente, que es lo que Dios y Su Mensajero le han encomendado, entonces es algo perjudicial, aun si la razón que la ha causado es un elogiable amor a las cosas buenas”. Fin de la cita de Maymu' al-Fatáwa, 10/16-17. 

Ibn al-Qaiyím (que Allah tenga misericordia de él) dijo:

“El Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) consideró la pena como algo de lo cual los musulmanes debemos refugiarnos en Dios, porque la pena conduce al desánimo, debilita la determinación y socava la voluntad. Y no hay nada más amado para Satanás que la pena del creyente. Dios dijo (traducción del significado): 

“Las conversaciones en secreto son obras de Satanás que entristecen [y preocupan] a los creyentes. Pero no podrán hacerles ningún daño, salvo que Allah lo permitiese. Que los creyentes se encomienden a Allah” (Al-Muyádilah, 58:10). 

La pena es una de las enfermedades del corazón, una enfermedad que impide a la persona recuperar su vitalidad y su capacidad de esfuerzo. Como dijimos, la pena puede ser un signo de algo elogiable cuando ha sido causada por la pérdida de un bien, por las implicaciones que conlleva, pero no es deseable en sí misma. El creyente puede sentir angustia por sus faltas o sus incumplimientos al servir y adorar a Dios, o puede sentir pena y preocupación por excederse y cometer exageraciones, por sus actos de desobediencia, por hacer un mal uso de su tiempo, etc. Todas estas cosas son indicativas de una fe sana en su corazón y de una vida interior orientada hacia lo espiritual. En cambio, si su corazón estuviera muerto, y su vida se ahogara y se concentrara en los placeres mundanos, la persona no sentiría esta pena, y no sentiría ninguna angustia ni dolor por las faltas y pecados que cometiera, de la misma manera que el cuerpo de una persona muerta no siente el dolor por las heridas que tenga. Cuanto más espiritual es el corazón de una persona, mayor será su capacidad de sentir dolor. Pero el dolor en sí mismo es una consecuencia, y no es algo deseable en absoluto, como mencionamos más arriba, más bien lo que beneficia al corazón es concentrar la mente en cosas beneficiosas y positivas, y esforzarse duro por alcanzarlas”. Fin de la cita de Tariq al-Hiyratáin, 2/607-608. 

En segundo lugar, si la pena que estás sintiendo te ha conducido a pensar en el suicidio, es algo muy poco sabio. El musulmán sabio no cometería un pecado tan grave a causa de ninguna pena que sienta, y mucho menos por el pecado de otra persona, porque el suicidio no es un pecado insignificante sino que es un pecado mayor, que no ayudará al creyente en forma alguna, sino que lo condenará. 

Se narró que Abu Hurairah (que Dios esté complacido con él) dijo que el Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Quien se arroja desde lo alto de una montaña para suicidarse estará en el Fuego del Infierno, arrojándose a sí mismo desde esa montaña una, y otra, y otra vez. Quien bebe veneno y se suicida, estará en el Fuego del Infierno, envenenándose una, y otra, y otra vez. Quien se suicida clavándose una punta de hierro con su mano, se encontrará a sí mismo en el Infierno haciéndolo una, y otra, y otra vez”. Narrado por Al-Bujari, 5778; y Muslim, 109. 

Por lo tanto, debes comprender que no importa qué sea lo que te haya pasado ni cuán grande sea tu angustia, ya sea que la causa sean los pecados y las deudas de tu padre, o cualquier otra razón. Debes soportar esta situación con paciencia y buscar la recompensa de Dios a través de actuar correctamente, porque Dios te recompensará por todo esfuerzo que hagas con la intención de corregir esta situación, sea mucho o poco. Y de esta forma, tú estarás entre los perdonados, si Dios quiere. 

Se narró de Abu Sa’íd al-Judri y de Abu Hurairah (que Dios esté complacido con ambos) que el Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Ninguna dificultad, dolor, preocupación, pena, daño o angustia le sucede al creyente, ni siquiera el pinchazo de una espina, sin que Dios le expíe alguno de sus pecados a causa de ello”. Narrado por al-Bujari, 5642; y Muslim, 2573. 

De esta forma, puedes triunfar y encontrarte con Dios teniendo las manos limpias, siendo perdonado y sin pecados sobre ti. 

Se narró de Abu Hurairah (que Dios esté complacido con él) que dijo: “El Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Las calamidades continuarán sucediéndole al creyente, tanto a ellos mismos, a sus hijos o a sus riquezas, hasta que caminen sobre la Tierra sin pecados sobre ellos”. Narrado por At-Tirmidi, 2399. At-Tirmidi dijo: “Es un reporte bueno y auténtico”. También fue clasificado como auténtico por al-Albani en Sílsilat al-Ahaadíz as-Sahihah, 2280. 

Te recomendamos ofrecer abundantes súplicas, invocar a Dios, glorificado y exaltado sea; con sinceridad, especialmente en aquellas horas en que las súplicas son más probablemente respondidas, tales como el último tercio de la noche o cuando haces la postración durante la oración, etc. Debes también repeler toda desesperación que asalte tu mente y ser optimista, y tener fe en que Dios es capaz de hacer todas las cosas, y que es el más misericordioso con Su creación por lo cual tú no sabes cuándo el alivio llegará. 

Dios, glorificado y exaltado sea, dijo relatando el consejo que Jacob, la paz sea con él, le dio a sus hijos (traducción del significado): 

“… y no desesperéis de la misericordia de Allah, pues no desesperan de la misericordia de Allah sino los incrédulos” (Iúsuf, 12:87).

El shéij ‘Abd er-Rahmán as-Sa’di (que Allah tenga misericordia de él) dijo:

“no desesperéis de la misericordia de Allah”, porque la esperanza requiere que el individuo se esfuerce por aquello por lo que tiene esperanza, mientras que la desesperación lo hace apático y aletargado. La mejor cosa por la cual la gente puede tener esperanza es por la gracia, benevolencia, misericordia y compasión de Dios. “no desesperan de la misericordia de Allah sino los incrédulo”, porque como resultado de su incredulidad ellos pensarán que será improbable que Dios tenga misericordia de ellos, y por lo tanto la misericordia de Dios se alejará. Y los creyentes no debemos ser como los incrédulos. Esto indica claramente que las esperanzas de una persona en la misericordia y la gracia de Dios serán proporcionales con el nivel de fe que tengan en ella”. Fin de la cita de Taisír al-Karím ar-Rahmán fi Tafsír Kalám al-Mannán, pág. 404.

En resumen, tú no eres culpable de lo que ha sucedido en tanto sigas pensando como lo haces acerca del asunto y objetes a tu padre lo que ha hecho, esforzándote por aconsejarlo. Dios te recompensará por cualquier esfuerzo que hagas intentando que él cambie de opinión y corrija esta situación. Pero debes esforzarte también por hacer tú mismo obras rectas en tu vida y no ser un prisionero de tu pena, porque la pena le abre las puertas a Satanás, quien tratará de hacerte desesperar de la misericordia de Dios, glorificado y exaltado sea, y que te abstengas de hacer cosas buenas. Debes continuar adelante e intentar aconsejar tanto a tu padre como a tu hermana, y también suplicar a Dios por ellos.

Le pedimos a Dios, glorificado y exaltado sea, que alivie tu preocupación y tu angustia, y que guíe a tu padre por el camino recto.

Y Allah sabe más.

Origen: Islam Q&A