Alabado sea Dios.
No hay un capítulo del Corán o una súplica específica para recitarse en la situación que tú describes, pero la esposa puede rezar por su marido de cualquier forma que desee, tal como diciendo “Oh Señor, aleja la ira de él; oh Dios, dale paciencia; oh Dios, garantízale la tranquilidad”. Debe invocar a su Señor por sus más bellos nombres y rogarle que la ayude; debe esforzarse en ofrecer estas súplicas en los momentos en que las súplicas son más probablemente respondidas y aceptadas, tales como durante el último tercio de la noche, o la última hora del Viernes, o el Día de ‘Arafáh, y durante la postración en la oración, etc. Le pedimos a Dios que le facilite las cosas y encauce sus asuntos. Que Dios bendiga a nuestro Profeta Muhámmad.