Alabado sea Dios.
No hay nada de malo con repetir el mismo capítulo en las oraciones del tarawih, ni tampoco en otra oración. El musulmán puede recitar un capítulo en el primer módulo de su oración y repetir el mismo capítulo en el segundo módulo. La evidencia para esto es el significado general del verso en el cual Dios dijo (traducción del significado):
“Ciertamente tu Señor sabe que a veces te levantas a orar casi dos tercios de la noche, otras la mitad o un tercio de la misma, y también lo hacen los creyentes que te siguen. Allah bien sabe cuánto dura la noche y el día. Sabe que no podéis determinarlo con exactitud y os perdona. Recitad, pues, lo que sepáis del Corán” (Al-Muzzámmil, 73:20).
Abu Dawud (816) narró de Mu’adh Ibn ‘Abdallah al-Yuhami que un hombre de la tribu de Yunáiha le dijo que oyó al Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) recitando el capítulo Az-Zálzalah, (99) en ambos módulos de la oración del alba, y le dijo: “Yo no sé si el Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) lo olvidó o lo recitó deliberadamente”. Este reporte fue clasificado como bueno por Al-Albani en Sahih Abi Dawud.
El Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) repitió el capítulo porque lo olvidó, porque era su hábito recitar un capítulo diferente en el segundo módulo, de tal manera que no se prescribiera para su comunidad o también es posible que lo haya hecho deliberadamente para demostrar que es permisible. Por lo tanto es incierta la razón por la cual lo repitió. Por lo tanto es más apropiado interpretar que él hizo esto para mostrar que es permisible, porque el principio básico acerca de sus acciones es que fueron realizadas para servir de ejemplo, y la idea de que él se haya olvidado va contra este principio. Entonces, no hay nada de malo con repetir un capítulo o un verso dentro del mismo módulo.
An-Nasá'i (1010) e Ibn Máyah (1350) narraron que Abu Darr (que Dios esté complacido con él) dijo: “El Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) se levantó y recitó un verso, y lo repitió hasta que despuntó el alba. El verso fue: “Si les castigas tienes derecho, pues ellos son Tus siervos, y si les perdonas, Tú eres Poderoso, Sabio”. (Al-Má'idah, 5:118)”. Clasificado como bueno por al-Albani en Sahih An-Nasá'i.
Al-Bujari, 5014, narró de Abu Sa’íd al-Judri que un hombre oyó a otro recitando “Di [¡Oh, Muhámmad!]: Me refugio en el Señor de los humanos” (Al-Ijlás, 114:1) y repitiéndolo. Al siguiente día él fue a ver al Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) y le contó eso. El Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Por Aquel en cuya mano está mi alma, que ese verso equivale a un tercio del Corán”.
De acuerdo a otro reporte, un hombre llegó en el tiempo del Mensajero de Dios recitando “Di [¡Oh, Muhammad!]: Él es Allah, la única divinidad. Allah es el Absoluto [de Quien todos necesitan, y Él no necesita de nadie]. No engendró, ni fue engendrado. No hay nada ni nadie que se asemeje a Él” (Al-Ijlás 112) al final de la noche, y no hizo más que eso, pero el Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) aprobó esto. Quien recitaba era Qatádah Ibn An-Nu’mán.
Áhmad narró a través de Abu Al-Haizán que Abu Saíd dijo: “Qatádah Ibn An-Nu’mán estuvo toda la noche recitando “Di [¡Oh, Muhammad!]: Él es Allah, la única divinidad” (Al-Ijlás 112:1), y no recitó otra cosa que eso…”.
Ad-Daraktuni narró otra versión de este reporte a través de Isjáq Ibn At-Tabbá’, de Málik, quien dijo: “Di [¡Oh, Muhammad!]: Él es Allah, la única divinidad” (Al-Ijlás 112:1)”. Fin de la cita.
Le pedimos a Dios que te ayude a memorizar Su Libro y actuar en base a él.