Alabado sea Dios.
Si estás viviendo en un país donde puedes claramente distinguir entre el día y la noche, entonces durante Ramadán debes ayunar desde que rompe la aurora hasta que se pone el sol, sin importar el largo del día.
Que Dios nos agracie con la guía con la cual Él está complacida, y nos ayude a adorarle de la mejor manera posible.