Alabado sea Dios.
En primer lugar, se recomienda que el ayunante rompa su ayuno con dátiles frescos. Si no están disponibles, entonces debe romper su ayuno con dátiles secos; y si tampoco hay, entonces con agua. Esto está probado en los reportes del Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él).
Abu Dawud (2356) y At-Tirmidi (696) registraron que Anas (que Dios esté complacido con él) dijo: “El Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) solía romper su ayuno con dátiles frescos antes de la oración. Si no había disponibles dátiles frescos, rompía su ayuno con dátiles secos, y si no era posible, rompía el ayuno con un pequeño sorbo de agua”. Clasificado como auténtico por Al-Albani en Sahih Abi Dawud.
Ibn Al-Qayím (que Allah tenga misericordia de él) dijo: “Hay una razón muy sutil por la que el Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) rompía su ayuno con dátiles frescos, dátiles secos o agua, y es porque cuando uno ayuna el estómago queda desprovisto de nutrición, entonces el hígado no encontrará nada en el estómago que pueda absorber y enviar a otras partes del cuerpo. Los sabores dulces son los que más rápido alcanzan el hígado y es lo que prefiere, sobre todo si es fresco. Entonces si una persona come dátiles frescos, serán absorbidos rápidamente por el hígado que se beneficiará y lo enviará a otras partes del cuerpo. Si los dátiles frescos no están disponibles, entonces los dátiles secos son la próxima cosa mejor, porque son dulces y nutritivos. Si no hay dátiles disponibles, entonces unos sorbos de agua extinguirán la llama del estómago y el calor de ayunar, preparando así al estómago para aceptar la comida con facilidad”. Fin de la cita de Zaad al-Ma’ad (4/287).
En segundo lugar, no está probado en la Tradición Profética que el Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) rompiera intencionalmente su ayuno con un número impar de dátiles frescos o secos. Para seguir la Tradición Profética, es suficiente para el musulmán romper su ayuno con dátiles frescos o secos, sin contarlos ni prestar atención a la cantidad.
El shéij Muhámmed Ibn al-‘Uzaimín (que Allah tenga misericordia de él) dijo: “No es obligatorio, y de hecho no está en la Tradición Profética, romper el ayuno con un número impar, tres, cinco, siete o nueve. Excepto en el Día de la Festividad de la Pureza, pues se ha probado que el Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) no salía de la oración del Día de la Festividad de la Pureza hasta que hubiera comido algunos dátiles, un número impar de ellos. Aparte de eso, el Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) no buscó deliberadamente comer un número impar de dátiles”. Fin de la cita de Fatáwa Nur ‘ala ad-Dárb (11/2).
Con respecto al reporte de Anas, quien dijo: “El Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) gustaba romper su ayuno comiendo tres dátiles o alguna cosa que no hubiera sido tocada por el fuego”, que fue narrado por Abu Ya’la (3305), este es un reporte débil que no ha sido probado. Ver Ad-Da’ifah, por Al-Albani (966).
Hay algunos eruditos que consideran recomendable hacer cada cosa en número impar. El shéij Sálih al-Fawzán (que Dios esté complacido con él) fue consultado:
“Hacer las cosas en número impar ¿debe hacerse con todas las cosas permisibles, como beber café, etc., o esto es solamente con respecto a cosas que han sido narradas en un texto?”.
La respuesta del shéij puede resumirse como sigue:
“Todas las palabras y acciones deberían ser hechas en número impar. Esto está en la Tradición Profética”. Fin de la cita.
El shéij ‘Abd al-Karim al-Judair (que Dios esté complacido con él) fue consultado:
“¿Seremos recompensados por hacer cosas en número impar como actos de devoción, como comer, beber, etc?”.
Él respondió:
“Sí, seremos recompensados por hacer eso como actos de devoción. Entonces si una persona come dátiles, debería comer uno, o tres, o siete, un número impar, porque Dios ama lo que es impar”. Fin de la cita.
‘Abd ar-Razzáq (5/498) narró de Ma’mar, de Aiyub, de Ibn Sirín, de Abu Hurairah, que El Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Ciertamente Dios es Uno y ama lo que es impar”. Aiyub dijo: “Ibn Sirín gustaba que todas las cosas fueran impares, al extremo que comía las cosas en número impar”. Esto tiene una cadena de transmisión auténtica.
Este asunto es amplio, si Dios quiere, pero no está probado, hasta donde nosotros sabemos, que el Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) acostumbraba comer intencionalmente en un número impar cuando rompía su ayuno con dátiles frescos o secos. Más bien los eruditos que dijeron eso lo hicieron en base a su juicio independiente, basándose en el Corán, la Tradición Profética y los reportes.
En tercer lugar, la práctica del Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) con respecto a la comida, si estaba ayunando o no, era moderada, sin extravagancia ni desperdicio, tal como Dios, glorificado y exaltado sea, nos encomendó. La comida nunca era su enfoque principal en ningún día; más bien él comía simplemente lo necesario para mantenerse activo.
Cuando llegaba la comida, él (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) no era de costumbres arraigadas y no había cosas específicas que hiciera siempre. Más bien, si encontraba comida que le gustaba, la comía, y si no encontraba algo de su agrado, permanecía en silencio. O si encontraba comida que no le gustaba, no comía y a veces decidía ayunar.
Él nunca criticó ninguna comida.
Comía carne, pan, aceite de oliva, miel, leche y otras cosas que a veces estaban disponibles.
A veces pasaba mes tras mes y su familia no tenía nada para comer excepto dátiles secos y agua.
A veces llevaba a su invitado alrededor de las casas de sus esposas, y no encontraba nada excepto agua.
Más bien su foco principal (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) y el de sus compañeros (que Dios esté complacido con ellos) era el Más Allá y los asuntos de la religión.
En conclusión, el Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) comía cualquier cosa que estuviera disponible de la comida de su familia o cosas que le daban sus compañeros y vecinos como regalo, sin tener ningún tipo particular de comida o práctica específica, excepto que la primera cosa que él comía cuando rompía su ayuno eran los dátiles frescos o secos, y si no encontraba ninguno, rompía su ayuno con agua, como mencionamos arriba.
De igual forma, su refrigerio de la madrugada era simplemente unos bocados para mantenerlo activo, y no buscó ninguna comida particular para sus refrigerios, más que los dátiles. El Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) habló muy bien de los dátiles y dijo: “Un buen refrigerio de la madrugada para el creyente son los dátiles”. Transmitido por Abu Dawud (2345); clasificado como auténtico por Al-Albani en Sahih Abi Dawud.
Y Allah sabe más.