Alabado sea Dios.
En primer lugar, debemos señalar que uno de los nombres de Al-lah es Al Hakim, que significa “el Sapientísimo”. La palabra hakim deriva de la misma raíz lingüística que la palabra hukm, que significa norma o regla, y también de la palabra hikmah, que significa sabiduría. Al-lah es el único que emite normas, y Sus normas son siempre las más sabias y perfectas.
En segundo lugar, Al-lah no le prescribe ninguna norma a ningún pueblo sin que haya una inmensa sabiduría detrás de ella, ya sea que esta sabiduría sea comprensible para el ser humano o no. O también es posible que comprendamos algo de esta inmensa sabiduría pero desconozcamos otros aspectos de ella.
En tercer lugar, Al-lah ha mencionado la razón por la cual Él prescribió el ayuno a los creyentes, cuando dijo (lo que en español se interpreta así): {¡Oh, creyentes! Se les prescribe el ayuno al igual que fue prescrito a quienes los precedieron, para que alcancen la piedad} [Corán 2:183].
El ayuno es un medio para alcanzar la piedad y tener conciencia de Al-lah. Tener conciencia de Al-lah significa practicar lo que Al-lah nos ha encomendado y evitar lo que Al-lah nos ha prohibido.
El ayuno es uno de los más grandes medios para entrenar a la persona a adquirir la autodisciplina y el carácter para seguir el camino del Islam.
Los eruditos (que Al-lah los tenga en Su misericordia) han mencionado también algunas otras razones por las cuales nos fue prescrito el ayuno, todas relacionadas con la piedad y el temor de Al-lah, citaremos aquí algunas para llamar la atención de la gente e invitarlos a que se esfuercen por lograrlas. Entre esas razones están las siguientes:
1. El ayuno es un medio para que aprendamos a apreciar y agradecer las bendiciones que Al-lah nos ha concedido en esta vida. Porque el ayuno significa abandonar la comida, la bebida y las relaciones maritales, que están entre los más grandes placeres que el ser humano disfruta en este mundo. Abandonarlos por un breve período hace que tomemos conciencia de la necesidad que tenemos de ello y seamos más agradecidos. Porque mientras las tenemos no nos damos cuenta de cuánto necesitamos las bendiciones de Al-lah, pero cuando nos faltan tomamos conciencia de ello y esto nos motiva a valorarlas y ser agradecidos.
2. El ayuno nos ayuda a abandonar las cosas prohibidas, porque cuando el musulmán se da cuenta de que puede abandonar las cosas lícitas para complacer a Al-lah, entonces comprende que tiene la fuerza para abandonar las cosas ilícitas por temor a Al-lah y al daño que producen. Por lo tanto, el ayuno nos ayuda a vivir de las cosas lícitas y evitar lo que Al-lah nos ha prohibido.
3. El ayuno nos facilita controlar nuestros deseos, porque cuando nuestras necesidades físicas están permanentemente satisfechas, nuestros deseos crecen y se descontrolan. En cambio, cuando ayunamos, somos más conscientes de nuestras verdaderas necesidades, y los deseos mundanos se debilitan. Por eso el Profeta Muhammad (que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) les dijo a los jóvenes: “¡Oh, jóvenes! Quien de ustedes pueda casarse, que lo haga, porque esta es la forma más efectiva de bajar la mirada y guardar la castidad. Y quien no pueda hacerlo, que ayune, porque el ayuno será un escudo para él contra las tentaciones”.
4. El ayuno nos ayuda a ser más compasivos con las personas pobres, porque cuando ayunamos sentimos un poco del hambre y la sed que sienten muchas personas en el mundo, que no tienen comida ni agua potable, y de esta forma nos volvemos más sensibles ante el dolor y la necesidad ajena y nos damos cuenta realmente de que debemos ser solidarios y ayudarnos unos a otros, especialmente a los más débiles. Entonces, el ayuno es uno de los grandes medios para sentir empatía hacia los más necesitados.
5. El ayuno debilita y humilla a Satanás. Debilita el efecto de sus susurros y, de esta forma, se reducen los pecados en la gente. El Profeta Muhammad (que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) dijo: “Satanás fluye entre los hijos de Adán como la sangre. Y el ayuno ciertamente reduce la influencia de Satanás sobre la gente”.
El sheij Ibn Taimiah dijo en Maymu' Al Fatawa, 25/246: “Indudablemente la sangre, como todo en nuestro organismo, tiene origen en lo que comemos y bebemos, por lo tanto, cuando comemos y bebemos, el lugar por el que sea que fluya la influencia de Satanás, se fortalece. Pero si una persona ayuna, esta influencia disminuye y el corazón de la gente se ve más motivado a hacer buenas obras y abandonar el pecado”.
6. El ayuno nos ayuda a recordar que Al-lah está siempre observándonos, y esto motiva a la persona a abandonar aquello que desea aun cuando sea capaz de alcanzarlo, porque sabe que el Altísimo lo está observando.
7. El ayuno nos ayuda a desarrollar una actitud de prudencia y austeridad hacia los placeres de este mundo, y a buscar más ávidamente aquello que es del agrado de Al-lah.
8. El ayuno durante el sagrado mes de Ramadán ayuda al musulmán a intensificar sus actos de adoración porque, aunque no nos demos cuenta, las personas gastamos buena parte de nuestro tiempo gestionando la comida y la bebida, y cuando nos liberamos de la preocupación por la comida y la bebida tenemos mucho más tiempo libre para consagrarnos a la adoración, a la meditación y el estudio.
Y estas son algunas de las razones por las cuales se nos ha encomendado el ayuno. Seguramente hay muchas más, algunas de las cuales conocemos y otras no. Le pedimos a Al-lah que nos ayude a adorarlo como corresponde.
Y Al-lah sabe más.
(Ver: Tafsir As-Sa’di, pág. 116; pie de notas del Sheij Ibn Al Qaiem en la obra Ar-Raud Al Murbi’, 3/344; Al Mawsu’ah Al Fiqh-hiah, 28/9.)