Primero:
La virtud de vivir en Madinah
Habitar en la ciudad del Mensajero de Al-lah (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) y tener paciencia con sus dificultades, es decir, con su dureza, tiene una virtud grande y confirmada.
Entre las pruebas de ello está lo que relató Muslim (1363) de Sa‘d, quien dijo: “El Mensajero de Al-lah (la paz y bendiciones de Al-lah sean con él) dijo: ‘Yo declaro inviolable la zona entre las dos piedras negras de Al Madinah: no debe talarse su vegetación ni cazarse sus animales’. Y dijo: ‘Al Madinah es mejor para ellos, si supieran. Nadie la deja por aversión a ella sin que Al-lah reemplace en ella a alguien mejor que él. Y nadie permanece en ella con paciencia ante sus penurias y sufrimientos sin que yo sea para él un intercesor o un testigo el Día del Juicio’”.
También Muslim (1381) relató de Abu Hurairah, que el Mensajero de Al-lah (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) dijo: “Vendrá un tiempo en que el hombre llamará a su primo y a su pariente: ‘¡Ven al bienestar! ¡Ven al bienestar!’. Pero Al Madinah es mejor para ellos, si supieran. ¡Por Aquel en cuyas manos está mi alma! Nadie la abandona por aversión a ella sin que Al-lah traiga a alguien mejor en su lugar. Ciertamente, Al Madinah es como el fuelle: expulsa lo impuro. No llegará la Hora hasta que Al Madinah expulse a sus malos, así como el fuelle (del herrero) expulsa la escoria del hierro”.
Algunos eruditos sostienen que la frase del Profeta (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) “Al Madinah expulsa a sus malos” no es general para todos los tiempos.
El Qádi ‘Iiad (que Al-lah lo tenga en Su misericordia), dijo:“Y es como si esto fuera exclusivo de su época, porque nadie perseveraba con la Hiyrah y la residencia junto a él sino aquel cuya fe era firme”.
Y An-Nawawi (que Al-lah lo tenga en Su misericordia) dijo:“Esto no es lo aparente, porque en Muslim se narra: ‘No llegará la Hora hasta que Al Madinah expulse a sus malos, como el fuelle expulsa la escoria del hierro’, y esto —y Al-lah sabe más— será en el tiempo del Dayyal”.
Ibn Hayar (que Al-lah lo tenga en Su misericordia) comentó sobre esto diciendo: “Puede ser que el hadiz se refiere a ambas épocas, y que fue así durante la vida del Profeta (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) por la razón mencionada. Eso está apoyado por la historia del beduino que viene unos capítulos después; el Profeta (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) dijo esto para explicar por qué el beduino se fue y le pidió que cancelara su juramento de lealtad. Y esto volverá a suceder al final de los tiempos; cuando el Dayyal se acerque a Madinah, esta será sacudida con su gente, y no quedará ningún hipócrita o incrédulo, sino que saldrá y se unirá a él, como también se explica en capítulos posteriores.
Y no es aplicable al tiempo que transcurra entre ambas épocas’’ (Fath Al Barí, 6/100).
Segundo:
Norma sobre dejar de vivir en la ciudad y mudarse de ella
No hay inconveniente para quien no es originario de Al Madinah, que haya residido allí por trabajo o por visita, en dejarla después.
Al Báyi (que Al-lah lo tenga en Su misericordia) dijo en Al Muntaqa (7/190):“La frase del Profeta (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él): ‘Nadie sale de Al Madinah por aversión a ella’, puede entenderse como que se refiere a la aversión a la recompensa por residir en ella. Y quien salga por necesidad, por dificultades o por una prueba, no se considera que haya salido por aversión”.
El Qadi Abu Al Walíd (que Al-lah lo tenga en Su misericordia), dijo:“Y lo que parece claro para mí es que él se refería a quien la deja como residencia para establecerse en otro lugar. En cuanto a quien tiene su residencia en otro lugar y llega a Al Madinah buscando acercarse a Al-lah con su visita o como viajero, y luego se marcha de regreso a su tierra o hacia otro viaje, no se considera que haya salido por aversión a ella.
Y la frase del Profeta (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él): ‘Al-lah lo reemplaza con alguien mejor que él’, puede significar que Al-lah lo reemplaza con alguien que resida en ella, que sea mejor que él, ya sea alguien que se mude desde otro lugar o que nazca en ella”.
Conclusión:
Si Al Madinah no era su ciudad ni tu tierra natal, y no se estabilizó su vida en ella ni logró sentirse a gusto residiendo en ella, entonces no hay problema en dejarla —si Al-lah quiere— ni hay problema en regresar a su país o al lugar donde vive y se ha establecido.
Todo esto gira en torno a las obras del siervo y su esfuerzo hacia su Señor, no a la grandeza de la tierra ni a la santidad del lugar.
El Imám Málik (que Al-lah lo tenga en Su misericordia) narró en Al Muwatta’ (4/1117), de Iahia Ibn Sa’id, que Abu Ad-Darda’ escribió a Salmán Al Farsi:“Ven a la tierra sagrada”.
Y Salmán le respondió: “Ciertamente, la tierra no santifica a nadie; lo que santifica a la persona es su obra”.
Y Al-lah sabe más.