Alabado sea Dios.
Esta pregunta, como otras que contienen paradojas, han sido a lo largo de los siglos compuestas por incrédulos o no creyentes en los debates con judíos, cristianos y musulmanes. La idea que subyace detrás es forzarlos a responder por sí o por no. Si uno responde “No, Dios no puede crear una piedra que Él mismo no podría levantar”, entonces ellos argumentarían “¿Cómo puede ser un verdadero Dios si hay algo que no puede crear?”. En cambio, si uno responde “Sí, Dios puede crear esa piedra”, ellos replicarán “¿Cómo puede ser un verdadero Dios si es incapaz de levantar la piedra que Él mismo creó?”.
La respuesta es que esta pregunta no es válida en absoluto, porque es irracional, y por lo tanto no puede inquirir acerca del poder de Dios ¿Puede existir alguna cosa creada que tenga un atributo mayor que los atributos de su propio creador?
El Profesor Sa’d Rustam respondió a esta pregunta en una forma muy elocuente, que citaremos aquí en su versión completa. Él dijo:
“El poder de Dios, que es indudablemente absoluto e ilimitado, se manifiesta de forma coherente y racional, y no de forma contradictoria o paradójica. No importa cuán absoluto e ilimitado sea Su poder, todavía debe permanecer dentro de los límites de lo posible, y no está conectado con irracionalidades. Esto no es una limitación de Su poder…
Para clarificar este punto, daremos algunos ejemplos. Le preguntamos a todos los teólogos: “¿Puede Dios crear otro dios como Él?” Si alguien respondiera que sí, nosotros le diríamos: “¿Cómo puede este ser creado ser un dios, si él ha sido creado? ¿Cómo puede ser realmente como Dios, cuando ha tenido un comienzo, mientras que Dios ha existido siempre desde la eternidad?”. De hecho, la frase ‘crear un dios’ es un sofisma o falso argumento, y está propuesto en términos contradictorios, porque el mero hecho de que algo sea creado significa que no puede ser un Dios creador. Esta pregunta es como preguntar: “¿Puede Dios crear un dios que no es un dios?”. La respuesta es evidente: “La realidad de Dios nada tiene que ver con esas contradicciones, porque la idea de que un ser pueda ser Dios y no serlo al mismo tiempo es ilógica e irracional, y el poder de Dios no tiene nada que ver con irracionalidades”.
Otro ejemplo sería: “¿Puede Dios realmente expulsar a alguien hasta que quede fuera de Su control?”. Si respondiéramos que sí, le habríamos atribuido límites al control de Dios, y si afirmáramos que no (lo cual es correcto), estaríamos de acuerdo en que el poder de Dios es absoluto y no tiene nada que ver con irracionalidades, porque es racionalmente imposible para cualquier ser creado ser expulsado del control de su creador.
Un tercer ejemplo: un día un incrédulo me preguntó: “¿Puede tu Dios crear una roca que fuera tan inmensa que Él mismo fuera incapaz de moverla?”. Y él agregó luego en forma sarcástica: “Si me dijeras que sí puede, entonces estarías diciendo que tu Dios es incapaz de mover una roca, y esto indica que no es verdaderamente un Dios; pero si respondieras que no, que Él no puede crear esa roca, entonces estarías admitiendo que realmente no es capaz de hacer todas las cosas, y por lo tanto tampoco es Dios.
Mi respuesta a esta persona fue simple: “Sí, no es propio del poder de Dios que Él cree una roca que sea incapaz de mover, porque todo lo que Dios ha creado Él es capaz de moverlo. Pero el hecho de que Dios no pueda crear esa supuesta roca no indica que Dios carezca de poder. Más bien, por el contrario, indica que Su poder es completo. Esta pregunta es como si alguien dijera: “¿Puede Dios ser capaz de hacer algo que pueda ser racionalmente posible?”. No hay duda que si decimos que no, esto no significa que el poder de Dios esté limitado, sino que más bien es una afirmación de la plenitud de Su poder, porque no ser incapaz significa tener poder. Si decimos que Dios no puede ser inconciente de algo u olvidarlo, afirmar esto no significa que Él sea incapaz por decir que no puede; más bien es una afirmación de Su perfecto poder y conocimiento.
Los cuatro evangelios y las epístolas de Pablo de Tarso y de Juan niegan la divinidad de Jesús como la ha negado también el Corán, por Sa’ad Rustam.
Y Allah sabe más.