Alabado sea Dios.
Ninguna de las cosas que rompen el ayuno (aparte de la menstruación y el sangrado post parto) lo hacen a menos que se cumplan tres condiciones:
a) Que la persona sepa cabalmente que determinado acto rompe el ayuno y no sea inconsciente de ello.
b) Que lo recuerde cuando está ayunando y no lo haya olvidado.
c) Que lo haya hecho voluntaria e intencionalmente, y no haya sido coaccionado.
El Shéij Muhámmed ibn ‘Uzaimín (que Allah tenga misericordia de él) dijo: “Si una persona ayunante hace alguna de esas cosas que rompen el ayuno sin intención, su ayuno permanece válido. Si se enjuaga la boca y un poco de agua entra en su garganta y llega a su estómago sin quererlo, entonces su ayuno aún es válido”. Maymu' al-Fatáwa, 19.
Y él (que Allah tenga misericordia de él) también dijo: “Si un mosquito entra en la boca de un ayunante o algo entra en su boca sin querer, o se enjuaga la boca o la nariz y algo de agua atraviesa por su garganta sin querer, ninguna de todas estas cosas anulan su ayuno y éste sigue siendo válido, y no debe reponerlo”. Mayális Shárh Ramadán, No. 15.
Basándonos en esto, si el agua pasa al estómago por accidente, entonces no debes hacer nada, porque Dios dijo (traducción del significado):
“Y no será considerado un pecado si os hubiereis equivocado [o ignorado que ello no era correcto], pero sí en caso de que lo hiciereis intencionadamente” (al-Ahzáb 33:5).
Debe señalarse que el ayunante no tiene permitido excederse al enguajarse la boca o la nariz, de tal forma que el accidente se convierta ya en algo previsible y fácilmente evitable. El Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Enjuáguense bien la nariz excepto cuando están ayunando”.
Y Allah sabe más.
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