Alabado sea Dios.
Ibn al-Qayím (que Allah tenga misericordia de él) dijo con respecto a este asunto:
“Hay cuatro tipos de amor, entre los cuales podemos diferenciar, y los que se extravían lo hacen porque no hacen esta distinción. El primero es el amor a Allah, pero este tipo de amor no es suficiente para salvar a una persona de Su castigo ni para ganar Su recompensa. Los politeístas y asociadores (que asocian otras divinidades falsas a Dios), los adoradores de la cruz (los cristianos), los judíos u otros, todos aman a Dios. El segundo tipo de amor es amar lo que Allah ama. Esto es lo que trae a una persona al Islam y la saca de la incredulidad. La gente más amada para Allah es la más correcta y la más consagrada en esta clase de amor. La tercera clase es el amor por la causa de Allah, lo cual es esencial para amar lo que Allah ama. El amor de una persona por lo que Allah ama no puede ser completado hasta que también ama por la causa de Allah. El cuarto, es amar algo junto con Allah, y este es el amor de los asociadores y los politeístas. Todavía hay una quinta clase de amor que no tiene nada que ver con nuestro tópico: es el amor natural que una persona siente como inclinación a lo que está en su naturaleza, tal como el amor de una persona sedienta por el agua o de un hambriento por la comida, el amor por el sueño, o por la esposa y por los hijos. No hay nada de malo con esto a menos que distraiga a una persona del recuerdo de Dios y de amarlo. Allah dijo (traducción del significado): “¡Oh, creyentes! Que vuestros bienes y vuestros hijos no os distraigan del recuerdo de Allah” (al-Munafiqún 63:9).
“Tampoco ama a los avaros, quienes incitan a otros a la avaricia, y a los que ocultan el favor que Allah les ha dispensado” (An-Nisaa 4:37).
Al-Yawáb al-Káfi, 1/134.
Y también dijo (que Allah tenga misericordia de él):
“La diferencia entre amar por la causa de Allah y amar a otro al lado de Allah, es una de las distinciones más importantes. Cada persona necesita hacer esta distinción y ciertamente está obligada a hacerlo. Amar por la causa de Dios es un signo de la perfección de la fe, pero amar a otro al lado de Dios es politeísmo puro. La diferencia entre ellos es que el amor de una persona por la causa de Dios está vinculado a su amor a Allah; si este amor se vuelve fuerte en su corazón, dictará que ame lo que Allah ama. Si ama lo que su Señor ama y ama a los amigos de Allah, éste es el amor por la causa de Allah. Entonces, amará a Sus mensajeros, a sus profetas, ángeles y cercanos a Dios porque Dios los ama, y odiará a aquellos que los odian, porque Allah odia a esa gente. El signo del amor y el rechazo por la causa de Allah es que su rechazo por alguien que Allah odia no se convertirá en amor sólo porque la persona lo trate amablemente, prestándole un servicio o supliendo alguna de sus necesidades; y que el amor por aquellos que Allah ama no se convertirá en odio simplemente porque esa persona haga algo que lo perturbe o lastime, ya sea si esto fue por error o deliberadamente, en obediencia a Allah o porque la persona sintió que tenía el deber o una razón para hacerlo, porque estaba pecando y puede abandonar su pecado y arrepentirse. La religión entera gira alrededor de cuatro principios: el amor y el rechazo, y partiendo de ellos, la acción o la abstinencia. La persona cuyo amor y odio, y cuya acción y abstinencia, son todas por la causa de Allah, ha perfeccionado su fe, de tal manera que cuando ama, ama por la causa de Allah, y cuando odia, odia por la causa de Allah, cuando hace algo, lo hace por la causa de Allah, cuando se abstiene de algo, lo hace por la causa de Allah. Al punto de que si se queda corto en estas categorías, se queda corto en la fe y su compromiso religioso. Esto es en contraste con el amor a otros al lado de Allah, que es de dos tipos. Uno es diametralmente opuesto al principio del tawhíd (unidad absoluta de Dios) y es el politeísmo; el otro es lo opuesto a la perfección de la sinceridad hacia Dios, pero no saca a la persona de las filas del Islam.
La primera clase es como el amor de los politeístas por sus ídolos y falsas deidades. Allah dijo (traducción del significado):
“Hay hombres que toman en lugar de Allah a otras divinidades, y las aman igual que a Allah; pero los creyentes aman más a Allah de lo que éstos aman a sus divinidades” (al-Báqarah 2:165).
Estos politeístas aman a sus ídolos y divinidades junto con Dios, como aman a Dios mismo. Este amor y devoción viene acompañado del temor, la esperanza, la adoración y la súplica. Este amor es politeísmo puro, algo que Allah ha prometido que no perdonará. La fe no puede ser perfeccionada a menos que una persona considere a estos ídolos como enemigos y los odie intensamente, odie a la gente que los adora, les considere como enemigos y se esfuerce contra ellos. Este es el mensaje con el cual Allah envió a todos sus mensajeros y reveló todos Sus libros. Él creó el Infierno para los politeístas e idólatras que aman estas falsedades, y creó el Paraíso para quienes se esfuerzan y los toman como enemigos por Su causa y para ganar Su complacencia. Nadie que adore algo que esté entre las inmediaciones del Trono y las profundidades más bajas de la Tierra y tome una deidad como auxiliador aparte de Allah, asociándole a otros en el culto a Él, será repudiado por el objeto de su culto cuando esté en su mayor necesidad (es decir, en el Día de la Resurrección).
La segunda clase es el amor por las cosas que Allah ha hecho atractivas para la gente, tales como el sexo opuesto, los niños, los caballos hermosos, la tierra cultivada y el ganado, etc. La gente ama todo esto con una especie de deseo, como el amor del hambriento por la comida o del sediento por el agua. Este amor es de tres clases. Si una persona las ama por la causa de Allah y como un medio para obedecer a Allah, será recompensado por eso; será contado como una parte de su amor por la causa de Allah y un medio de alcanzarlo, y todavía encontrará placer en ellos. Así es como el mejor de la creación fue (es decir, Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él)), para quien las mujeres y los perfumes fueron muy queridos en este mundo, y su amor por ellos lo ayudaron a amar a Allah más aún y a entregar Su Mensaje y a cumplir Sus órdenes. Si una persona ama estas cosas porque está en su naturaleza y en sus propios deseos, pero no les da preferencia sobre lo que Allah ama y le complace, y las obtiene porque es su inclinación natural, entonces esto cae bajo la denominación de buscar lo que es lícito y permisible, y no será castigado por eso, pero su amor por Allah y por la causa de Allah carecerá de algo. Si su solo propósito en la vida es obtener estas cosas, y les da prioridad a eso sobre lo que Allah ama y le complace, entonces está cometiendo una injusticia contra sí mismo y siguiendo sus caprichos y pasiones.
El primero es el amor de as-saabiqún (aquellos que son la vanguardia del Islam); lo segundo es el amor de al-muqtasidún (quienes están en un estadío medio), y el tercero es el amor de ad-daalimún (los malhechores)”.
Ar-Ruh por Ibn al-Qayím, 1/254.
Que Allah bendiga a nuestro Profeta Muhámmed.