Alabado sea Dios.
Existe una diferencia de opinión entre los sabios sobre este asunto. Los Sháfi‘is consideran que las personas a las que se les puede entregar el zakat al-fitr, son las mismas que aquellas a las que se les puede dar el zakah establecido sobre la riqueza.
Los Málikis opinan que zakat al-fitr es solo para los pobres y necesitados. Dicha opinión también fue favorecida por Shéij Ibn Taimíyah, Ibn al-Qayím y, entre los eruditos más recientes, Shéij Ibn Baaz (Que Allah tenga piedad de todos ellos).
Dice en Háshiyat ad-Dasúqi (1/506): el Zakat al-fitr puede ser entregado a cualquier musulmán pobre y libre, excepto un Háshimi (descendiente de Banu Háshim), pero puede no ser dado a quienes trabajen en su recolección, aquellos cuyos corazones deben ser conmovidos por el Islam para liberar esclavos, o a un deudor, de su deuda; para asistir a quien ha luchado por la causa de Allah; o en orden de ayudar a alguien a regresar a su hogar. El Zakat al-fitr se prescribe específicamente para los pobres. Fin de la cita.
El Shéij Ibn Taimíyah (que Allah tenga piedad de él) dijo: Esta opinión tiene la evidencia más sólida.
Fin de la cita de Maymú’ Fatáwa Shéij al-Islam, 25/71
Ibn al-Qayím dijo en Zaad al-Mádad (2/22): Lo que enseñó el Profeta (la paz y las bendiciones sean con él) fue que los pobres recibieran esta caridad; él no la compartió entre las ocho categorías (de aquellos que tienen derecho a zakah), y no dio instrucciones para ello, y sus Compañeros y los que vinieron después tampoco lo hicieron. Una de las dos opiniones sobre esta cuestión es que no está permitido darlo a nadie, excepto a los pobres. Este punto de vista es más fuerte que el punto de vista de que debe dividirse entre las ocho categorías.
Shéij Ibn Baaz (que Allah tenga piedad de él) dijo: Se debe entregar a los pobres y necesitados, debido al informe comprobado de Ibn ‘Abbás (que Allah esté complacido con él), quien narró: El Mensajero de Allah (la paz y las bendiciones sean con él) ordenó zakat al-fitr como una manera de purificar al ayunante de conversaciones ociosas y obscenas, y para alimentar a los pobres.
Fin de la cita de Maymú’ al-Fatáwa , 14/202
Y Dios sabe mejor.