Alabado sea Dios.
Alabado sea AllahEl Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “No permito que la mujer que menstrúa o la persona que está yunub entren a la mezquita”. Y Allah, Glorificado sea, dice (interpretación del significado): “¡Oh, creyentes! No hagáis la oración cuando estéis ebrios hasta que no sepáis lo que decís. No vayáis impuros, a no ser que estéis de viaje, hasta que no os hayáis bañado. Pero si os encontráis enfermos o de viaje, o si viene uno de vosotros de hacer sus necesidades, o habéis tenido relación con las mujeres y no encontráis agua, buscad tierra limpia y pasáosla por el rostro y las manos. Allah es Remisorio, Absolvedor.” [al-Nisa’ 4:43]. Se hace una excepción con las personas que están yunub y que apenas pasan por allí, y lo mismo se aplica a las mujeres que menstrúan. La mujer que menstrúa no debe sentarse en la mezquita, pero puede pasar por allí. No hay nada malo en que vaya de una puerta a la otra, o que entre para tomar algo, como una alfombra, un libro, una vasija, etc. Cuando el Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) le pidió a ‘Aa’ishah que le alcanzara una pequeña alfombra (refiriéndose a la alfombra para orar hecha de estera sobre la cual él (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) oraba – ella le dijo que estaba menstruando, a lo cual él le respondió: “No tienes la menstruación en la mano”. Eso significa que no hay nada que le impida entrar a la mezquita a buscar algo. Lo prohibido es sentarse allí. En cuanto a pasar o entrar para buscar algo, no hay nada malo en ello, y así lo indica este hadiz. Fin de cita.
Sheik ‘Abd al-‘Aziz ibn Baaz (que Allah tenga piedad de él).