Alabado sea Dios.
La Noche del Decreto puede ser vista con el ojo, a quien Dios le permita verla. Esto sucede cuando uno ve sus signos. Los compañeros de Profeta (que Allah esté complacido con ellos) solían reconocerla por sus signos. Pero no verla no significa que uno no obtendrá su recompensa, si uno pasa la noche rezando con fe y devoción, y con esperanza en la recompensa. El Musulmán debe esforzarse en buscarla entre las últimas diez noches de Ramadán, como encomendó el Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él), con esperanza en ganar su recompensa. Si sucede que una persona pasa esta noche en oración con fe y esperanza en la recompensa, entonces obtendrá las recompensas de esta noche, aún si no sabe que esa ha sido la Noche del Decreto. El Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Quien pase la Noche del Decreto en oración, con fe y esperanzas en Su recompensa, todos sus pecados previos le serán perdonados”. De acuerdo a otro reporte: “Quien pase esa noche en oración buscando la Noche del Decreto, y la encuentra, sus pecados previos y futuros serán perdonados”.
Y un reporte bueno del Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) indica que los signos de la Noche del Decreto son que el sol asciende en la mañana siguiente sin rayos visibles. Ubáiy ibn Ka’b solía jurar que esta era la noche del 27, citando este signo como evidencia. El punto de vista más correcto es que esta noche se mueve a través de las últimas diez noches, pero es más probable que sea una de las noches impares, y la noche del 27 está probablemente entre las noches impares. Quien sea que se esfuerce en el culto durante las últimas diez noches, rezando, leyendo el Corán, realizando súplicas y otras formas de buenas obras, indudablemente encontrará la Noche del Decreto y alcanzará lo que Dios le ha prometido a aquellos que lo hacen con fe y buscando Su recompensa.
Y Allah es la Fuente de toda fuerza. Que Dios bendiga y otorgue la paz a nuestro Profeta Muhámmad, a su familia y a sus compañeros.