Lunes 24 Ramadán 1446 - 24 Marzo 2025
Español

¿Cuándo el amor de Al-lah salva a una persona del castigo?

Pregunta

¿Una persona que ama a Al-lah entrará en el Infierno? Hay muchos no musulmanes como los judíos y cristianos que aman a Al-lah, y de la misma manera hay musulmanes inmorales que aman a Al-lah. Ellos jamás dirían que detestan a su Señor. ¿Puede usted aclararme este asunto?

Resumen de la respuesta

Amar a Al-lah por sí solo es insuficiente para ganar la recompensa de Al-lah y para la salvación. Amar lo que Al-lah ama es un medio para entrar en el Islam y salir de la incredulidad, y los más devotos de este amor son los más amados por Al-lah. El amor por la causa de Al-lah es esencial e interconectado con amar lo que Al-lah ama. Amar lo que Al-lah ama no se cumple hasta que uno también ame por la causa de Al-lah.

Texto de la respuesta

Alabado sea Dios.

Ibn Al Qaiem (que Al-lah lo tenga en Su misericordia) dijo con respecto a este asunto: “Hay  cuatro tipos de amor, entre los cuales podemos diferenciar, y los que se extravían lo hacen porque no hacen esta distinción.

El primero es el amor a Al-lah, pero este tipo de amor no es suficiente para salvar a una persona de Su castigo ni para ganar Su recompensa. Los politeístas y asociadores (que asocian otras divinidades falsas a Al-lah), los adoradores de la cruz (los cristianos), los judíos u otros, todos aman a Al-lah.

El segundo tipo de amor es amar lo que Al-lah ama. Esto es lo que trae a una persona al Islam y la saca de la incredulidad. La gente más amada para Al-lah es la más correcta y la más consagrada en esta clase de amor.

La tercera clase es el amor por la causa de Al-lah, lo cual es esencial para amar lo que Al-lah ama. El amor de una persona por lo que Al-lah ama no puede ser completado hasta que también ama por la causa de Al-lah.

El cuarto, es amar algo junto con Al-lah, y este es el amor de los asociadores y los politeístas.

Todavía hay una quinta clase de amor que no tiene nada que ver con nuestro tópico: es el amor natural que una persona siente como inclinación a lo que está en su naturaleza, tal como el amor de una persona sedienta por el agua o de un hambriento por la comida, el amor por el sueño, o por la esposa y por los hijos. No hay nada de malo con esto a menos que distraiga a una persona del recuerdo de Al-lah y de amarlo. Al-lah dijo (lo que se interpreta así en español): {¡Creyentes! Que las posesiones materiales y los hijos no los distraigan del recuerdo de Al-lah} [Corán 63:9].

{Que los avaros, los que incitan a otros a la avaricia, y los que ocultan el favor que Al-lah les ha concedido sepan que Al-lah ha preparado para los ingratos un castigo humillante} [Corán 4:37].

(Al Yawáb Al Káfi, 1/134).

Ibn Al Qaiem también dijo (que Al-lah lo tenga en Su misericordia): “La diferencia entre amar por la causa de Al-lah y amar a otro junto con Al-lah, es una de las distinciones más importantes. Cada persona necesita hacer esta distinción, y ciertamente está obligada a hacerlo. Amar por la causa de Al-lah es un signo de la perfección de la fe, pero amar a otro junto con Al-lah es politeísmo puro. La diferencia entre ellos es que el amor de una persona por la causa de Al-lah está vinculado a su amor a Al-lah; si este amor se vuelve fuerte en su corazón, dictará que ame lo que Al-lah ama. Si ama lo que su Señor ama y ama a los amigos de Al-lah, este es el amor por la causa de Al-lah. Entonces, amará a Sus mensajeros, a Sus profetas, a Sus ángeles y los cercanos a Al-lah porque Al-lah los ama; y odiará a aquellos que los odian, porque Al-lah odia a esa gente. El signo del amor y el rechazo por la causa de Al-lah es que su rechazo por alguien que Al-lah odia no se convertirá en amor solo porque la persona lo trate amablemente, prestándole un servicio o supliendo alguna de sus necesidades; y que el amor por aquellos que Al-lah ama no se convertirá en odio simplemente porque esa persona haga algo que lo perturbe o lastime, fuera por error o deliberadamente, en obediencia a Al-lah o porque la persona sintió que tenía el deber o una razón para hacerlo, porque estaba pecando y puede abandonar su pecado y arrepentirse. La religión entera gira alrededor de cuatro principios: el amor y el rechazo, y partiendo de ellos, la acción o la abstinencia. La persona cuyo amor y odio, y cuya acción y abstinencia, son todas por la causa de Al-lah, ha perfeccionado su fe, de tal manera que cuando ama, ama por la causa de Al-lah, y cuando odia, odia por la causa de Al-lah, cuando hace algo, lo hace por la causa de Al-lah, cuando se abstiene de algo, lo hace por la causa de Al-lah. Al punto que, si se queda corto en estas categorías, se queda corto en la fe y su compromiso religioso. Esto es en contraste con amar a otros junto con Al-lah, que es de dos tipos. Uno es diametralmente opuesto al principio del Tawhid (unidad absoluta de Al-lah) y es el politeísmo; el otro es lo opuesto a la perfección de la sinceridad hacia Al-lah, pero no saca a la persona de las filas del Islam.

La primera clase es como el amor de los politeístas por sus ídolos y falsas deidades. Al-lah dice (lo que se interpreta así en español): {Existen personas que toman en lugar de Al-lah a otros que consideran iguales [a Al-lah], y los aman como solo debe amarse a Al-lah; pero los creyentes aman más a Al-lah [de lo que estos aman a sus divinidades]} [Corán 2:165].

Estos politeístas aman a sus ídolos y divinidades junto con Al-lah, como aman a Al-lah mismo. Este amor y devoción viene acompañado del temor, la esperanza, la adoración y la súplica. Este amor es politeísmo puro, algo que Al-lah ha prometido que no perdonará. La fe no puede ser perfeccionada a menos que una persona considere a estos ídolos como enemigos y los odie intensamente, odie a la gente que los adora, los considere como enemigos y se esfuerce contra ellos. Este es el mensaje con el cual Al-lah envió a todos sus mensajeros y reveló todos Sus libros. Él creó el Infierno para los politeístas e idólatras que aman estas falsedades, y creó el Paraíso para quienes se esfuerzan y los toman como enemigos por Su causa y para ganar Su complacencia. Nadie que adore algo que esté entre las inmediaciones del Trono y las profundidades más bajas de la Tierra y tome una deidad como auxiliador aparte de Al-lah, asociándole a otros en el culto debido a Él, será repudiado por el objeto de su culto cuando esté en su mayor necesidad (es decir, en el Día de la Resurrección).

La segunda clase es el amor por las cosas que Al-lah ha hecho atractivas para la gente, tales como el sexo opuesto, los niños, los caballos hermosos, la tierra cultivada y el ganado, etc. La gente ama todo esto con una especie de deseo, como el amor del hambriento por la comida o del sediento por el agua. Este amor es de tres clases. Si una persona las ama por la causa de Al-lah y como un medio para obedecer a Al-lah, será recompensado por eso; será contado como una parte de su amor por la causa de Al-lah y un medio de alcanzarlo, y todavía encontrará placer en ellos. Así fue el mejor de la creación (es decir, Muhammad, que la paz y bendiciones de Al-lah sean con él), para quien las mujeres y los perfumes eran muy queridos en este mundo, y su amor por ellos lo ayudaron a amar a Al-lah más aún y a entregarse a Su Mensaje y a cumplir Sus órdenes. Si una persona ama estas cosas porque está en su naturaleza y en sus propios deseos, pero no les da preferencia sobre lo que Al-lah ama y Le complace, y las obtiene porque es su inclinación natural, entonces esto cae bajo la denominación de buscar lo que es lícito y permisible, y no será castigado por eso, pero su amor por Al-lah y por la causa de Al-lah carecerá de algo. Si su solo propósito en la vida es obtener estas cosas, y les da prioridad a eso sobre lo que Al-lah ama y Le complace, entonces está cometiendo una injusticia contra sí mismo y siguiendo sus caprichos y pasiones.

El primero es el amor de as-sábiqún (aquellos que son la vanguardia del Islam); lo segundo es el amor de al muqtasidún (quienes están en un estado medio), y el tercero es el amor de ad-dálimún (los malhechores)”  (Ar-Ruh, por Ibn Al Qaiem, 1/254).

Para más información, visitar la sección: El amor por Al-lah.

Que Al-lah bendiga a nuestro Profeta Muhammad.

Origen: Sheij Muhammed Salih Al-Munajjid