Alabado sea Dios.
y la paz y las bendiciones desciendan sobre el Mensajero de Al-lah.
Tawhid Ar-Rububíah significa afirmar que Al-lah es Uno y Único en Sus acciones, como la creación, la soberanía, el control de todos los asuntos, la provisión, el dar la vida y la muerte, hacer llover, etc.
El Tawhid de una persona no está completo a menos que afirme que Al-lah es el Señor, Soberano, Creador y Proveedor de todas las cosas, que Él es Quien da la vida y la muerte, el Único que otorga beneficios y causa daño, el Único que responde a las plegarias, el Único que controla todas las cosas, en Cuya mano se encuentra toda la bondad, el Único que puede hacer todo lo que desee –lo que incluye creer en el decreto divino y la predestinación (Al Qadr), tanto en lo agradable como en lo desagradable–.
Los mushrikin entre los que fue enviado el Mensajero de Al-lah (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él), no estaban en desacuerdo con este aspecto del Tawhid, sino que lo afirmaban en términos generales, como Al-lah dice en el Corán (lo que en español se interpreta así): {Si les preguntas [a los que se niegan a creer y adoran ídolos] quién creó los cielos y la Tierra, te responderán sin duda: "Los creó el Poderoso, el Sabio"} [Corán 43:9].
Y afirmaban que Al-lah controla todas las cosas, y que en Su mano está la soberanía de los cielos y la tierra. Es sabido que afirmar el Señorío de Al-lah no es suficiente para que una persona sea un musulmán verdadero, sino que debe afirmar también lo que esto implica, que es la unicidad de la divinidad de Al-lah, y debe dedicar su adoración solo a Al-lah.
Nadie puede negar el Tawhid Ar-Rububíah excepto los arrogantes y tercos como el Faraón, quien se autoproclamaba como el Señor –que Al-lah lo maldiga–.
Al-lah dice de él (lo que en español se interpretas así): {Yo soy su Señor supremo} [Corán 79:24]. {Dijo el Faraón: "¡Oh, corte! No conozco otra divinidad que no sea yo mismo…} [Corán 28:38].
Esto muestra arrogancia de su parte, porque él sabía que el Señor era alguien que no era él. Como Al-lah dice (lo que en español se interpretas así): {Rechazaron los Signos, a pesar de estar convencidos [de que provenían de Al-lah], por perversidad y arrogancia. ¡Observa cuál fue el destino de los corruptores!} [Corán 27:14].
Y Al-lah nos cuenta sobre Moisés, cuando debatía con él: {Dijo [Moisés]: "Tú sabes bien que solo el Señor de los cielos y de la tierra ha enviado estos milagros claros. ¡Oh, Faraón! Creo que estás perdido"} [Corán 17:102]. Entonces, él mismo reconocía que el único Señor es Al-lah.
Los zoroastras, adoradores del fuego, rechazaban la idea del Tawhid Ar-Rububíah cuando decían que el mundo tenía dos creadores, la oscuridad y la luz. Sin embargo, no consideraban que estos dos creadores fueran iguales, más bien decían que la luz era mejor que la oscuridad, porque crea el bien, y la oscuridad crea el mal, y lo que crea el bien es mejor que lo que crea el mal. Además, la oscuridad no existe y no brilla, mientras que la luz existe y brilla. Por lo tanto, es más perfecta en sí misma.
El hecho de que los idólatras afirmaran el Tawhid Ar-Rububíah, no significa que lo hicieran en un sentido completo, más bien, solían hacerlo en un sentido general, como nos lo dice Al-lah en los versículos del Corán citados anteriormente. Sin embargo, tenían fallas en sus creencias que socavaban este concepto, como el atribuirles la lluvia a las estrellas, su creencia en que los adivinos tenían conocimiento sobre lo oculto y otras formas de shirk relacionadas con el Señorío divino. Pero estas fallas son pequeñas comparadas con sus creencias equivocadas sobre la unicidad de la naturaleza divina (Tawhid Al Uluhíah) y la adoración solamente a Al-lah (Tawhid Al ‘Ibadah).
Le pedimos a Al-lah que nos haga fieles a Su religión hasta que nos encontremos con Él.
Y Al-lah sabe mejor.
(Ver Taisir Al ‘Aziz Al Hamid, 33; Al Qawl Al Mufid, 1/14.)